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¿Se puede confiar en los pronósticos de los economistas?

Rolf Wenkel/ CP4 de noviembre de 2013

Según datos oficiales, la economía alemana crecerá entre un 1,7 y un 1,8 por ciento el año próximo. Sin embargo, hay expertos que afirman que no se puede pronosticar el crecimiento económico.

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Imagen: Odd Andersen/AFP/Getty Images

Si algo han demostrado la crisis financiera global y la crisis de endeudamiento de la eurozona es, sobre todo, que la economía no siempre es capaz de llevar a cabo pronósticos certeros. Según expertos, sus modelos son fallidos y no reflejan la realidad. Frank Riedel, profesor de Matemática y economía de la Universidad de Bielefeld, director del Center for Mathematical Economics, y, además, autor de “La culpa de los economistas”, dice que “los pronósticos económicos no tienen una base científica”. Y eso se debe, en su opinión, a diversas causas.

Para ejemplificarlo, Riedel explica que en Alemania hay alrededor de 40 millones de hogares y cerca de dos millones de empresas. Pero es muy difícil llevar a cabo 42 millones de ecuaciones de comportamiento, por lo cual los científicos reducen sus modelos a un hogar y a una empresa representativos, la Deutschland WG (Alemania Comunidad de Vivienda) y la Deutschland GmbH (Alemania Sociedad de Responsabilidad Limitada). "Esos modelos son muy buenos para explicar conceptos económicos desde un punto de vista más bien filosófico. Sin embargo, no es posible calcular con ellos un crecimiento económico concreto”.

Modelos económicos sin mercados financieros

Lo decisivo es que la mayoría de los modelos matemático-estadísticos no tienen en cuenta a los mercados financieros, ya que presuponen que no tienen ningún tipo de influencia en la economía real. Pero la crisis reveló que la incertidumbre y la falta de confianza en los bancos afectan masivamente a la actividad crediticia y a las inversiones, así como al mercado de bienes y servicios.

“Es obvio que si no se toma en cuenta a los mercados financieros en el modelo económico, tampoco se pueden prever las crisis financieras, y éstas influyen, naturalmente, en el crecimiento económico”.

Crisis financiera global en 2008: la quiebra de Lehman Brothers.
Crisis financiera global en 2008: la quiebra de Lehman Brothers.Imagen: AP

En realidad, los economistas saben que los pronósticos de crecimiento con números decimales después de la coma no tienen la menor importancia, dice Frank Riedel refiriéndose a los que el Gobierno anuncia para Alemania en 2014.

“A eso se suma que en ambos pronósticos para Alemania tampoco la cifra antes de la coma es relevante. Es decir, que lo importante no es solo el 1,7 ni solo el 7 detrás de la coma, sino también el 1 antes de la coma. Eso se explica en el estudio que llevó a dicho resultado. En base a las investigaciones actuales se puede decir que el crecimiento económico de Alemania para el año próximo se sitúa entre un 0,6 y un 3 por ciento.

"La economía debería abrirse a procesos sociales"

De manera similar opina el economista y autor Max Otte, conocido por su libro “Se viene la crisis” (Der Crash kommt), de 2006, en el que predijo la debacle financiera global. Después de la II Guerra Mundial, critica Otte, el dogmatismo y la escolástica se impusieron en el área de las Ciencias Económicas. “Eso podría cambiar si la economía se abriese a incluir planteos sociales e integrativos, así como al hecho de que los procesos sociales siempre tienen como punto de partida modificaciones en las estructuras de poder. La economía sociológica se ocupó de ese tema 80 o 100 años atrás, pero ese punto de vista no fue aceptado”, explicó Max Otte a Deutsche Welle en 2012.

El especialista Max Otte.
El especialista Max Otte.Imagen: DW

En principio, dijo Otte, todo el concepto de la economía se basa en un error: “En la economía siempre son decisivos los procesos sociales, se trata de personas, de equilibrios entre estructuras de poder. Y casi todos los economistas trabajan bajo la premisa de que es el mercado el que pondrá orden. Pero no hay un solo mercado, sino muchos que funcionan de forma diferente. Es allí desde donde hay que partir, y eso todavía no sucede”.