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Sebastián Lelio

Eva Usi14 de febrero de 2013

La película Gloria del cineasta chileno Sebastián Lelio, se perfila como una de las favoritas de la crítica internacional en la carrera para el Oso de Oro, el máximo galardón de la Berlinale. DW habló con el cineasta.

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Imagen: Eva Usi

Desde su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el pasado domingo 10, la cinta, que retrata a una mujer de 58 años (Paulina García), ávida de vivir y abierta a la modernidad, la película va ganando peso en el gusto de la crítica internacional, según reveló la revista especializada “Screen”. DW habló sobre la película con Sebastián Lelio.

DW ¿Que clase de recibimiento crees que tenga tu película en Chile?

Sebastián Lelio: Espero que sea vista, que logre encontrar un público y un lugar interesante entre la audiencia, porque es una película que tiene potencial masivo, que puede ser vista y disfrutada por distintas generaciones. Está centrada en el arquetipo de la madre, pero también están los hijos, los nietos. Está la sociedad. Hay un retrato social del Chile contemporáneo y espero de corazón que esta vez funcione en términos de público. También espero que haya un reconocimiento a través de Gloria a las mujeres de esta generación que están en un lugar un poco injusto, como en un especie de “no-lugar” y yo creo que lo que hace Gloria es reivindicar que ahí están y que son bellas, que bailan y tienen mucho que decir y que podemos aprender de ellas.

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Sergio Hernández (Rodolfo), Sebastián Lelio y Paulina García (Gloria)Imagen: DW/Eva Usi

La película muestra escenas de sexo y desnudos que hacen pensar en un Chile muy moderno y liberal. ¿Hasta que punto Gloria ( Paulina García) refleja a la mujer chilena de esa clase social?

Ella es muy chilena, muy una señora de Santiago, eso es muy reconocible. Además como pertenece a la última generación de las mujeres criadas para el matrimonio y que en el devenir de la vida llegó el divorcio, se fueron los hijos y se quedaron solas ante un mundo que había cambiado completamente su paradigma. Su búsqueda de adaptarse a este mundo, si quiere modernizarse, actualizarse, es muy parecida a la búsqueda colectiva de Chile para convertirse en un país moderno. Hay que sacudirse las últimas estupideces conservadoras y entrar a la modernidad con la frente en alto. Gloria de alguna manera lo intenta hacer. Hay un paralelismo entre las reivindicaciones personales de Gloria por convertirse en una mujer contemporánea, liberada y las reivindicaciones de la conciencia colectiva en Chile, que aspira a un país moderno. Tenemos que hacer un nuevo contrato social porque el que tenemos no funciona. Necesitamos educación de calidad, gratuita, un acceso digno a la salud. No puede ser que todo sea un negocio descarnado, tenemos que tratarnos con dignidad porque están los recursos pero no hay justicia social. Por eso está el trasfondo político en la película. El torrente de la conciencia colectiva vibra en el fondo y Gloria se conecta con él. Son procesos siameses.

Tu elección de Rodolfo, un oficial de la marina (Sergio Hernández), un personaje lleno de miedos y conflictos ¿Representa a ese sector conservador de Chile, herencia de la dictadura?

Sabíamos que el personaje tenía un parque de diversiones y que había una afición por el paintball y por las pistolas, pero digamos que está puesto de manera más cándida que estratégica. Yo sé que produce ese rebote, y sí, todo en la película está puesto ahí por algo. Representa a ese sector conservador por su miedo. Su temor a evolucionar. Si uno ve la película como una carta de Tarot de lo que es la sociedad chilena, Gloria y Rodolfo son dos caras de una misma sociedad. Está el deseo de evolucionar de Gloria y está la fuerza atávica de quedarse atrás de Rodolfo. Para mí el cine tiene mucho de Tarot. Hay un mensaje inconsciente que uno ni siquiera sabe que está diciendo, que se cuela en la potencia simbólica de las imágenes. El rey y la reina son dos aspectos de Chile.

Fotograma de la película.
Fotograma de la película.Imagen: Berlinale 2013

¿Qué retrospectiva harías desde tu primera película, La Sagrada Familia, hasta Gloria?

Gloria es la consecución lógica de la Sagrada Familia, Navidad y de El año del tigre, que han sido películas en sí mismas pero han sido un trayecto de búsquedas formales y temáticas que de alguna manera en Gloria encuentran un desarrollo mayor. Uno va aprendiendo, va descubriendo cuál es el cine que uno puede hacer, lo que uno tiene adentro. Y eso se hace a veces de manera más o menos lograda. Yo le debo todo a mis tres películas anteriores. Gloria no podría ser mi primera película, es la suma de ellas, lo que no significa que esas películas no tengan búsquedas logradas. Gloria me deja en un lugar muy interesante porque me provoca buscar otras zonas de exploración, como ampliar el coto de caza. Siento que de alguna manera se cierra un ciclo aquí.

¿Cuales serían esas zonas de exploración?

Estoy interesado en meterme en el thriller. En jugar con otras dimensiones. Pero a lo que no quiero renunciar es a ver personas en la pantalla y no a personajes. Eso es lo que yo amo del cine y lo que yo puedo hacer, lo que yo sé hacer. Me gustaría ver qué pasa si se hace un thriller y las personas parecen personas y no personajes de literatura. Ahí pueden darse unas chispas interesantes.

Estuviste en Berlín en el 2012 editando tu película con una beca del Servicio alemán de Intercambio Académico (DAAD), ahora estás en un lugar privilegiado con tu película. ¿Qué te ha dejado Berlín?

Berlín ha sido una especie de romance inesperado. Yo llegué aquí por la beca de la DAAD. Gloria fue montada en Berlín por mí, pero también por mi co-montajista en Santiago, trabajamos a distancia. Estuve seis meses viviendo acá y la electricidad y la locura de esta ciudad se colaron en Gloria, no sé como, pero ahí están. La selección en la sección oficial fue una especie de regalo. Me gustaría establecer mi base en Berlín durante un tiempo más largo. Funcionar un rato desde acá. Berlín ha sido una sorpresa muy linda, me ha recibido muy bien. Ha sido una ciudad que me ha dado mucho y quiero ver si le puedo dar algo de vuelta también.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas