Alfred Brendel: el ABC del pianista

Hace algo más de tres años ofreció su último concierto público. En unas serenas declaraciones para Die Zeit, el pianista de 82 años dijo sentir que su carrera como concertista debía tocar a su fin. Sin echar la vista atrás. Desde entonces, ha impartido clases magistrales y ha publicado ensayos. Su libro más reciente se titula A bis Z eines Pianisten (El ABC del pianista) y en él desgrana con humor, sentido común y fundamento sus pensamientos asociados al teclado.

Escrito a la manera de un diccionario, El ABC del pianista recorre por orden alfabético términos, autores, intérpretes y obras que configuran el universo del pianista actual. A veces didáctico, otras irónico y chispeante, Brendel analiza desde su posición de experimentado concertista de piano un mundo que conoce de cerca y con el que aún tiene relación, aunque ya no se suba a los escenarios.

Para lectores iniciados

Pero no nos llevemos a engaño: no es un libro para cualquiera. O se conoce algo el mundo del pianismo o es difícil sacar todo el jugo a su lectura. Brendel habla como músico para músicos o, como mínimo, para melómanos entendidos. En primer lugar, porque da prácticamente por sabidos conceptos como “arpegio”, “acorde” y otros términos técnicos. Pero también porque incluso cuando trata de provocar en el lector una sonrisa, da por hecho que se conocen obras, compositores e intérpretes que no tienen por qué estar en el bagaje cultural de todo el mundo.

Pongamos, como ejemplo, la entrada correspondiente al término “Humor”. En ella, el pianista se extiende sobre cuatro piezas con las que el lector debe estar familiarizado para poder entender qué tienen de hilarante. Incluso las anécdotas que pueblan las páginas de El ABC del pianista son para iniciados.

Brendel, una larga carrera

Es posible que el bagaje intelectual que atesora Alfred Brendel no le permita sino escribir un libro no apto para la lectura de todo el mundo. Sus referentes artísticos son variados y van desde la literatura hasta las artes plásticas. Incluso ha publicado sus propios poemas en alemán.

Lejos de ser un niño prodigio, la carrera del pianista austríaco comenzó relativamente tarde, tras barajar la opción de dedicarse a otras disciplinas, entre ellas, la composición. Su repertorio principal comprende las obras de Haydn, Schumann y Liszt, pero, sobre todo, las de Mozart, Schubert y Beethoven, cuyo ciclo del 32 sonatas ha tocado en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera.

Sus interpretaciones, lejos de perderse en los vericuetos de la emoción superficial, son ejemplos de claridad expositiva y musicalidad. Siempre opuesto al amaneramiento y al artificio, lo intelectual y lo emocional se integra en sus versiones de una manera única, que lo han convertido en uno de los grandes pianistas de la segunda mitad del siglo XX.

Autora: María Santacecilia
Editora: Emilia Rojas