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Willy Brandt: "Crece junto lo que pertenece al mismo tronco"

Volker Wagener / Andrés Villegas11 de diciembre de 2012

Un ciudad dividida en dos y un estadista que encuentra las palabras acertadas para definir su situación. Willy Brandt era un orador carismático, pero su frase más conocida proviene en realidad de una entrevista.

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Manifestación en el ayuntamiento de Schöneberg con ocasión de la apertura del muro.
Manifestación en el ayuntamiento de Schöneberg con ocasión de la apertura del muro.Imagen: picture-alliance/ dpa

Existen frases berlinesas cargadas de sentido que se han inmortalizado literalmente en los libros de historia. “¡Pueblos del mundo, contemplad esta ciudad de Berlín!”, exclamó Ernst Reuter ante sus conciudadanos berlineses. Se trataba de un llamado de auxilio a los aliados de parte del primer alcalde de la ciudad en la posguerra. Sobre todo los norteamericanos siguieron de cerca la suerte de la ciudad que, no obstante, terminó dividida en los años sesenta.

El presidente John F. Kennedy resumió en una frase su solidaridad y la del pueblo estadounidense: “¡Soy un berlinés!”, dijo ante la multitud en su visita a la ciudad en 1963. A Willy Brandt le agradó escucharla. Entonces se desempeñaba como alcalde y era el anfitrión de la visita de Washington. Y fue el mismo Brandt quien en el histórico año de 1989 dijo algo cuyo efecto y significado sus contemporáneos llegarían solo a comprender con el paso del tiempo.

Berlín, un lugar que hace historia.

“Crece junto lo que pertenece al mismo tronco”, comentó el popular excanciller de los setentas sobre la caída del muro el 9 de noviembre de 1989. Conciso, simple y a la vez tranquilizador en medio del efervescente otoño alemán de ese año. Entonces, la frase no tuvo la resonancia del Ich bin ein Berliner de Kennedy, pero fue esclarecedora. Para esa fecha el muro apenas tenías grietas y el futuro de la parte más pequeña de la ciudad era incierto. Algunos hablaban de “socialismo reformista”, otros teorizaban acerca de una confederación y de la creación de un Estado Federal Alemán. Pero Brandt hablaba de algo grande y lo hacía sin premura en sus palabras. La unidad debía crecer orgánicamente.

Lo que pocos saben es que la ingeniosa frase “Crece junto lo que pertenece al mismo tronco”, no salió de los labios de Brandt el día de la apertura del muro, el 10 de noviembre, en la gran manifestación frente al ayuntamiento de Schöneberg. Entre lágrimas y aclamaciones, el antiguo canciller y presidente honorario del Partido Socialdemócrata Alemán, SPD, habló ante los berlineses refiriéndose al crecimiento conjunto de Europa y no de Alemania. Mucho después de que su sentencia se había convertido en un lema suprapartidista del proceso de reunificación, fueron los historiadores quienes analizaron a fondo lo que quiso decir Brandt.

Willy Brandt con el alcalde de Berlín de la época, Walter Momper, después de la apertura del muro.
Willy Brandt con el alcalde de Berlín de la época, Walter Momper, después de la apertura del muro.Imagen: picture-alliance / dpa

De esa búsqueda surgieron resultados inesperados. En la grabación de Brandt desde el balcón del ayuntamiento, junto al canciller Kohl y al ministro de relaciones exteriores Genscher, no se escuchan las famosas palabras. Por su parte, Brandt no recordaba haberlas dicho en esa ocasión. De hecho, el texto de esa histórica declaración podía leerse en entrevistas que concedió a la ligera a dos diarios, antes o después de su discurso. Esos diarios incluso pasaron por alto el potencial de la frase y escogieron títulos más generales para los reportajes de la fecha.

Fue gracias a un periódico mural del SPD que la expresión se hizo cada vez más popular. A finales de noviembre, el partido de Brandt hizo imprimir en 6.000 ejemplares las palabras del excanciller para el buzón informativo de la asociación partidista local. Pero la ingeniosa observación tomó su connotación definitiva en la convención del partido de ese año, en Berlín. Sus palabras lucían al frente de la sala en letras grandes y llamativas; eran el lema del congreso del partido.

Brandt como visionario.

Brandt fue un hombre genial toda su vida. “Yo no tuve que aprender a dar discursos, simplemente podía hacerlo”, dijo alguna vez convencido de sus habilidades retóricas. Por ello no resulta extraño que las históricas palabras con las que se refirió a la caída del muro, las haya empleado con anterioridad en algún discurso. Ya en 1958, como alcalde de Berlín y en la inauguración de un tramo del tren subterráneo en la parte oeste de la ciudad, Brandt dijo que “algún día se juntará nuevamente lo que debe estar unido”. Y seis años más tarde, con ocasión del tercer aniversario de la construcción del muro, empleó una expresión similar: “Alemania tiene que reunificarse para que esté junto lo que pertenece al mismo tronco”. Una observación importante pues por mucho tiempo sus rivales políticos le reprocharon al SPD y al mismo Brandt, haber aceptado la división del país como una realidad irrevocable. Al fin y al cabo, en sus memorias Brandt había dicho que la reunificación era “quizás” un autoengaño.

Celebración de la reunificación el 3 de octubre de 1990, a la entrada del Reichstag. De izquierda a derecha: Excanciller Willy Brandt (SPD), Ministro Federal de exteriores, Dietrich Genscher (FDP); Hannelore Kohl y canciller Helmut Kohl (CDU), presidente de la República Federal Alemana Richard von Weizsäcker, Lothar de Maiziere, último presidente de gobierno de la RDA y Theo Waigel (CDU).
Celebración de la reunificación el 3 de octubre de 1990, a la entrada del Reichstag. De izquierda a derecha: Excanciller Willy Brandt (SPD), Ministro Federal de Exteriores, Dietrich Genscher (FDP); Hannelore Kohl y canciller Helmut Kohl (CDU), presidente de la República Federal Alemana Richard von Weizsäcker, Lothar de Maiziere, último presidente de gobierno de la RDA y Theo Waigel (CSU).Imagen: picture-alliance/dpa

Brandt y Kohl, hermanados en la política alemana

Willy Brandt vivió la caída del muro como pensionado de la política. Cuando sucedió lo inesperado, el SPD se alegró de tenerlo en sus filas como autoridad de la política alemana. Muchos socialdemócratas no estaban del todo de acuerdo con la revolución pacífica de la RDA; círculos influyentes del partido querían reformarla y que siguiera siendo una especie de segundo Estado alemán. La posición de Brandt era mucho más clara. Su expresión conmovió a muchas personas pues delataba lo artificial de la división. En la forma como expresó sus palabras resonaba la paciencia y la humildad. Curiosamente, en los históricos días y semanas siguientes a la reunificación, sus antiguos adversarios le brindaron tanto reconocimiento por su papel en el otoño alemán, como sus propios copartidarios. A pesar de tener una vida e historia política completamente distinta, Willy Brandt y Helmut Kohl nunca estuvieron tan cerca como en esos tiempos.