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Neo Rauch: arte alemán entre rock, surrealismo e historia

19 de abril de 2010

Para unos, Neo Rauch es el pintor alemán más exitoso a nivel internacional. Para otros, a su pintura le falta vuelo. A sus 50 años, celebra con exposiciones en Leipzig y Múnich y le pone color a la tapa de Rolling Stone.

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El pintor alemán Neo Rauch en Leipzig ante una de sus obras.Imagen: picture alliance/dpa

¿Qué mejor regalo para un pintor como Neo Rauch que regalarse a sí mismo una doble tapa con sus pinturas en la edición alemana de mayo de la revista Rolling Stone? Especialmente si se tiene en cuenta que, para inspirarse, Neo Rauch escucha, según refiere el periódico alemán Die Welt, precisamente eso: rock y punk.

Este domingo 18 de abril, el artista cumplió medio siglo de vida, y en Alemania se lo homenajea con dos exposiciones retrospectivas simultáneas en Leipzig, su ciudad natal, en el Museo de Artes Plásticas y en Múnich, en la Pinacoteca Moderna. "Begleiter" se llama la muestra, que puede visitarse hasta el 15 de agosto y es “todo un acontecimiento”, de acuerdo con el director de la pinacoteca estatal de Bavaria, Klaus Schenk. Neo Rauch festejó su cumpleaños en Leipzig inaugurando la retrospectiva en el Museo de Artes Plásticas rodeado de más de 500 invitados. En "Begleiter" se pueden apreciar 120 pinturas del período que va desde 1993 a 2010.

Warten auf die Barbaren
"Esperando a los bárbaros", de Neo Rauch (2007).Imagen: courtesy Galerie EIGEN + ART Leipzig/Berlin & David Zwirner, New York

Surrealismo, abstracción y pop-art

“Ambas exposiciones intentan ser concordantes”, dijo el director del museo muniqués, Hans-Werner Schmidt. “El universo de Rauch sólo se comprende si se visitan las dos muestras”, agrega. La mayoría de las obras provienen de colecciones privadas y nunca se habían expuesto. Otras acaban de salir recién del atelier del maestro.

Neo Rauch es uno de los pintores más solicitados de la actualidad a nivel mundial. Es cofundador de la Nueva Escuela de Leipzig, que combina elementos abstractos y surreales. Rauch, necesitó más de 20 años para encontrar un lenguaje propio: “pintura figurativa con ecos de arte publicitario y pop-art”, según él mismo. El realismo socialista de su pasado en la ex Alemania del Este tampoco escapa a las imágenes del artista, que tienen un cierto dejo melancólico de utopía en donde lo histórico se mueve en danza con lo surreal. Él mismo se ve en la tradición de artistas como Beckmann, Bacon, Beuys y Baselitz.

Neu Rauch Die Fuge, 2007
La fuga (2007), de Neo Rauch.Imagen: VG Bild-Kunst Bonn, 2010

El artista contó que un día, al meditar, se le apareció un duende verde: “Este habitante de los bosques viene de los claros y de la espesura. Es un explorador que habla de la seducción. Es un ‘orter', al revés, ‘retro', de lo que también a mí se me acusa”. Los padres de Rauch murieron durante un accidente de trenes poco después de su nacimiento. Creció con sus abuelos en Sajonia-Anhalt, al este de Alemania. El pintor caracteriza sus obras como un “mundo de juguete”: “Claro que juego”, dice. “Es un retardo en mi desarrollo del que ahora me puedo alimentar”.

Neu Rauch Fluchtversuch, 2008
Intento de huída, de Neo Rauch (2008).Imagen: VG Bild-Kunst Bonn, 2010

Críticos: “olor a coliflor y gasolina”

¿A qué se debe la fama de Rauch? El hecho de que sus obras se vendan a sumas casi millonarias en EE.UU no es garantía de calidad artística. Sus detractores cuestionan si se trata de una “tendencia de la época” y de la curiosidad de estrellas como Brad Pitt, que pagó 680.000 euros por uno de sus cuadros.

Según Adrial Searle, del Guardian londinense al semanario alemán Stern, cuando mira las obras de Rauch, percibe un “olor a coliflor y gasolina”. “Su arte tiene algo de habilidad desganada”, dice Searle.

Deutschland Kunst das Blaue von Neo Rauch in München Flash-Galerie
"Lo azul", de Neo Rauch.Imagen: picture alliance/dpa

Jerry Saltz, de New York Magazine, apunta en Stern: “Era fan de Rauch, pero empiezo a preocuparme”. De pronto, encuentra “cosas pequeñas y confusas” en los cuadros de Rauch. “Colores espectaculares, bellas figuras, pero falta el alma”, concluye Saltz.

Como contrapunto, Mera Rubell, coleccionista de arte moderno y cazadora de talentos estadounidense, dijo a Deutsche Welle que “Neo Rauch es un gran artista”. Según ella, “sus obras transportan al espectador a una especie de espacio psicológico, y lo que hace que ese espacio sean tan potente es que une el pasado con el presente y con el futuro”. Don Rubell, su esposo y socio, apunta que la obra de Rauch es “una mezcla de fantasía, surrealismo e historia, por lo que no es importante si la historia sucedió como él la pinta”.

Lo cierto es que Neo Rauch sigue movilizando a los amantes del arte, aunque en los últimos años ha preferido retirarse del ambiente público. “Quiero retirarme. No quiero convertirme en el Boris Becker de la escena artística”, dijo en 2007.

Autora: Cristina Papaleo, dpa
Editor: José Ospina Valencia