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¿Un Estado palestino? Alemania le apuesta al diálogo cara a cara

28 de septiembre de 2011

La controvertida cuestión de si a Palestina le permitirán convertirse en Estado miembro número 194 de Naciones Unidas ocupará por más tiempo al Consejo de Seguridad. Los debates en ese gremio pueden durar meses.

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Soldado israelí en el Muro divisorio entre Israel y los territorios palestinos.Imagen: AP
Quince juristas de sendos Estados representados actualmente en el Consejo de Seguridad, entre ellos Alemania, Brasil y Colombia, deben examinar si los palestinos cumplan los requisitos para que su país sea admitido como un Estado. Entre los criterios de la Carta de la ONU se debe establecer si Palestina sería un país pacífico.
 
En este caso, Estados Unidos probablemente querrá cerciorarse de cuáles garantías hay, en caso de que – en un futuro - el grupo islamista radical Hamas asuma el gobierno de un virtual Estado palestino. Hamas cuestiona el derecho a la existencia del Estado de Israel y rechaza incluso hasta la petición presentada por los palestinos. Hamas es actualmente la fuerza gubernamental en la Franja de Gaza.
 
Táctica dilatoria en Consejo de Seguridad
 
 
Palestinos se manifiestan en Ramallah por un Estado propio.
Palestinos se manifiestan en Ramallah por un Estado propio.Imagen: dapd
Mientras China expresó apoyo a la iniciativa palestina, Washington ha amenazado con vetarla. Para una aprobación de su cometido en el Consejo de Seguridad los palestinos necesitan 9 de 15 votos de sus miembros. Además, todos los 5 miembros con derecho a veto (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, China y Rusia) deben abstenerse de hacerlo efectivo.
 
Pero un veto de Estados Unidos no sólo destruiría los sueños palestinos de pertenecer como Estado a Naciones Unidas. Un veto también dejaría mal a Obama ante el mundo árabe. De modo que el presidente de Estados Unidos tendría que enterrar sus esperanzas de que durante su mandate se llegue a un proceso de paz en el Cercano Oriente.
 
Base de negociación: líneas limítrofes de 1967
 
Ante tal panorama, Estados Unidos está buscando el respaldo de la Unión Europea, la ONU y Rusia para instar a las partes a emprender negociaciones cara a cara. En efecto, dicho cuarteto presentó un plan para un nuevo diálogo que debe empezar en el transcurso de un mes y que debe culminar a finales de 2012 con un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes. Washington podría dilatar las consultas en el Consejo de Seguridad hasta cuando esas negociaciones entren en la fase decisiva.
 
Diplomacia bajo presión
 
El presidente palestino, Mahmud Abbas, habla ante la ONU.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, habla ante la ONU.Imagen: picture alliance/dpa
 
El cuarteto parte de que la base de las negociaciones deben ser las fronteras existentes antes de la guerra de 1967. El plan prevé incluso un intercambio de tierras: asentamientos judíos podrían ser anexados a Israel, a cambio, los palestinos podrían recibir otros terrenos, hasta ahora en posesión israelí. Una idea que el primer ministro israelí Benjamin Netanjahu descartó ante el Congreso estadounidense.
 
La presión del tiempo se debe al marco político internacional de los próximos meses. Los Estados Unidos elegirán nuevo presidente en noviembre de 2012. En el mismo año también habría elecciones tanto en los territorios palestinos como en Israel. Los resultados de los mencionados comicios pueden cambiar, de nuevo, las bases de las negociaciones.
 
Por lo pronto, el estado de las cosas no pinta muy bien: los palestinos siguen exigiendo parar la construcción de más asentamientos israelíes en su territorio. Israel, por su parte, ha respondido con la aprobación para construir más 1000 viviendas en Jerusalén oriental.
 
Alemania confía en el diálogo
 
“Alemania participará constructivamente en los debates sobre la petición de reconocer un Estado palestino”, según el embajador germano ante Naciones Unidas. Berlín le apuesta a las negociaciones y hasta que no se concreten, espera no tenerse que decidir en el Consejo de Seguridad.
 
Autor: Daniel Scheschkewitz /José Ospina-Valencia
Editora: Emilia Rojas