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Las todopoderosas medusas

Jennifer Seitz (lab/EL)30 de septiembre de 2014

Hermosas criaturas semitransparentes que pican si se les molesta: esta es la percepción que la gente suele tener sobre las medusas. Pero lo cierto es que estas criaturas esconden muchos secretos.

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Imagen: picture-alliance/dpa

En otoño de 2013 se vivió una situación peligrosa en la central nuclear sueca Oskarshamn. No se trataba de un terremoto o de un ataque terrorista, sino de medusas. Las bombas de agua fría succionaron un gran número de estas criaturas, que bloquearon el reactor. De esta forma, se convirtieron en protagonistas involuntarias de campañas contra la energía nuclear y objeto de numerosos informes que profetizaban una invasión de medusas. Sin embargo, estas medusas no desean conquistar el mundo, ni tampoco tienen como objetivo causar problemas para las personas.

En realidad, son los prodigios del mar, y tienen capacidades increíbles que ni siquiera los mucho más populares delfines podrían siquiera soñar. A pesar de que las medusas no tienen cerebro, son muy inteligentes. Gracias a sus capacidades de adaptación, pueden llegar a superar cualquier adversidad.

Las medusas nadan en los océanos desde hace más de 500 millones de años, tanto en la superficie como en las profundidades de hasta 700 metros. Son las criaturas más antiguas del mundo. Comparados con ellas, los dinosaurios son apenas unos bebés de la evolución, ya que solo surgieron cerca de 250 millones de años más tarde.

Asimismo, su diversidad es también impresionante: existen cerca de 4.000 especies distintas. Las más conocidas pertenecen al grupo de las Scyphozoa, las llamadas “verdaderas medusas”, y son las criaturas con cabezas en forma de paraguas con largos tentáculos de hasta quince metros de longitud que todos conocemos.

La medusa común: una visita poco deseable en playas turísticas.
La medusa común: una visita poco deseable en playas turísticas.Imagen: picture alliance/WILDLIFE

Apariencias diversas

Pero las medusas pueden adquirir diferentes formas. Tienen un ciclo de vida verdaderamente sorprendente. Al principio son pólipos asexuales anclados al fondo del océano. Cuando la temperatura y el entorno lo permiten, forman pequeños discos en forma de flor (éfira), que son repelidos y de los cuales se desarrollan las medusas masculinas y femeninas adultas que más se conocen, con paraguas y tentáculos. A partir de los óvulos y espermatozoides de las medusas adultas se crean pequeñas larvas que se desplazan hasta el fondo del mar, donde se transforman en pólipos.

La duración de vida de las medusas varía según especies. “Las éfiras de las medusas comunes, por ejemplo, se forman a principios del año, y sus medusas mueren en otoño. Pero hay medusas que viven más tiempo”, explica la doctora Ilka Sötje, de la Universidad de Hamburgo. La investigadora ha trabajado junto con Gerhard Jarms, uno de los principales expertos alemanes en medusas, y conoce bien a estas criaturas. “Se sabe que la medusa Periphylla periphylla puede llegar a vivir 25 años. Y en el caso de la medusa Gattung Turritopsis, se han observado casos en los que la criatura ha regresado a su estado de pólipo”. Para la bióloga, esto significa que esta especie podría considerarse potencialmente inmortal.

Defensa mortal

Las medusas se alimentan mayoritariamente de plancton y larvas de pez, pero en ocasiones pequeños crustáceos y peces también acaban atrapados en sus tentáculos. Si se sienten amenazadas, disparan diminutos arpones llamados cnidoblastos que segregan veneno. En el caso de la medusa Hydra attenuata, los efectos se hacen sentir en apenas tres milisegundos, según Sötje. Y estos arpones no solo son peligrosos para los peces: las personas que se bañan en el mar a menudo son víctimas también de las picaduras.

