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Fin de mundo maya y nueva era aimara

Mirra Banchón 19 de diciembre de 2012

No es fin del mundo maya, sino el comienzo de una nueva era: el Pachakuti. Se celebra con el solsticio del 21 de diciembre de 2012 en el Lago Titicaca. ¿Por qué nueva era y qué tendría de novedoso?

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Logo oficialImagen: rree.gob.bo

“Si recorre con el dedo una de las líneas del signo, primero irá en sentido contrario al reloj, luego en el otro sentido. Eso es Pachakuti”, explica René Fernández Revollo, embajador de Bolivia en Bruselas. Cuando el 21 de diciembre de 2012 el sol alcance su altura máxima en el hemisferio sur, varios miles de personas están invitados al Lago Titicaca para festejar, recibir el nuevo ciclo y debatir. Los astros estarán en una constelación especial.

Un nuevo Pachakuti

Con una atención internacional inusitadamente enfocada al calendario de los mayas y sus supuestas predicciones de fin del mundo, el festejo reúne en la Isla del Sol, a 3.812 metros de altura, no sólo a representantes de las naciones indígenas americanas. Sabidurías ancestrales -aimaras, lakotas, mayas, tibetanas, quechuas- iluminan los debates en torno a la crisis alimentaria, la climática, la energética.

“Estamos en tiempos de Pachakuti, estamos cambiando de era. En la mirada aimara hubo un gran Pachakuti con la llegada de los españoles. Hubo un segundo, en los años en que acabaron con las rebeliones indígenas de Túpac Amaru y Túpac Catari. Hace años venimos anunciando el Pachakuti que algunos sabios amautas aimaras colocaban en torno a 1992, la conmemoración de los 500 años de la conquista de América”, cuenta a DW Fernández Revollo. Se trata de procesos cíclicos: “Se acerca el fin de la macha o desequilibrio y el comienzo de una nueva era de vivir bien y en armonía con la pacha, la madre Tierra”.

Un vago fondo común

Este llamado a participar en el cambio de era se nutre de “una cosmología similar entre mayas y culturas andinas precolombinas que operan con ciclos periódicos recurrentes. En el calendario maya no se trata, como se dice, del fin del mundo. Es el fin de una era”, explica a DW Juliane Müller, investigadora del Instituto de Etnología de la Universidad de Múnich.



Aunque históricamente no hay base para hablar de una relación precolombina entre ambos, “hay un vago fondo común de cosmologías similares que utiliza ahora el gobierno boliviano para un evento simbólico”, dice Müller, inscribiendo este Walikipuni -una mega fiesta new age, según algunos críticos- en la línea que lleva el gobierno de Evo Morales desde el 2005: el concepto socialista de nacionalización de industrias estratégicas mezclado con “un nuevo milenio para las culturas andinas”.

“La política de Evo Morales se inscribe también en los movimientos que desde la Cumbre de la Tierra de 1992 intercambian objetivos, en el marco de una solidaridad indígena continental”, recuerda Müller. La relación con el Tibet -a cuya cosmología también se refiere en la invitación al festejo-, la explica la etnóloga alemana con los elementos comunes a la fragilidad de los ecosistemas de altas montañas: “Hace alusión a una cultura pastoral de ganaderos nómadas, pero también a la rebelión del Tibet en contra de la colonización”.

Así, del diálogo de este encuentro -para el que se esperan 5.000 asistentes- saldrán propuestas colectivas en cuanto a medidas que aseguren para la nueva era, entre otros, un cambio de paradigmas en la relación con las culturas ancestrales, la utilización de los recursos y los derechos de la Tierra.

¿Y qué es la armonía con la Tierra?

A este respecto, fuera del plano discursivo y simbólico, “el gobierno de Bolivia, como el de Ecuador, ambos con el 'Vivir Bien' en la Constitución, colisionan con intereses contrapuestos: la explotación de los recursos fósiles contra la conservación del espacio natural”, afirma Müller.

“Hay muchas contradicciones”, apunta la etnóloga de Múnich, “si los indígenas del Tipnis se oponen a la explotación, los aimaras que trabajan en las minas y ahora plantan coca persiguen unos intereses económicos que hacen muy difícil someterse a las reglas de la Pachamama. Además, 'Buen vivir' está definido muy vagamente: se puede interpretar también como que es interés de la Pachamama que los hombres vivan en bienestar y que explotemos los recursos de la tierra, no necesariamente en nuestro sentido ecologista”.

Efectivamente, “los recursos están ahí para que los utilicemos, pero en beneficio de todos, no sólo de unos como ha sido la historia de América Latina y de África y de Asia. Los últimos 500 años, que coinciden con la época capitalista en la que un pequeño grupo de naciones, europeos y los norteamericanos, se han beneficiado de los recursos naturales y han establecido una relación de depredación con la Pachamama”, confirma el embajador Fernández Revollo.

Si en la era que culmina la Tierra ha sido depredada, en la nueva ¿cómo se va a manejar la explotación de los recursos naturales que tiene tanto impacto ecológico? “Las soluciones van a ser distintas de acuerdo a los pueblos, de acuerdo a la cultura. Es muy posible que haya pueblos que opten por pausas ecológicas, como Yasuni. Es muy posible que por hecho de subsistencia detengan la construcción de represas como los Mapuche. Así como es posible que haya pueblos que opten por la explotación de los recursos”, responde el embajador.

Del símbolo al hecho

Así, esta fiesta, llamada Walikipuni, “se inscribe en la política del presidente Morales cargada de simbología”, dice Müller. “Lamentablemente, esta sobrevalorización de la cultura andina con eventos y fiestas no ha conllevado ventajas materiales para la población y el gobierno enfrenta críticas -ahora también de la izquierda- en cuanto a que no hay un avance en la prometida reconstrucción ecológica-social”.

Como fuere, los anfitriones del gran evento sistematizarán las propuestas para esta nueva era en la cual se reordenará internacionalmente todo, también Naciones Unidas. ¿Cómo? “No hay recetas. Lo importante es escucharnos y discutirlo entre todos al nivel que haya que discutirlo”, dice el embajador Fernández Revollo. Y concluye con la larga palabra ARUSKIPASIPXAÑANAKA SAKIPUNIRAKISPAWA: una exhortación al diálogo, que es el lema -si no de la inminente nueva era- por lo menos de esta fiesta de solsticio en el verano del hemisferio sur.

Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López

El tunupa es el barco donde los sacerdotes hacen ofrendas.
El tunupa es el barco donde los sacerdotes hacen ofrendas.Imagen: Reuters
Bolivian President Evo Morales (L) and Foreign Minister David Choquehuanca (R) eat a bowl of fish soup at the Tunupa ship in Lake Titicaca, 74 km (46 miles) away from La Paz City, in La Paz December 16, 2012. Sunday marks the first of six days of celebrations to commemorate the end of the Mayan Calendar on December 21, which some believe to be the end of the world, that indigenous Bolivians regard as the change of an era. REUTERS/Gaston Brito (BOLIVIA - Tags: POLITICS SOCIETY)
El presidente Evo Morales, el 16 de diciembre en Bolivia.Imagen: Reuters
Landschaft am Titicacasee, Bolivien
Lago Titicaca.Imagen: picture-alliance/Bildagentur Huber