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¿Un caso para la psiquiatría?

Diana Peßler / Lydia Aranda Barandiain16 de julio de 2013

El "caso Mollath", en el que un hombre fue internado en un psiquiátrico por cargos de violencia de género tras denunciar un escándalo de blanqueo de dinero, siembra la polémica en Alemania.

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Imagen: picture-alliance/dpa

“El Estado de Derecho ha perdido mucha credibilidad con el caso Mollath”. Son palabras del periodista del diario alemán Süddeutsche Zeitung Uwe Ritzer, que ha seguido durante ya 7 años uno de los procedimientos judiciales más complejos y polémicos de los últimos años: el del ciudadano bávaro Gustl Mollath y su mujer.

En 2006, el tribunal estatal de Núremberg declaró válidas las pruebas de que el restaurador de coches clásicos alemán Gustl Mollath maltrataba a su mujer, Petra Mollath, con la acusación adicional de haber dañado los neumáticos de gente que apoyó a su esposa en la querella. Mollath acusó entonces a su mujer y a otras personas de su entorno social de estar involucrados en un escándalo de blanqueo de dinero. Un psiquiatra dictaminó que Mollath sufría de alucinaciones paranoides, y el ciudadano fue internado en un psiquiátrico, declarado libre de culpa, pero peligroso.

¿Paranoia... O escepticismo judicial?

Mollath ya había enviado varias cartas al banco alemán HypoVereinsbank, donde su mujer trabajaba, informando del supuesto negocio de dinero negro que se estaba llevando a cabo. Durante el proceso judicial, Mollath presentó ante el juez un infome de 106 páginas lleno de confusas declaraciones que incluían cosas como el golpe de Estado del dictador ugandés Idi Amin, el aterrizaje en la Luna o la muerte de su padre por cáncer. Pero esta carpeta de documentos incluía asimismo declaraciones más concretas: acusaciones de transferencias ilegales del banco HypoVereinsbank a Suiza. Más tarde, presentó una denuncia.

Gustl Mollath Akten
Los documentos que Mollath presentó ante el tribunal fueron pasados por alto.Imagen: Getty Images

Mientras el HypoVereinsbank comenzaba una investigación basada en estas pruebas, el juez encargado del proceso no las tuvo en cuenta. Incluso llegó a acallar a Mollath cuando este intentó hablar del tema, según testigos. La fiscalía decretó que la denuncia era demasiado vaga: no contenía números de cuenta, ni recibos, ni historiales. El periodista Uwe Ritzer, no obstante, tiene una opinión diferente: “Es lo suficientemente precisa como para haberla tenido en cuenta, en caso de que se hubiera querido”. Además, según la fiscalía, no es tarea de personas privadas investigar casos de blanqueo de dinero.

Con todo ello, Gustl Mollath fue ingresado en psiquiátrico del hospital estatal de Bayreuth, donde permaneció 6 años sin noticias de su caso. Hasta el año 2012, cuando el informe interno del Hypovereinsbank de 2003, hasta entonces oculto al público, sale a la luz. El informe llega “relativamente rápido a la conclusión de que las declaraciones de Mollath eran ciertas”, recuerda Uwe Ritzer en entrevista con DW. En él se documentan graves delitos de los empleados del banco, incumplimiento de las políticas internas y de regulaciones externas como la ley de Lavado de Dinero. A pesar de ello, las investigaciones apuntan a irregularidades cotidianas de algunos ciudadanos: no se encuentran pruebas concluyentes del gigante escándalo del que hablaba Mollath, en el que se incluían bancos, justicia y políticos, o del complot para quitar de en medio al conocedor de todo ello, Gustl Mollath.

El proceso sigue, la desconfianza aumenta

Esto no es obstáculo para que la opinión pública comience a alarmarse. En la primavera de 2013 se comenzó una nueva investigación en el Parlamento del estado de Baviera en la que se trató el caso de forma más detallada y que trajo más detalles a la luz. Incluso el mismo Mollath fue llamado a declarar. Según testigos, se mostró concentrado y tranquilo.

Gustl Mollath
Gustl Mollath sigue, a día de hoy, internado en un psiquiátrico.Imagen: picture-alliance/dpa

No obstante, el tribunal de Bayreuth decide el mismo día de su declaración que Mollath debe seguir internado en el psiquiátrico, aunque no como una pena de prisión, sino como medida de protección para la sociedad, en palabras del profesor de derecho Hans Kudlich: “En el proceso judicial se demostró que Mollath puede ser peligroso, y se llegó a la conclusión de que, de ser puesto en libertad, podría reincidir. Este hecho hace que no haya otra alternativa que encerrar a esta persona, por muy trágico que ello resulte”.

Hoy, 16.072013, el Tribunal Supremo de Bamberg ha anulado la decisión del tribunal de Bayreuth, exigiendo un nuevo informe. Ante el Rribunal Regional de Ratisbona se han presentado también dos solicitudes de un nuevo jucio a favor del condenado: una del abogado de Mollath, y la otra, mucho más inusual, de la fiscalía, basada en nuevas pruebas en el caso. Estas pruebas son: nuevos testigos que afirman que la esposa de Mollath decidió internarlo en un psiquiátrico cuando este la denunció, la dudosa validez jurídica de la denuncia de Petra Mollath contra su marido por maltrato, y la verdad sobre el diagnóstico del estado mental de Mollath, basado en su acusación de gente cercana de un escándalo de blanqueo de dinero.

Mientras tanto, Mollath sigue en el psiquiátrico, y la sociedad cada vez lo ve más como una víctiva del sistema judicial o de una conspiración de las altas esferas. En Internet, las opiniones apuntan a que se debería dejar en libertad al ciudadano alemán de 54 años. La petición “Justicia y libertad para Gustl Mollath” cuenta ya con 44.000 seguidores.

“El Estado de Derecho ha perdido mucha credibilidad con el caso Mollath”, dice Uwe Ritzer. “Mi deseo es que gracias a una nueva investigación del caso más transparente, esta credibilidad sea restaurada”.

Autor: Diana Peßler / Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz