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Nuevo impuesto al sexo

Mirra Banchón25 de abril de 2005

El “impuesto al sexo” se manifiesta como un excelente método de llenar las arcas vacías de algunos ayuntamientos. ¿Qué pasará con las ciudades que opten por no imponer un gravamen al placer?

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Cuatro euros al día tendrían que destinar diariamente al ayuntamiento de Dortmund.Imagen: dpa

En Renania del Norte-Westfalia se propaga el afán por gravar el placer. En 2003, Colonia comenzó a recaudar el “impuesto al sexo”, según el cual cada bar, sauna, local nudista y swingersclub debe pagar 150 euros mensuales por cada trabajador sexual que opere ahí.

Kolle - ein Leben für Liebe und Sex
Imagen: WDR

Gelsenkirchen y Dorsten, dos plácidas localidades al norte de Renania, también usufructúan del placer: en la primera, por cada diez metros cuadrados y día, los locales pertenecientes al sector rojo deben abonar al ayuntamiento 5,60 euros. En Dorsten son sólo 3 euros, sin embargo, si se trata de un negocio de cabinas de espectáculo porno, la ciudad cobra 10 euros al día, 7,20 más de lo que recibe Gelsenkirchen por el mismo rubro.

El buen ejemplo hay que seguirlo

Siguiendo este ejemplo, la ciudad de Dortmund urde un plan para paliar en algo la miseria de sus arcas: introducir el impuesto al sexo. Siguiendo el ejemplo de Colonia, en donde un impuesto de esa clase ha redundado en un ingreso adicional de 700.000 euros en 2004, la ciudad a orillas del Ruhr pretende gravar con 80 euros mensuales el negocio con la diversión sexual a partir del 1 de julio de este año.

Además, cada trabajador del ramo de la prostitución deberá desembolsar 4 euros diarios, aparte de los impuestos normales. Los servidores sexuales que trabajan en casas privadas y en la calle tampoco se salvarían de rendir su tributo a las arcas de la ciudad del Borussia. 450.000 euros anuales sería el beneficio de este gravamen al placer, y a cambio de ello el ayuntamiento desembolsaría unos 62.000 en costos de personal centrado especialmente en la prostitución privada y callejera.

Un arma de doble filo

El “Modelo Dortmund” presupone que todo trabajador sexual esté registrado y trabaje legalmente y cumpla con sus obligaciones fiscales. Así el plan y las promisorias cifras; sin embargo, el proyecto debe ser todavía aprobado por el Concejo. Tanto los socialdemócratas como los verdes se oponen, parcialmente, al lucrativo proyecto: que trabajadores sexuales tengan que pagar un tributo adicional sólo llevaría a un empeoramiento de su situación personal y a un aumento del trabajo ilegal, por el cual la ciudad pierde actualmente unos 400.000 euros anuales.

Emigración sexual

Buchcover: Altenburg - Sex
Cubierta del libro de Matthias Altenburg. "De alguna manera todo es sexo"

Si bien los ingresos adicionales le han venido bien a las finanzas del ayuntamiento de Gelsenkirchen, el efecto secundario de la medida, según las autoridades, ha sido intencional y se contaba con él: no han sido pocos los negocios de este ramo que se han afincado en localidades vecinas. Si Münster y Aquisgrán han anunciado ya que no está entre sus proyectos introducir este tipo de impuesto, evidente en dónde se concentrarán en el futuro los negocios del placer. Bien podría ser entonces, que un gran barrio rojo se sume a los atractivos de la “cuna de Europa”.