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¿No se aprendió de Chernóbil?

2 de octubre de 2012

Bruselas ha pospuesto nuevamente la publicación de su estudio sobre el estado de las plantas atómicas comunitarias. Quienes tienen acceso al informe tildan de aterradoras las deficiencias en los sistemas de seguridad.

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Imagen: AP

Aunque la Comisión Europea no ha publicado oficialmente los resultados de las pruebas de resistencia efectuadas en las plantas atómicas del bloque comunitario, algunos medios han tenido acceso al informe sobre sus niveles de seguridad. Según el diario alemán Die Welt, las deficiencias de las estrategias para prevenir accidentes nucleares son aterradoras.

La presentación del reporte debió haber tenido lugar hace meses, pero fue pospuesta para el 3 de octubre. Este lunes (2.10.2012), el comisario europeo de asuntos energéticos, el alemán Günther Oettinger, dejó saber que las investigaciones no habían concluido y que el informe vería la luz el 18 de octubre. Pero no todos están esperando su publicación ansiosamente.

Jochen Stay es vocero de ausgestrahlt, una organización antinuclear que analiza los riesgos que el uso pacífico de la energía atómica supone para la población. A sus ojos, el informe en cuestión no es de fiar porque se basa en los datos que los operadores de las centrales atómicas enviaron voluntariamente. “Sólo un tercio de ellas fue visitada por inspectores externos”, dice Stay.

El activista señala que los inspectores europeos no consideraron la colisión de un avión contra una central atómica como factor de riesgo. Según Stay, la comisión alemana encargada de medir la seguridad de los reactores ya sabía que ninguna planta nuclear en Alemania estaba protegida contra un accidente de esa índole. “Ninguna puede costearse ese blindaje”, asegura Stay.

Atomkraftwerk Biblis
Activistas antinucleares alemanes frente a la central atómica de Biblis, clausurada en el año 2011.Imagen: dapd

Mucho ruido, pocas nueces

Citando cálculos de la Comisión Europea, el periódico Die Welt comenta que el costo de corregir las deficiencias registradas asciende a 25.000 millones de euros; una cifra prohibitiva en tiempos de recesión. Sin embargo, cabe preguntarse si las inversiones necesarias para reforzar la seguridad de las instalaciones se hicieron cuando la economía florecía.

El informe apunta a que no. Allí, los inspectores se quejan de que, en muchos países europeos, la catástrofe nuclear de Chernóbil de 1986 no alentó a los expertos a ajustar las medidas de seguridad de las centrales atómicas. “Eso no me sorprende”, admite Stay, explicando que la central de Biblis, en Hesse, incumplió normativas de seguridad hasta el día de su clausura, en 2011.

Stay no cree que la publicación del informe de la Comisión Europea genere un escándalo. “Después de todo, lo que se pretende es convencer a la opinión pública de que se está haciendo contra los riesgos; practicando unas pruebas de resistencia, estableciendo normativas de seguridad”, lamenta el activista. A su juicio, esas normativas no se pondrán en práctica jamás.

Después de la catástrofe en el complejo atómico de Fukushima, Japón, la Comisión Europea decidió comprobar si un accidente de esas proporciones podría ocurrir en Europa y si las autoridades comunitarias podían minimizar esos riesgos. En 14 de los 27 países del bloque comunitario hay 68 centrales nucleares que producen electricidad gracias a sus 134 reactores.

Autores: Dirk Kauffmann / Evan Romero-Castillo
Editora: Cristina Papaleo