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Ni el Internet le resta sabor al sexo: Erika Berger

Jefferson Chase (Traducción Claudia Herrera Pahl)31 de enero de 2008

Erika Berger es una de las sexólogas más reconocidas de Alemania desde finales de 1980. Ya sea en programas de TV o en revistas da consejo en asuntos íntimos. DW-WORLD habló con ella en un aniversario histórico.

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Erika Berger: 67 años sin tabúes.Imagen: FOCUS GESUNDHEIT

DW-WORLD.DE: El Reporte Kinsey desencadenó una revolución sexual cuando fue publicado el 31 de enero de 1948. Hoy se cumple el 60 aniversario de la fecha de publicación. ¿Qué importancia tuvo en su carrera este reporte?

Erika Berger: Era demasiado joven cuando fue publicado, pero obviamente lo tengo en mi librero igual que cualquiera que se interese por la sexualidad. Contiene ideas con las que coincido. No hay razón para no tener prácticas que están fuera de lo normal y que posiblemente sean incomprensibles para otras personas. Se debería hablar más sobre sexualidad, no se debería tratar de acallar temas y se debería dejar en paz a personas con preferencias sexuales distintas.

Pasaron muchos años antes de que el Reporte Kinsey fuera traducido al alemán. ¿Estaba Alemania atrasada en este tema?

Cuando yo comencé a ocuparme de temas sexuales frente a las cámaras de televisión me encontré con un desierto. Además de mi programa había uno de Oswalt Kolle que filmó un par de documentales de educación sexual en 1960. Era un pionero en el área y creo que fue con sus películas cuando Alemania se dio cuenta de que el sexo es algo completamente normal. En este rubro creo que Estados Unidos adelantaba a Alemania.

Los resultados del Reporte Kinsey sugerían que las prácticas tradicionalmente calificadas de "perversas" estaban mucho más difundidas de lo que la gente pensaba. ¿Existe lo que se podría calificar como “sexo normal”?

¿Qué es sexo normal? Lo mismo podría preguntar ¿qué es sexo bueno o malo? El sexo es la forma en el que lo experimento conjuntamente con mi pareja. Los conceptos de sexo normal o anormal no significan nada para mí. Creo que es una impertinencia que se afirme que las prácticas homosexuales no son normales. ¿Quién tiene el derecho de definir lo que es normal? Yo determino lo que es normal para mí.

El Internet ha abierto una serie de posibilidad para investigar las preferencias sexuales de las personas. ¿Qué efecto ha tenido en las investigaciones sobre el sexo?

El Internet es muy importante para los estudios de este tipo. Permite investigar de forma instantánea y transparente. No tengo que dirigirme a algún lugar para comprar un libro del cual casi ni me atrevo a mencionar el título. Al contrario, basta con ingresar en la red y con un solo click encuentro lo que estoy buscando. También resulta interesante que se puedan medir las visitas y ver qué es lo que le interesa a la gente por ejemplo si les interesa la posición del misionario o prácticas sexuales inusuales, juguetes sexuales o formas de masturbación. Todo esto resulta muy interesante.

¿Se puede decir que la moral sexual pública difiere drásticamente del comportamiento "virtual" de las personas?

Absolutamente. Puede leer, informarse, incluso puede hablar y discutir. Pero cuando las personas se ven confrontadas con sus propios deseos a veces les falta el coraje. Algunos no quieren presionar a sus parejas, y otras simplemente no saben por donde comenzar. Para poner un ejemplo extremo: ¿cómo reaccionaría mi pareja si le dijera que soy sadomasoquista?

¿No resulta una ironía que las posibilidades que abre el anonimato del Internet sean usadas con tal intensidad justamente en el campo sexual?

Hoy puedo encontrar una pareja por Internet, puedo virtualmente invitar a alguien a pasar a la sala de mi casa y hablarle vía la pantalla de mi ordenador. Pero dígame qué tiene de bueno? Es totalmente unidimensional. Es como si viera fotografías de hombres o mujeres desnudos o prácticas sexuales en televisión. ¿En qué me beneficia?

Parece que todavía se requiere educación sexual en la era del Internet, una gran necesidad de que la gente hable sobre el sexo.

Creo que el intento de unir a las personas es bueno. Pero no siempre funciona. Digamos que decido que quiero a un hombre. Visito una página web y busco a uno con el que me gustaría chatear. Empiezo a hablar con él, pero lo que quiero es verlo. Me encanta chatear y uso frecuentemente el Internet, pero creo que lo más importante es un encuentro personal. El Internet da un tipo de anonimato que no me gusta mucho.

Tiene usted 67 años y su último libro trata sobre el proceso de envejecer y la menopausia. Un tema importante tomando en cuenta que en Alemania y otros países europeos el promedio de edad va en aumento.

Se trata de una pregunta muy importante. ¿Es el sexo en la vejez un tabú? Personalmente quiero que sea algo normal. ¿Quién dice que no debería tenerse sexo a los 60, 70 o 80? No hay un límite para el sexo o el amor que siempre está relacionado con el sexo. Si una persona está sana puede seguir teniendo una vida sexual plena. Pero una de las cosas que he descubierto hablando con las personas durante las investigaciones para mi último libro es que a mayor edad el sexo va perdiendo importancia, pasa a un segundo o tercer nivel, lo más importante es la ternura. ¿Hay alguien a quién pueda querer y que me pueda querer a mí? Se trata de una cuestión de confianza sobre todo y la sexualidad se desarrolla sobre esta base.

¿Quiere decir que las personas a más edad se prestan más atención?

Claro, no importa que tan viejo sea uno, todos queremos cariño. Cuando una mujer alcanza la menopausia tiene muchas inhibiciones. No se atreve a quitarse la ropa. Tiene miedo de que el sexo pueda doler. Hay tantos factores que pueden reducir su deseo sexual. Piensa, estoy vieja pero no está vieja, simplemente está entrando en una nueva fase. Es maravilloso.