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Mercadillos alemanes anuncian la Navidad

Max Zander (JOV)29 de noviembre de 2014

Despiertan tanta fascinación que se han convertido en un producto alemán de exportación. Entre tanto, hay en Inglaterra, EE.UU., Japón y Colombia. Los mercadillos navideños atraen a cada vez más turistas.

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El Striezelmarkt, en Dresde es el más antiguo de todos.
El Striezelmarkt, en Dresde es el más antiguo de todos.Imagen: picture-alliance/zb/A. Franke

Su atmósfera es inigualable: en los mercadillos navideños alemanes se mezclan el aroma de dulces de hierbas alpinas, de castañas y almendras tostadas, así como del obligatorio “Glühwein”, vino tinto caliente con especias, como clavos y canela. Muchos de los mercadillos simulan con sus quioscos la arquitectura tradicional con casitas de entramados de madera, aunque los hay también en estilo moderno.

En Alemania hay unos 1.500 mercadillos navideños, de todos los tamaños. “Y su atractivo sigue creciendo,” dice Hans-Peter Ahrens, presidente de la Asociación Alemana de Comerciantes de Mercados. En 2013, unas 85 millones de personas visitaron los mercadillos navideños. Hace 14 años la suma ascendía a 50 millones.

El divino niño y pan trenzado

Millones de visitantes de los mercadillos alemanes, que por lo general son construidos en el casco antiguo de ciudades y pueblos, disfrutan de viajes a los más tradicionales, como el de Núremberg, el llamado “Nürnberger Christkindlesmarkt”. Allí, el Niño Jesús lo representa una persona de carne y huesos, cuya elección, cada dos años, es un acontecimiento regional.

No en vano, el Niño Jesús, que en Núremberg es una mezcla de bebé y ángel que camina, en la persona de un joven o adolescente, lleva alas y corona doradas y es el encargado de inaugurar el mercadillo navideño; y, con este, la época decembrina, que, por lo demás, empieza en Alemania este domingo 30 de noviembre con la celebración del primero de los cuatro advientos.

De Dresde a Colonia

El mercadillo navideño a los pies de la Catedral de Colonia.
El mercadillo navideño a los pies de la Catedral de Colonia.Imagen: imago

Si el de Núremberg es el más famoso mercadillo navideño, el de Dresde es el más antiguo. El llamado, “Striezelmarkt“ cumple 580 años de existencia. Además de una gigantesca pirámide de madera, el de Dresde se caracteriza por su tradicional “Christstollen”.

El Christstollen es un pan con frutos secos, pasas, limón y naranja y es servido, a menudo, como postre en Navidad. En el adviento se come a cambio de tortas y tiene formas que recuerdan a un niño recién nacido envuelto en sus pañales. Por esta razón se cubre de polvo de azúcar.

En Dresde se hornea un Christstollen gigantesco que es transportado hasta el mercado navideño en un coche halado por caballos que recorre el casco barroco de la ciudad. Al final del viaje, esta delicia navideña se vende al público. El dinero es donado para obras humanitarias.

Entre otros mercadillos navideños que no debería dejar de ver están el de Rothenburg ob der Tauber, en Baviera, Quedlinburg, en Sajonia-Anhalt, o Colonia, a los pies de la más purista catedral gótica, a orillas del Rin.