Marca alemana en la natación boliviana

Esta es la historia de Fidel y Abraham Marca, padre e hijo unidos por el amor a la natación. Ambos hicieron –con diez años de diferencia- estudios de perfeccionamiento en Leipzig y hoy contribuyen al desarrollo de este deporte en Oruro, Bolivia.

“Wie eine deutsche Eiche” se llama el club de natación de la ciudad de Oruro, ligado al colegio alemán de esta ciudad. El hecho de que sea “como un roble alemán” no es sólo un decir. Fuertes lazos lo unen con la enseñanza deportiva del país europeo.

Dos de sus profesores, Fidel y Abraham Marca se graduaron con honores en el curso de natación de ITK, los cursos internacionales de entrenadores de la Universidad de Leipzig. Primero Fidel, en 1998, y diez años después su hijo Abraham.

“La profesión de “Entrenador Deportivo” no existe en Bolivia –explica Abraham Marca-. Los que existen son Profesores de Deportes, pero muy pocos tienen una preparación o estudios específicos sobre un deporte determinado. Al igual que en mi caso, los entrenadores son antiguos deportistas que tienen otra profesión”

Abraham, de 29 años, es Licenciado en Comunicación Social, pero nada desde pequeño y desde los 18 empezó a preparase y hacer cursos para convertirse en entrenador como su padre. Así también decidió postular al curso ITK para seguir promoviendo este deporte en su comunidad. “La experiencia de mi padre y los conocimientos que aplicó al club después de su viaje a Leipzig fueron evidentes para mejorar el nivel de la natación en nuestra región”, explica.

Abraham recuerda que pronto se vieron resultados positivos, se obtuvieron más medallas y los récords y tiempos a nivel nacional mejoraron. Los niños que empezaron a nadar en esa época, hoy tienen excelente rendimiento.

Doble desafío

Entusiasmado por la experiencia de su padre, Abraham postuló y fue seleccionado para hacer el curso de natación en español 2007-2008.  En su estadía en Leipzig se esforzó por estar a la altura de sus compañeros, todos profesores de educación física o entrenadores, y obtuvo las mejores calificaciones del curso.

“La disciplina de Alemania es muy conocida, en contraste con los hábitos de informalidad de Latinoamérica. Estudiar en Alemania fue un reto personal, quería demostrar que un latinoamericano y un boliviano podía estar a la altura de la enseñanza que ofrecía la Universidad de Leipzig, que tiene más de 600 años de trayectoria académica. Me impresionó el método y el orden de los profesores, la manera en que los temas y conceptos estaban coordinados entre todas las materias y la dedicación de ellos al dictar los cursos”, cuenta Abraham.

Allí aprendió cómo ordenar el método de entrenamiento. “Teníamos conocimientos sobre técnicas y métodos de enseñanza, pero no se manejaba mucho el background de Medicina Deportiva, Psicología deportiva o Teoría del Entrenamiento tal como aprendí en Alemania”, explica.

A su regreso a Bolivia implementó nuevos cambios que pronto dieron resultados. “Nuestro club fue el de mejor rendimiento en los campeonatos locales, en torneos de principiantes y en torneos elite. Actualmente nuestra participación en la Selección de la Región sobrepasa el 60%, el restante 40% son nadadores de los otros seis clubes de la ciudad de Oruro”.

Para Abraham Marca, practicar deporte es mucho más que realizar una actividad física: “Mediante el deporte se puede educar a los niños en valores como la perseverancia, la honestidad, el esfuerzo, etc. Por lo tanto, el deporte es una herramienta de Desarrollo Humano. Pero, para que la sociedad pueda tomar en cuenta estos aspectos primero debemos tener a entrenadores y profesionales deportivos capaces de ver esta perspectiva y aplicar sus conocimientos de manera metódica”.

Intercambio cultural

Así también, su viaje no fue sólo deporte. Al igual que para su padre, ésta fue una experiencia de crecimiento personal. Le impresionó el orden, la puntualidad y la cultura. También la seguridad: “En los sitios públicos los latinos teníamos miedo de olvidar o perder nuestro equipaje o documentos, sin embargo pudimos ver que cuando alguien pierde una prenda (un guante, una bufanda) en la calle, nadie la levanta. El dueño puede volver al lugar y encontrar el objeto intacto. En Latinoamérica eso sería imposible”; dice.

“Algo interesante de los latinos eran las puertas abiertas en nuestro albergue estudiantil, parecíamos una familia con habitaciones comunes, la música siempre estaba tocando y nos decían que hablábamos muy fuerte y reíamos mucho”, recuerda Abraham. Los compañeros de Asia o África, en cambio, eran más reservados.

Una experiencia muy significativa fue que su estadía en Leipzig coincidió con el festival Bach Fest 2008. Como admirador de este compositor alemán, tuvo la oportunidad de cumplir un sueño: “Escuché "La Pasión de San Mateo" en vivo en una iglesia, interpretada por el coro de Santo Tomas, ¡del cual el mismo Bach fue profesor alguna vez!”

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Claudia Herrera Pahl