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Lo que uno debe saber sobre la compra de bonos del BCE

Andreas Becker (OHA/EL)9 de marzo de 2015

Hoy (09.03.2015) el Banco Central Europeo (BCE) inició la compra masiva de bonos de gobierno. La institución contempla gastar mensualmente 60 mil millones de euros. ¿Para qué y quién se beneficia?

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Imagen: picture-alliance/dpa/F. Rumpenhorst

¿Qué es exactamente lo que comprará el Banco Central Europeo (BCE)?

Lo que planea es comprar la deuda de los países de la eurozona y sus instituciones públicas, como por ejemplo el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el Instituto de Crédito para la Reconstrucción alemán (KfW). Éstos piden dinero prestado, el cual se emite por medio de bonos. Así se crean pagarés con plazos y tasas de interés fijos.

Los bonos son negociables, lo que significa que pueden ser comprados y vendidos en los mercados financieros. Debido a que el BCE no tiene permitida una financiación directa a los gobiernos, sólo puede comprar los bonos en el mercado secundario, es decir, de los bancos o inversores institucionales.

Cuando la demanda de un bono es fuerte, sube su precio. Debido a que su tasa de interés es fija, con el aumento del precio disminuye la rentabilidad para los inversores. Desde ya, los rendimientos de la deuda pública, con un plazo de vencimiento a diez años, son muy bajos. En el caso de Alemania, se encuentran por debajo del 0,4 por ciento. En España e Italia son de un 1,5 por ciento.

El BCE y los bancos centrales nacionales del Eurosistema compran bonos con vencimientos de entre dos y 30 años. Para no distorsionar el mercado, las compras de bonos deben corresponder al capital de cada país dentro del BCE. Para Alemania eso significa un 28 por ciento aproximadamente.

Por el momento, Grecia y Chipre están excluidos de la compra de bonos. Estos países deben demostrar primero avances en sus programas de reformas. Además, el BCE no tiene permitido comprar más de un tercio de los préstamos pendientes de un país.

¿Qué espera lograr el BCE con su programa de compra?

El Banco Central Europeo quiere combatir la baja inflación. Esta será de un cero por ciento este año, según estima el BCE. En los últimos meses, incluso había sido negativa. Para los objetivos del BCE, es demasiado baja. El BCE debe garantizar la estabilidad de la moneda, la cual se define por una inflación, que aunque "cerca, se mantiene por debajo del dos por ciento anual".

Además, el BCE se asegurará de que se otorguen más préstamos a hogares y empresas. Esto se hace generalmente reduciendo la tasa de interés. Pero como esta apenas se puede reducir más, (actualmente es de 0,05 por ciento), el BCE espera lograr su objetivo mediante la compra de bonos.

Debido a que los rendimientos de los bonos del gobierno disminuyen, y su precio sube cuando crece la demanda, "los inversionistas probablemente buscarán otras formas de inversión", dice el profesor de economía de Keith Kuester, quien en el pasado trabajó para la Reserva Federal de Estados Unidos y el BCE. En lugar de invertir su dinero en bonos del gobierno, los inversionistas podrían meterlo a la economía real y prestarlo a empresas u hogares. El BCE espera que este desvío del dinero estimule la economía.

Si esto funciona o no, es motivo de controversia. El dinero extra que el BCE devuelve a los mercados, en muchos países "difícilmente impulsará el crédito a empresas y hogares," teme Joerg Kraemer, jefe economista del banco Commerzbank. En su opinión, los bancos deberán reportar mayores coeficientes de capital y, por tanto, serán muy cuidadosos de hacer préstamos riesgosos.

¿Es posible que el programa de compra sea totalmente ineficaz?

El volumen de compra de este programa es enorme. El BCE planea gastar mensualmente 60 mil millones de euros, de los cuales, diez mil millones se destinarán a préstamos privados. Para finales de septiembre del año que entra, se habrán comprado más de un billón de euros.

Sin embargo, es posible que para entonces la inflación no se haya elevado el nivel objetivo de poco menos de un dos por ciento. El jefe del BCE, Mario Draghi, ya ha anunciado, que de ser necesario, el programa de compra durará más tiempo. "Es posible que en tal caso, el BCE aumente el volumen de compra mensual", asegura Kramer.

Debido a que el BCE crea el mismo dinero que gasta, teoricamente sus reservas monetarias son ilimitadas. Tarde o temprano será capaz de lograr su meta de inflación", opina el economista Kuester. "Podemos asumir que los bancos centrales son capaces de estabilizar la tasa de inflación a través de compras con los plazos correspondientes". Sin embargo, sigue existiendo el riesgo de que los bonos, al final, valgan menos de lo que el BCE pagó por ellos, dice Kuester. "Estas pérdidas serán sufragadas por el contribuyente."

¿Qué impacto tendrá la avalancha de dinero sobre el tipo de cambio?

Tan sólo el anuncio del programa de compra hizo que bajara el euro frente al dólar estadounidense. Actualmente se encuentra tan débil como no lo había estado desde 2003. Los analistas de Commerzbank esperan que las compras de bonos "sigan debilitando el euro".

Y es que todo ese dinero necesita ser invertido. La disminución en los rendimientos de la eurozona hacen más atractivos los bonos de gobiernos extranjeros. "Actualmente los bonos a diez años del gobierno estadounidense resultan más rentables que los bonos de Portugal", dice el Commerzbank.

"La caída en el tipo de cambio es un efecto deseado", explica Kuester. Para las industrias exportadoras de la eurozona, el euro débil sirve como estímulo. Sus bienes se vuelven más baratos y por tanto sube su competitividad en el extranjero.

¿Seguirán subiendo las cotizaciones?

Tras el anuncio del programa en enero, el índice alemán DAX ha aumentado considerablemente y desde entonces ha alcanzado nuevos máximos de más de 11.000 puntos.

Si el BCE empieza ahora con la compra de bonos del gobierno y con ello disminuye sus rendimientos, las acciones se vuelven más atractivas para los inversionistas. Sin embargo, es difícil estimar de qué manera este desarrollo ya está influyendo en las cotizaciones. Tampoco se sabe si las altas tasas son los primeros signos de una burbuja económica.

Sin embargo, los analistas de Commerzbank se mantienen optimistas: subieron su pronóstico para el año por mil puntos, subiendo la posición del DAX a 11.800 puntos.