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¿El renacimiento del carbón?

Andreas Noll / Evan Romero-Castillo20 de diciembre de 2012

Según un estudio de la Agencia Internacional de Energía (AIE), adscrita a la OECD, un nuevo auge del carbón puede ser propiciado por los bajos precios de las materias primas y la alta demanda de las economías emergentes.

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Imagen: picture-alliance/Andreas Frank

Maria van der Hoeven, directora de la Agencia Internacional de Energía (AIE), describe las circunstancias actuales del mercado internacional de las materias primas de la siguiente manera: “el carbón y el gas están enfrentados en una guerra y el gas está a punto de perderla”. La experta basa su apreciación en un estudio recién publicado por la institución bajo su mando. Los autores de ese análisis anticipan un renacimiento del carbón y señalan a la economía germana como la más grande consumidora de este combustible fósil.

Eso no favorece a la posición de Alemania en el marco del debate para reducir las emisiones de gases que aceleran el calentamiento global; el carbón es una de las fuentes de energía más dañinas para el ambiente. Pero es difícil desalentar el uso del carbón cuando éste satura el mercado europeo a precios tan bajos. Según la AIE, este combustible se erigió en la fuente energética más importante a escala mundial en 2011, después del petróleo. 28 por ciento de la demanda de energía global es satisfecha por el carbón.

Los especialistas de la AIE –creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tras la crisis del petróleo de 1973 para defender los intereses de los países industrializados– estiman que el consumo de carbón se seguirá intensificando hasta 2017 a un ritmo anual de aproximadamente 500.000 toneladas. ¿A qué se debe este fenómeno? “Al alto costo del gas, al bajo costo del carbón y al precio irrisorio de los bonos para comerciar los derechos de emisión de anhídrido carbónico”, explica Van der Hoeven.

Kohlmine in Polen
Smid: “La industria energética puede darse el lujo de consumir carbón en cantidades exorbitantes”.Imagen: Getty Images

“El comercio de derechos de emisión es inestable”

En Estados Unidos se están explotando grandes cantidades de gas de esquisto a un precio relativamente bajo, gracias a nuevos métodos de extracción. Como la industria estadounidense del carbón no puede competir con la del gas, el carbón es enviado a Europa en cantidades que terminan rebosando la capacidad de ese mercado y marginando al gas como fuente de energía alternativa. Karsten Smid, de la organización ecologista Greenpeace, lamenta que el instrumento europeo para la protección del ambiente no esté funcionando como debería.

A juicio de Smid, el bloque comunitario no consigue estabilizar el comercio de derechos de emisión. Y el desarrollo de los precios le da la razón: el costo de los bonos que le permiten a una empresa aumentar la cantidad de sus emisiones contaminantes por encima del límite establecido han bajado de 30 euros por tonelada a entre seis y siete euros por tonelada. “Es por eso que la industria energética puede darse el lujo de consumir carbón en cantidades exorbitantes”, dice Smid.

A esta situación se suma el aumento de la demanda de carbón en economías emergentes como China e India, agrega Van der Hoeven. No obstante, Smid tiene la esperanza de que este panorama cambie. “Cada dos horas se construye una nueva central eléctrica eólica en China. Eso me permite ser optimista”, cuenta el activista de Greenpeace, aludiendo a la enorme influencia que la tecnología alemana para el desarrollo de energías limpias está teniendo sobre el sistema de abastecimiento eléctrico del país asiático.

Autores: Andreas Noll / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina-Valencia