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Ofensiva contra los “locos del volante”

Antje Binde1 de noviembre de 2012

El exceso de velocidad es la principal causa de los accidentes de tránsito en Alemania. No obstante, los expertos se muestran escépticos de cara a los controles de velocidad realizados con ayuda de radares.

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Imagen: picture alliance/dpa

El exceso de velocidad es la principal causa de los accidentes de tránsito en Alemania. Aunque en este país no se registran tantos siniestros como en otras partes de Europa, el número de muertes ocurridas en las calles, carreteras y autopistas aumentó en 2011 por primera vez en veinte años… ¡en un diez por ciento! Los Länder germanos han reaccionado a esta tendencia intensificando los controles de velocidad con ayuda de radares.

La semana pasada se activaron todos los radares disponibles durante 24 horas en las vías de Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia, y se controlaron 800.000 automóviles. “En 2011, más de un tercio de quienes murieron en accidentes de tránsito perdieron la vida por viajar en coches conducidos con exceso de velocidad. Quién quiera poner coto a esta situación debe ponerle freno a los ‘locos del volante’ ”, señalaba Ralf Jäger, ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, justificando la iniciativa de los radares.

Deutschland Verkehrsunfall
Schreckenberg: sólo una educación continua puede modificar los hábitos más peligrosos de los conductores.Imagen: AP

¿Cómo modificar los hábitos peligrosos frente al volante?

No obstante, los expertos en materia de tránsito dudan que el control de velocidad con ayuda de radares sea efectivo tal como se viene aplicando. Después de todo, los controles tienden a ser anunciados y ya existen páginas web especializadas en delatar la ubicación exacta de los radares instalados. “La mayoría sólo reduce la velocidad de su coche en las zonas controladas”, asegura Karl-Friedrich Voss, especialista en psicología del tráfico. A sus ojos, estas medidas no tienen efecto duradero sobre el comportamiento de los conductores.

“Es importante ejercer influencia sobre los conductores poco después de que han infringido los límites de velocidad y no semanas después; cuando el conductor recibe la multa ya ha olvidado lo ocurrido”, agrega Voss. Por su parte, el investigador de asuntos ligados al tránsito Michael Schreckenberg está convencido de que sólo una educación continua puede modificar los hábitos más peligrosos de los conductores. “En la vida civil, no hay actividad alguna que implique mayores riesgos que el conducir un auto. Sin embargo, nadie se preocupa de refrescar sus conocimientos al respecto”, lamenta Schreckenberg.

Schreckenberg comenta que un 60 por ciento de las personas puede morir si el coche en el que viaja choca con otro a una velocidad no mayor de 50 kilómetros por hora. Ese es el tipo de información que este especialista querría ver impartida en los cursos de conducir. Schreckenberg desestima que el aumento de las multas para infractores persuada a los conductores de evitar exceder la velocidad establecida. A sus ojos, el único castigo efectivo en esos casos sería el retiro de la licencia… de ser necesario, para siempre.

Autor: Antje Binder/ Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse