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Pussy Riot vs. Putin

Anastassia Boutsko /ERS23 de diciembre de 2013

Maria Aliojina, de la banda de punk-rock Pussy Riot, considera que su liberación no es un gesto humanitario, sino un truco de relaciones públicas.

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Imagen: REUTERS

Maria Aliojina había sido condenada a dos años de reclusión por causar escándalo, junto con sus compañeras de la banda Pussy Riot Nadeshda Tolokonnikova y Yekaterina Samutsevich. Esta última había salido ya en libertad bajo fianza.

“Naturalmente, estar en la cárcel no es nada bueno”, señaló Putin a fines de la semana pasada en una conferencia de prensa ante centenares de periodistas de todo el mundo. Pero agregó que no compadecía a Aliojina y Tolokonnikova por estar encarceladas, sino por otra causa: “Me dan pena porque cayeron tan bajo. Eso las denigra como mujeres”.

El grupo artístico Pussy Riot se formó en 2011, cuando Vladimir Putin postulaba a un nuevo período presidencial. Todas las integrantes de la banda de rock participaban en el movimiento de protesta y habían llamado la atención con numçerosas acciones provocadoras. Con vestidos de verano y coloridas medias, las mujeres bailaban enmascaradas en lugares públicos de Moscú. En la Plaza Roja, cantaban canciones con letras como “liberen los adoquines” o “abajo con la cárcel, libertad para la protesta”. Demandaban elecciones libres y, sobre todo, la renuncia de Putin. Para las rockeras feministas, el representa el “delirio machista ruso”.

Pussy Riot punk band Protest Russland
Protesta contra Putin.Imagen: Reuters

Una protesta y sus consecuencias

El 21 de febrero de 2012, las mujeres se proponían grabar imágenes para su nuevo video en la catedral de Cristo Redentor. Con este objetivo, varias integrantes del grupo saltaron en las gradas del altar, mientras las otras las filmaban. Toda la acción duró 41 segundos. El material apareció luego en YouTube, en el video “Madre de Dios, libéranos de Putin”. La canción trata del estrecho vínculo entre el Kremlin y la Iglesia Ortodoxa rusa.

En marzo de 2012, las participantes en esta acción fueron detenidas y luego acusadas de “alborotar por odio religioso”. En el juicio, calificado por Amnistía Internacional de farsa, la sentencia fue dura: dos años de reclusión en una colonia penal para cada una. Aliojina y Tolokonnikova fueron recluidas en un campo de trabajos forzados.

Terribles condiciones

Las jóvenes activistas fueron objeto de provocaciones de las autoridades carcelarias y acoso de parte de las otras prisioneras. Ambas intentaron defenderse. Aliojina emprendió una huelga de hambre y Tolokonnikova logró sacar al exterior una carta abierta. En ella describió las terribles condiciones carcelarias y un refinado sistema de humillaciones a las que fueron sometidas ella y otras prisioneras.

Maria Alyokhina Pussy Riot Entlassung aus Haft Russland
Maria AliojinaImagen: Reuters

El presidente Putin, sin embargo, no mostró compasión. “Ella superaron un límite”, afirmó. No fue él quien decidió la liberación de ambas mujeres. Fue la Duma la que se pronunció a favor de una amnistía. Y desde ahora parece claro que la puesta en la libertad de las activistas no supondrá una reconciliación de Pussy Riot con el Kremlin.