Geschmückter Weihnachtsbaum

Locura abetal

Buscarlo, elegirlo y decorarlo: el abeto –a ser posible natural y muy verde- forma parte inseparable de la tradición navideña germana. En diciembre hacen los vendedores de árboles de Navidad el agosto en Alemania.

“O Tannenbaum, O Tannenbaum, Wie treu sind deine Blätter”, “oh abeto, oh abeto, que fieles son tus hojas”, rezan los primeros versos del villancico alemán por antonomasia. Si él no suena, no hay Navidad verdadera en este país. Igual que la festividad no está completa sin el arbolito presente en las casas: con un abeto decorado relacionan los alemanes las Navidades antes incluso que con la reunión familiar, dice una encuesta realizada por la agencia de noticias dpa. En ella, el 78 por ciento de los preguntados colocó en primer lugar de su lista de imprescindibles navideños al “Tannenbaum”, el 71 por ciento a los seres queridos. Cada año, desde finales de noviembre hasta bien entrado diciembre, Alemania es un país en “locura abetal”. En enero toca deshacerse de los pinos.

Ninguno como uno auténtico

Los hay de plástico, pero no es lo mismo. Un abeto navideño tiene que oler como tal, opinan los alemanes. Y, ciertamente, ninguno es tan bello como uno auténtico. Sacarlo de una caja no es lo que gusta por estos lares. El árbol hay que ir a buscarlo, si es posible, al campo.

Cientos de hectáreas planta de abetos la industria germana. 800.000 crecen en las tierras de una sola compañía en el Estado de Renania del Norte Westfalia. Y cuando el ánimo entre la población es bueno, el negocio marcha: “en comparación con el año pasado y el anterior, hemos vendido hasta ahora un 40 por ciento más de árboles de Navidad”, daba a conocer la semana pasada el presidente de la Asociación alemana de Productores de Árboles Navideños y Adornos Vegetales, Bernd Oelkers. “Si la gente teme perder su puesto de trabajo, se enfrenta a las Navidades de otro modo”, añadía Oelkers. En medio de la crisis europea el desempleo continúa descendiendo en Alemania, y las compras de abetos se disparan.

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null dpa - Bildfunk

Dependiendo de la especie, un árbol de Navidad natural cuesta aproximadamente entre 5 y 20 euros el metro. Ya listos para el transporte, se adquieren en viveros y otras tiendas especializadas. Talar vilmente un pino de cualquier bosque está prohibido en Alemania. Pero quien prefiera segar personalmente puede hacerlo en plantaciones creadas con tal fin. Elegir un abeto y aplicarse a fondo con la sierra es una de las actividades fijas en el programa navideño de muchas familias germanas.

Decora, y muere

Una vez en casa, el árbol de Navidad se coloca en un soporte que lo aguanta y le suministra el agua necesaria para sobrevivir las fiestas. Se decora, da cobertura a los regalos durante la Nochebuena, y después muere.

Geschenke unter dem Tannenbaum Bildrechte: Verwendung weltweit Rechtevermerk: picture-alliance/ dpa/dpaweb Fotograf: Achim Scheidemann Notiz zur Verwendung: (c) dpa 7859692_13_A.jpg
Adventskalender Bild 13null picture-alliance / dpa

“Du grünst nicht nur zur Sommerzeit, Nein auch im Winter wenn es schneit, “no sólo estás verde en verano, no, también en invierno cuando nieva”, continúa el villancico. Pero si el “Tannenbaum” ha empezado secarse, sus hojas se tornan marrones y caen. Ha llegado el momento de despedirse del arbolito hasta el próximo diciembre. La costumbre escandinava de tirarlo por la ventana no se practica en Alemania. Aquí establecen las autoridades municipales días concretos para recoger abetos tras la Navidad, y las calles se llenan entonces de lo que de ellos queda.

Desde que se sabe que a causa de sus cortas raíces los pinos en maceta raramente sobreviven el replante, esta modalidad ha perdido seguidores en Alemania. De moda están empezando a ponerse los árboles navideños ecológicos, que crecen sin la intervención de pesticidas. Pero estos aún son caros, difíciles de encontrar y por lo general no tan verdes y frondosos. Y ya se sabe que lo que los alemanes buscan cada diciembre es el abeto perfecto, al que poder cantarle “O Tannenbaum, O Tannenbaum, Du kannst mir sehr gefallen!”, “oh abeto, oh abeto, ¡me puedes gustar tanto!”.

Autor: Luna Bolívar

Editor: José Ospina Valencia