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Maestro y embajador de paz

18 de julio de 2012

Es una leyenda viva entre los directores de orquesta: Kurt Masur dio su impronta durante más de tres décadas a la Gewandhausorchester de Leipzig. Este 18 de julio, el maestro cumple 85.

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Kurt MasurImagen: picture-alliance/dpa

Con la reunificación de las dos Alemanias comenzó para el “maestro de la batuta mágica” la carrera internacional como director de orquestas tan famosas como la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta Nacional de Francia. Giras de concierto lo llevaron por todo el mundo. En 2010 le fue otorgado el premio de música clásica “Echo” por toda su obra.

“Mi 85 cumpleaños es un día como cualquier otro”, dijo el maestro. Con increíble vitalidad planea su próxima gira, a pesar de algunos problemas de salud. Además transmite su experiencia en clases magistrales y realiza pruebas con directores jóvenes.

Kurt Masur nació el 18 de julio de 1927 en Brieg (entonces Alemania), hoy Brzeg (Polonia). Ya de niño descubrió su pasión por la música y aprendió solo a tocar piano. En 1942 comenzó estudios de música en Breslau. Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial continuó estudiando en Leipzig (entonces RDA): piano, composición y dirección de orquesta.

Luego de pasar por Dresde, Schwerin y Berlín, asumió en 1970 la dirección de la Gewandhausorchester de Leipzig. En ese puesto permaneció casi 30 años y el trabajo con esa orquesta se transformó en el fundamento de su vida artística. Logró llevar la Gewandhausorchester nuevamente a la fama mundial, proporcionándole un singular carácter y sonido propios, muy alabados por músicos de todo el mundo.

Nunca temió tomar posición

Kurt Masur nunca temió tomar posición, ni en cuestiones musicales ni en cuestiones sociales y políticas. En los años 1970 tocó todas las sinfonías de Dmitri Shostakóvich, que habia caído en desgracia detrás de la Cortina de Hierro y particularmente en la URSS. En 1980 abogó vehementemente por la reconstrucción de la sala de conciertos Gewandhaus, protestando decididamente contra los planes de funcionarios de cultura de erigir una sala polifuncional, tal como eran usuales entonces en la RDA. Se impuso y dirigió en la sala Neues Gewandhaus la sinfonía número 3 de Alfred Schnittkes, también contra la voluntad de los funcionarios.

Cuando, en los últimos días de la RDA, a fines de 1989, el número de participantes en las Manifestaciones de los Lunes crecía constantemente y, el 9 de octubre, el Estado amenazó con reprimir con más de 8.000 policías y soldados a los pacíficos manifestantes, Kurt Masur fue uno de los coautores del manifiesto “No a la violencia”, que leyó en la radio de Leipzig: “Hoy nos reúnen nuestra preocupación y responsabilidad conjunta. Buscamos una solución para nuestra ciudad. Les solicitamos calma, para posibilitar el diálogo”. Con esas palabras, Kurt Masur realizó un decisivo aporte para que no se produjera una escalada de violencia esa noche.

Montagsdemonstrationen Leipzig 1989
Manifestación de los Lunes, Leipzig 1989.Imagen: picture alliance/akg-images/Purkiss Archive

Lo increíble, sucedió. Los soldados y policías se retiraron. La Gewandhausorchester tocó esa noche un concierto, como estaba planeado. Además de las partituras del concierto previsto, Masur repartió entre los músicos también la partitura de la marcha fúnebre de la “Heroica” de Beethoven. Si en la calle hubieran muerto manifestantes, el concierto se habría interrumpido y Masur habría ordenado tocar la marcha fúnebre de Beethoven.

Una carrera internacional

Con la caída del Muro comenzó la carrera internacional de Kurt Masur, transformándose en uno de los directores de orquesta más solicitados del mundo. A comienzo de los 1990 asumió, como sucesor de Arturo Toscanini y Leonard Bernstein, la dirección de la Orquesta Filarmónica de Nueva York y en 2002, la de la Orquesta Nacional de Francia.

El 11 de septiembre de 2011, cuando como consecuencia del ataque terrorista contra el World Trade Center murieron miles de personas, Masur modificó rápidamente el programa de su orquesta, recordando y homenajeando a los fallecidos con el “Réquiem Alemán” de Johannes Brahms. “La serena y hermosa música de Brahms reconfortó y unió a una ciudad herida”, escribió Anthony Tomassini, jefe de la crítica musical del New York Times.

Das New York Philharmonic Orchestra unter der Leitung von Kurt Masur
Kurt Masur dirigiendo la Filarmónica de Nueva York.Imagen: picture-alliance/dpa

Kurt Masur dirigió la Orquesta Filarmónica de Nueva York durante doce años. En esa era logró “dar brillo nuevamente a un grupo destemplado de músicos”, como escribió ácidamente el crítico Klaus Umbach. Cuando, en 2002, Kurt Masur se despidió de la ciudad, la Sinfónica de Nueva York le concedió el título de “music director emeritus”, un honor concedido en los 150 años de historia de la orquesta anteriormente solo a Leonard Bernstein.

Autora: Marita Berk/PK
Editora: Emilia Rojas Sasse