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Secuestrador de Cleveland fue hallado colgado en su celda

4 de septiembre de 2013

Casi cinco semanas después de ser condenado a cadena perpetua y de evitar la pena de muerte con su confesión, el secuestrador de mujeres de Cleveland Ariel Castro se suicidó ahorcándose en su celda en prisión de Ohio.

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Imagen: Reuters

Castro, de 53 años, fue encontrado colgado en su celda a las 21:20 horas (local, 01:20 GMT), informó Joellen Smith, portavoz de las autoridades penales de Ohio, en la noche del martes, 3 de septiembre. Había sido condenado por retener contra su voluntad durante años a tres mujeres en su casa de Cleveland y abusar de ellas.

El personal de prisión intentó reanimarlo y lo trasladaron al hospital, dijo Smith. Sin embargo, allí fue declarado muerto a las 22:52 horas (02:52 GMT). Ariel Castro estaba encerrado en una celda individual en la prisión de Orient, en Ohio, donde era vigilado cada 30 minutos, explicó la portavoz.

Las autoridades han puesto en marcha una investigación sobre el suicidio, dijo sin ofrecer más detalles. El cuñado de Castro, Juan Alicea, dijo a la emisora CNN que la familia está indignada porque se enteró de la muerte a través de los medios de comunicación y sólo después recibió una comunicación de la dirección de prisiones.

"No soy un monstruo"

Castro fue detenido a principios de mayo después de que una de las mujeres secuestradas escapara de su casa y alarmara a la policía. Otras dos mujeres fueron rescatadas junto a la hija que había tenido una de las secuestradas con su violador. El 1º de agosto, un tribunal condenó a Catro a cadena perpetua sin perspectivas de salida anticipada, por una acusación de 937 puntos, entre ellos violación y privación de libertad. Castro se declaró culpable y así evitó la pena de muerte, vigente en el estado de Ohio.

Ariel Castro.
Ariel Castro.Imagen: Getty Images

Durante el proceso, Ariel Castro se disculpó ante sus víctimas, a quienes secuestró una tras otra y a las que mantuvo encerradas, en un caso, más de una década, además de someterlas a maltrato y abusos sexuales.

El secuestrador dijo no haber actuado con mala intención y negó ser un nombre violento. "No soy un monstruo. Estoy enfermo", señaló. El reconocimiento de la culpa permitió que sus víctimas no tuvieran que declarar ante el tribunal. Michelle Knight, una de las mujeres secuestradas, sin embargo, sí quiso ajustar cuentas con sus secuestrador y dijo entre lágrimas haber vivido once años en el infierno. "Ahora empieza tu infierno. Yo superaré todo lo ocurrido, pero tú tendrás que vivir para siempre tu infierno", le espetó.

CP (dpa, afp)