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Se ralentiza el crecimiento económico de China

20 de enero de 2014

¿Un gigante con pies de barro? Los últimos datos sobre el crecimiento económico chino confirman al país como segunda potencia mundial, pero los escépticos mantienen sus dudas sobre la solidez de este avance.

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Imagen: STR/AFP/Getty Images

Nadie discute que el modelo económico chino necesita profundas reformas. El país agota su modelo de crecimiento basado en las exportaciones, pero, para poder seguir creciendo al ritmo al que lo ha hecho hasta ahora, necesita un aumento de la demanda interna. Las autoridades son conscientes de este hecho y ya han anunciado una serie de reformas para lograr un crecimiento más sólido.

Sin embargo, los datos son los datos. Y estos atestiguan que el país asiático creció más de lo previsto: un 7,7 por ciento en el 2013, después de desacelerarse en los últimos tres meses del año por una floja expansión de la inversión. Los analistas, sin embargo, creen que se avecinan tiempos más austeros para China. "Creo que será muy difícil que el crecimiento alcance un 8 por ciento este año", dijo a Reuters Ting Lu, un economista del Bank of America-Merrill Lynch en Hong Kong, quien espera que la economía de China se expanda un 7,6 por ciento este año.

Puntos clave

Hay ciertos asuntos espinosos, de cuyo éxito depende que no se produzca un frenazo brusco en la economía del país asiático. Todo dependerá de cómo se implementen las reformas emprendidas por Pekín. El Gobierno chino lucha por perseguir los préstamos arriesgados y controlar una posible burbuja inmobiliaria producida por el incremento en el precio de la vivienda. La propiedad inmobiliaria es un un tema especialmente delicado para el Gobierno. El sector es uno de los pocos que se destacan en la economía y las autoridades han intentado bordear la fina línea que discurre entre controlar los precios en aumento, lo que amenaza que las casas sean asequibles para la gente de salario medio, y frenar el crecimiento económico. Otro punto a tener en cuenta es la gigantesca deuda que arrastran los gobiernos locales.

En cualquier caso, después de la expansión económica de las últimas décadas, China quiere hacer ciertas reformas, aunque estas supongan un crecimiento más moderado. El desarrollo chino, que ha supuesto una lacra para el medioambiente, quiere afrontar una etapa de mayor madurez, adoptando un desarrollo sostenible y de mayor calidad.

MS (Reuters/Efe)