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El reciclaje informal supone un peligro para la salud y el medio ambiente

23 de abril de 2013

Los países ricos depositan ilegalmente su chatarra electrónica en países no industrializados. Deepali Sinha Khetriwal explica a Global Ideas que el reciclaje informal supone un peligro para la salud y el medio ambiente.

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Imagen: DW

Deepali Sinha Khetriwal es investigadora asociada en la Universidad de las Naciones Unidas en Bonn. La universidad dirige el programa denominado “STEP” que significa: Solucionando el Problema de los Residuos Electrónicos (Solving the E-waste Problem). El tema de su doctorado fue estudiar la relación entre el comportamiento del consumidor y los residuos electrónicos.

Global Ideas: Alemania tiene aproximadamente 80 millones de habitantes. Esa misma cantidad de teléfonos móviles fuera de uso, se encuentra almacenada en los armarios de los alemanes. ¿Cuánto ha crecido el número de teléfonos celulares en los últimos años?

Deepali Sinha Khetriwal: El número está creciendo exponencialmente en todo el mundo. En total, hay 5.900 millones de teléfonos móviles. A esa cantidad se suman anualmente unos 300 millones más en la India y China. Esto ocurre a todos los niveles de la sociedad, ya que los teléfonos móviles son cada vez más baratos. Muchas personas que no tenían acceso a los sistemas de telefonía saltaron la fase de las líneas de teléfono fijas y entraron directamente a la era del teléfono móvil.

¿Cuánto tiempo es útil un teléfono móvil?

Los productores calculan que la vida útil de los teléfonos móviles es por lo general de un año y medio a dos años. En los países en desarrollo como la India, el uso es probablemente un poco más largo porque, con frecuencia, los viejos teléfonos son regalados a otras personas. En cambio, en los países industrializados como Alemania las personas cambian de teléfono una vez que su contrato expira pasados los dos años, y por supuesto, hay nuevos productos en el mercado. Técnicamente, los teléfonos podrían ser útiles hasta 10 o incluso 15 años.

Los países industrializados mandan a menudo sus equipos electrónicos en desuso a los países en desarrollo. ¿Qué ha cambiado en la práctica desde la aprobación de la Convención de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación?

La Convención fue creada principalmente para monitorear los flujos de comercio internacional de residuos electrónicos. Si un país envía residuos electrónicos a otro, tiene que informar a los demás sobre ello. El tratado de la Convención contiene también un capítulo denominado "Prohibición de Basilea". Este prohíbe a los países industrializados el envío de residuos electrónicos a los países en desarrollo. Los países que no han firmado la convención, como los EE.UU., pueden seguir enviando sus residuos electrónicos a Nigeria, Ghana y la India.

De todos modos, el comercio ilegal aún persiste. Si una organización humanitaria envía computadoras de Alemania a Ghana, el envío es legal, siempre y cuando las computadoras todavía funcionen. Sin embargo, en muchas ocasiones los cargamentos reciben etiquetas falsificadas, es decir, se camuflan los residuos electrónicos como computadoras de segunda mano.

¿Generalmente, dónde va a parar la chatarra electrónica de los países ricos? ¿Se recicla o termina en los vertederos?

Eso es algo difícil de determinar con certeza. La chatarra comercializada ilegalmente termina en manos de distribuidores y recicladores. Ellos montan una computadora con los componentes de tres computadoras malogradas o también extraen los metales como el cobre. Hay partes que son menos lucrativas. Por ejemplo, el protector plástico de los monitores termina a menudo en los vertederos. En general, se puede decir que hay un poco de reutilización, un poco de reciclaje y mucha basura.

Los refrigeradores también tienen metales valiosos. Pero tanto el refrigerante como la espuma que utilizan, pueden ser peligrosos. ¿En qué sentido son peligrosos?

En general, los residuos electrónicos se consideran peligrosos para la salud y el medioambiente. Por ejemplo, en los procedimientos de reciclaje informal se utilizan mercurio y ácidos para obtener el oro que se encuentra en las placas de circuitos impresos. Este procedimiento no es solo peligroso para el reciclador sino también para el medio ambiente. Cuando la persona cocina la mezcla, se liberan toxinas al aire. Luego vierte los restos al desagüe y contamina el agua. Es decir, desecha lo que no necesita y estos residuos tóxicos terminan en los vertederos contaminando el suelo.

¿Quiénes tienen la culpa de la difícil situación de los residuos electrónicos? ¿Los países, porque no han sido capaces de negociar instrumentos internacionales eficaces? ¿Los fabricantes por lanzar constantemente nuevos productos al mercado? ¿O los consumidores por descartar sus equipos antes de tiempo?

No se puede señalar con el dedo a una sola parte. El comercio existe porque genera ganancias. Y también existe una demanda de equipos electrónicos de segunda mano a bajo precio en los países en vías de desarrollo. Se necesitan las directrices internacionales para regular los deshechos pero también los consumidores tanto como los recicladores deben ser conscientes del impacto negativo para el medio ambiente.

¿Qué soluciones plantea usted?

No queremos que los recicladores tengan que sumergir sus manos en ácidos. Es decir que se necesitan controles para garantizar que las regulaciones que ya existen, sean respetadas. La implementación de las regulaciones sigue siendo mucho más difícil que negociarlas y crearlas.

En algunos países, el sector del reciclaje ya se está institucionalizando como por ejemplo, en Sudáfrica, China y la India. Antes de que el equipo sea arrojado a una máquina trituradora, se lo desmonta y se extraen las piezas valiosas. Luego, los materiales individuales se exportan y entregan a empresas especializadas en el reciclaje de placas de circuitos impresos o de plástico. Esta división del trabajo es, actualmente, la mejor solución.

¿Entonces, no hay problema con los equipos reciclados correctamente?

Así es. Si su teléfono móvil está guardado en su casa en un cajón, no es dañino para la salud ni para el medio ambiente. Sin embargo, si cae en manos de los procesadores de reciclaje informal, se convierte en un peligro.

¿Quiere decir entonces, que debemos dejar nuestro teléfonos celulares viejos en los cajones?

¡No, de ninguna manera! Lo más importante es extender la vida útil del teléfono. Básicamente, el consumidor debería seguir el principio de las tres erres ecológicas: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Hay que preguntarse: ¿necesito realmente un nuevo teléfono celular? Y luego, preguntarse: ¿Hay alguien que pueda necesitar el que estoy desechando? Y si no, entonces debe ser reciclado adecuadamente.

Entrevista: Johanna Treblin / CS
Editor/a: Emilia Rojas Sasse

brennender Elektroschrott, Indien
Al quemar equipos electrónicos se originan gases tóxicos que son dañinos para el ser humano y el medioambiente.Imagen: EMPA / ewaste
Deepali Sinha Khetriwal
Deepali Sinha Khetriwa.Imagen: Deepali Sinha Khetriwal
Elektroschrott, Indien
Separación de basura: Una mujer raspa el plástico de una placa de circuitos impresos.Imagen: EMPA / ewaste
Müllhalde, Indien
En los países en desarrollo, hay personas que viven de la basura de los que tienen mayores ingresos.Imagen: DW / Carl Gierstorfer