Algunas medusas son capaces de producir luz.
Algunas medusas son capaces de producir luz.Imagen: CC BY 2.0 by Michael Bentley

Y con especies como la temida Chironex fleckeri, o “avispa de mar”, los efectos pueden ir más allá: “El veneno de la Chironex fleckeri es una mezcla especial capaz de paralizar y matar a un pez muy rápidamente para facilitar su captura”, explica la bióloga marina. “Los peces son animales vertebrados como nosotros, y por tanto estamos estrechamente relacionados. Por eso, los arpones de la avispa de mar también tienen resultados mortales para los humanos”.

Otras especies como la Mastigias papua son mucho menos peligrosas. Se alimentan de plancton y de luz solar. De hecho, en el mismo tejido protector de las medusas viven ciertas algas que reciben todas las sustancias necesarias para su mantenimiento, como el CO2. A cambio, cuando las medusas nadan cerca de la superficie del agua, gracias al proceso de fotosíntesis, las algas producen un azúcar que sirve de alimento para las medusas.

Ayuda para la medicina

Las medusas no solo buscan la luz; algunas de ellas la producen ellas mismas. Ciertas especies de medusas son luminiscentes, es decir, despiden luz. Esto se debe a unas proteínas especiales que también se pueden usar como marcadores de luz en investigación médica para hacer visibles, por ejemplo, células cancerosas bajo el microscopio.

¿Medusas en la mesa? Poco común, ¡pero muy rico!
¿Medusas en la mesa? Poco común, ¡pero muy rico!Imagen: jreika/Fotolia.com

Y este no es el único campo de la medicina en el que las medusas tienen mucho que ofrecer. El doctor Leven Piker, del instituto de investigación Coastal Research & Management en Kiel investiga junto con un equipo de científicos cómo reparar lesiones corporales con colágeno de medusas. “El colágeno de medusas es muy parecido al de los seres humanos, y resulta ideal para la producción de pequeñas estructuras esponjosas”, explica el zoólogo. “Estas se pueden utilizar por ejemplo como una especie de andamio en una rodilla lesionada mientras las células de cartílago se vuelven a reasentar”.

Ingrediente de lujo

Las medusas no solo están adquiriendo fama en la medicina, sino también en la cocina. Para cerca de 150 especies de animales, entre ellos las ballenas, las medusas con un aperitivo estupendo y fácil de cazar. Y para los seres humanos también son cada vez más apreciadas. Alrededor de una docena de especies de medusas con comestibles, entre ellas la aguacuajada (Cotylorhiza tuberculata).

En algunas partes de Asia, de hecho, las medusas son desde hace varios siglos un plato de lujo. Y para muchos chefs europeos y norteamericanos, las medusas ya han dejado de ser un ingrediente desconocido. En Gran Bretaña, por ejemplo, la cocinera de televisión Ching-He Huang explica a su audiencia cómo preparar este plato en sus casas. La chef de origen taiwanés añade que las medusas son muy apreciadas por su suave textura, o “kou-gan”. En la cocina china, la textura es tan importante como lo es el sabor, el color o el aroma. “Tienen una consistencia rica y crujiente a la vez que dura. A la gente abierta a nuevas experiencias le encantará”.

Vencedoras frente al cambio climático

Puede que el sabor de las medusas no sea del gusto de todos, pero nos vamos a tener que acostumbrar a ello. Entre otras cosas, porque nuestro estilo de vida no hace sino favorecer su expansión. Debido a la sobrepesca, estamos acabando con todas las criaturas marinas que se alimentan de plancton, el principal alimento también de las medusas. Menos peces significa menos competencia en el buffet de plancton de cada día. Algunos biólogos marinos incluso pronostican que el cambio climático, la polución y el aumento de acidez de las aguas facilitarán el aumento de población de las medusas. Esta podría ser la explicación de las plagas de medusas cada vez más frecuentes en muchas zonas costeras.

Las medusas no solo son unas criaturas fascinantes y llenas de misterio, sino que además podrían ser las vencedoras en la lucha contra el cambio climático, y es muy posible que continúen sobreviviendo aún cuando nosotros ya no existamos.

Autora: Jennifer Seitz (lab/EL)