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Los espías futbolistas de la Stasi

Enrique López Magallón23 de enero de 2008

El caso Müller-Kotte-Weber, ocurrido hace exactamente 27 años, es un ejemplo de cómo el espionaje de la temida Stasi contaminó al fútbol en la desaparecida RDA.

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Peter Kotte, víctima del espionaje de la Stasi.Imagen: Picture-Alliance /dpa

„Debemos seguir con mucha atención el comportamiento de nuestros deportistas para saber quién está con nosotros, quién es de los nuestros, quién nos apoya. A tiempo y de manera rápida debe producirse la señal correspondiente cuando hay o resulta inminente la indicación de que alguien puede o va a ser ‘enrolado' por el enemigo”.

Erich Mielke vor der Volkskammer
Erich Mielke, jefe de la Stasi y presidente del SV Dynamo.Imagen: AP

El que hablaba así el 15 de noviembre de 1979, ante los demás miembros del presidio de la dirección central del equipo SV Dynamo, era nada menos que Erich Mielke, jefe máximo de la temida Stasi en la República Democrática Alemana y presidente él mismo de la escuadra berlinesa.

Hasta el masajista era espía

Para el gobierno de aquel desaparecido país, el control sobre los equipos de fútbol de la llamada Oberliga era tema prioritario. Tanto, que no bastaba con inflitrar espías en los equipos con el fin de observarlos; los llamados “trabajadores informales” de la Stasi en el fútbol estealemán debían además ejercer influencia en las decisiones de los clubes a nivel interno.

De acuerdo con el investigador alemán Hans Leske, a Mielke le parecía insuficiente una observación externa de los equipos. En su obra seminal Erich Mielke, la Stasi y el cuero redondo, Leske afirma que "el ministerio de Seguridad Nacional (nombre oficial de la Stasi) colocó a sus ‘trabajadores informales' tanto en los equipos mismos como en su entorno. Durante los años ochenta, por ejemplo, más de la mitad de quienes participaban en la escuadra SG Dynamo Dresden eran espías, incluyendo al entrenador, al doctor del equipo y al fisioterapeuta".

Erich Mielke Roter Koffer
El famoso maletín rojo de Mielke guardaba información de futbolistas.Imagen: AP

Una de las finalidades principales de esta labor de espionaje era evitar que los jugadores de fútbol, muchos de los cuales gozaban del privilegio de viajar al exterior a disputar encuentros internacionales, se convirtieran en Republikflüchtlinge; es decir, que se fugaran de la concentración y de la RDA.

Al servicio del partido

Pero también se buscaba que, a través de espías infiltrados, los equipos se atuvieran estrictamente a las directrices del Partido Socialista de la Unidad Alemana (SED), que ejercía un régimen totalitario en Alemania del Este.

El encargado de organizar el complicado operativo era Heribert Schwan, que en el libro mencionado explica así la función de los espías en el fútbol de la RDA : "La cuestión central a definir dentro de esta labor de espionaje era el ‘¿quién es quién ?' Pero era aún más importante el hecho de que, a través de sus espías, la Stasi podía participar en las decisiones internas o modificar dinámicas dentro de los equipos. Esta tarea, en la que casi nadie reparó, consistía en lograr propósitos convenientes al partido o al propio ministerio de Seguridad, sin que se supiese a nombre de quién lo hacían”.

Lutz Eigendorf
El objertivo era evitar fugas como la del estrella Lutz Eigendorf (en la foto).Imagen: picture-alliance / dpa

Carreras truncadas

Un caso típico fue el de los jugadores Matthias Müller, Peter Kotte y Gerd Weber. Según se narra en el sitio oficial del equipo, Dynamo de Dresde, los tres fueron detenidos en el aeropuerto de Berlín-Schönefeld el 23 de enero de 1981 antes de viajar a Argentina. El cuadro iba a realizar ahí entrenamientos y a participar en un torneo. Los tres jugadores habían recibido ofertas por parte del 1. FC Köln, hecho detectado por las redes de espionaje de Mielke.

Weber fue condenado a dos años de prisión, aunque sólo cumplió once meses de dicha pena. A ninguno de los tres se le permitió jugar de nuevo en la Oberliga y además se les prohibió cualquier contacto con sus antiguos coequiperos.

Müller y Kotte volvieron a jugar en una liga menor; éste, en un partido contra el Gröditzer, fue fauleado arteramente por el portero contrario y salió severamente lesionado. El ex futbolista aún renquea como resultado de esa acción que todavía provoca polémica. En todo caso, la carrera futbolística del trío Müller-Kotte-Weber terminó con su detención, aquel día de 1981, gracias a los espías futbolistas de la Stasi.