La ciencia de los vasos de cerveza

Para algunos, las costumbres cerveceras de Colonia pueden parecer extrañas: “kölsch“, la cerveza colonesa, se sirve en vasos de 200 ml a fin de preservar su nota fresca. Esta variedad solo puede ser fabricada en Colonia y sus alrededores. Los vasos son colocados en los agujeros de una especie de corona. Los distribuyen así y reemplazan los vasos vacíos sin preguntar.

No es ningún secreto que Alemania produce muy buena cerveza, pero ¿cuál es la manera correcta de beberla? A cada tipo de cerveza le corresponde un vaso especial. Un experto dijo a DW que la Pilsen, por ejemplo, tiene una espuma densa que ayuda a sellar su aroma, y por eso se sirve en un vaso de cristal grueso, y no en uno de cristal fino, como la Kölsch.

Los habitantes de Düsseldorf compiten con sus vecinos de Colonia y tienen su propia especialidad: la “Altbier”. Un vaso de Altbier tiene 200 ml, pero es más corto y grueso que su rival colonés. “En el vaso apropiado, la Altbier desarrolla su aroma típico y una espuma compacta”, dijo un fabricante de esta especialidad a Deutsche Welle.

“Un vaso de Pilsen es más estrecho en la apertura para que el aroma se dirija directamente hacia la nariz”, explica otro maestro cervecero de Essen a DW. “Eso aumenta el sabor de la cerveza”. Algunos vasos de Pilsen son cilíndricos, y otros, como el de arriba, tienen forma de tulipán

La Oktoberfest tiene su cerveza propia, la “clara” (helles), que se sirve en un vaso que puede contener hasta un litro de la bebida. El vidrio de los chops es grueso para que puedan soportar bien los numerosos brindis que suelen hacer los participantes de la gran fiesta de la cerveza alemana en Baviera.

Los vasos de la cerveza de trigo son grandes y curvos. Debido a su alto contenido en dióxido de carbono, que produce la espuma, esta cerveza debe ser servida lentamente. El diámetro de la apertura del vaso es mayor que los demás para que la espuma se acomode mejor y el aroma se perciba desde el primer trago.

Incluso los soldados de Napoleón brindaban con la “champaña del norte”. Una fermentación especial con ácido láctico provee a la "Weisse", la cerveza de Berlín, su carácter burbujeante y único, que a menudo se completa con un sorbo de jarabe de frambuesa o de menta.

De acuerdo con un especialista en cerveza negra, cada detalle del vaso denota el perfil del sabor de la cerveza: “La forma, el grosor del cristal, el procesamiento que ha tenido en su apertura, todo eso enfatiza el sabor”, asegura. La boca ancha del vaso hace que notas de sabor a castañas, chocolate y pan fresco lleguen claramente a las fosas nasales.

Cuando los habitantes de Bonn toman cerveza, degustan una “Bönnsch”, otra versión de la Kölsch, y lo hacen en un vaso inspirado en un diseño de Luigi Colani. Aunque no aumenta el sabor, “el vaso es más popular que la cerveza misma”, afirma un fabricante de la ciudad a orillas del río Rin.