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¿Presas o biodiversidad?

15 de abril de 2014

La centrales hidroeléctricas interrumpen el flujo de los ríos de Birmania. Con ello se genera energía “verde”, pero también podría suponer un desastre para las comunidades y la biodiversidad.

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Imagen: Sebastian Gruebel

Un grupo de personas con sombreros puntiagudos transportan pesados sacos a lo largo de una larga ribera fluvial, llevándolos de mano en mano desde un pequeño barco que flota en las oscuras aguas hasta carros arrastrados por búfalos, que llevan la carga hasta unas pequeñas cabañas de madera.

Se trata de la orilla del río Irrawaddy, la “fuente de vida” de Birmania, que proporciona alimento, trabajo e higiene para las comunidades que viven en sus cercanías, y es también el hábitat para especies endémicas, como el amenazado delfín del Irrawaddy, varias otras especies de peces y las plantas que habitan los bosques que rodean sus aguas.

Pero las vidas de aquellos que viven en y de las aguas del Irrawaddy y de otros ríos de Birmania peligran ante las multimillonarias presas que utilizan la fuerza de sus corrientes para crear electricidad. Una buena parte de esta se exporta a países vecinos, como China o Tailandia.

Importancia simbólica

“El Irrawaddy es muy importante, tiene un significado simbólico, y en Birmania es considerado la fuente de vida del país entero, especialmente en la parte del delta”, dice Pianporn Deetes, coordinador de campañas en Tailandia de International Rivers in Bangkok (Ríos Internacionales en Bangkok), una organización que tiene por objetivo la protección de ríos. La zona del delta es, de hecho, conocida como el “tazón de arroz” de la región debido a la gran variedad de especies que alberga. Pero se teme que la enorme presa Myitsone que se planea construir en el norte del río con un coste de 3.600 millones de dólares bloquee el flujo del sedimento responsable de la vibrante biodiversidad del delta.

La construcción de la presa comenzó en 2009, siguiendo un acuerdo entre el Ministerio de Electricidad de Birmania y las compañías de energía China Power Investment Corporation y Asia World Company, esta última con base en Birmania, según informa International Rivers. Una vez que se acabe con su construcción suministrará 6.000 megavatios de electricidad, de los cuales el 90% se transportará a China.

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Un controvertido proyecto de central hidroeléctrica se ha detenido en China porque iba “en contra de la voluntad de la gente”.Imagen: AP

Tras una fuerte reacción de protesta de las comunidades locales, el presidente de Birmania U Thein Sein anunció en 2011 que el proyecto se suspendería al menos hasta el final de la legislatura, el próximo año. Pero el gobierno se encuentra bajo una creciente presión por parte de las compañías responsables, y Deetes teme que el proyecto acabará llevándose a cabo en el futuro. “Esto podría llevar a una pérdida de fertilidad a lo largo de todo el río Irrawaddy, así como en el área del delta, que tiene una gran importancia agricultural”, explica el experto.

Biodiversidad, presa de las presas

También hay planes para la construcción de 13 centrales hidroeléctricas más en el río Salween, que con sus 2.800 km de curso es uno de los ríos más largos del sureste de Asia: nace en las montañas del Tíbet y atraviesa China, Birmania y Tailandia. Seis de esas centrales se construirán en Birmania, con las que se generará una capacidad combinada de más de 15.000 megavatios de electricidad.

A pesar de que se sabe relativamente poco sobre la diversidad dentro y en las orillas de este río, la organización medioambiental WWF dice que existen cerca de 140 especies de peces diferentes en el Salween, entre ellas carpas, tortugas negras de pantano y nutrias enanas, y los expertos opinan que el desarrollo de centrales hidroeléctricas podría tener un gran impacto.

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El río Salween, en Birmania, es una fuente de alimento y trabajo para la gente que vive a sus orillas, así como el hogar de una gran variedad de especies.Imagen: Sebastian Gruebel

“Las centrales propuestas tendrán efectos evidentemente perjudiciales para los peces y la industria pesquera. Las presas bloquearán el paso a los peces en sus migraciones en ambas direcciones, lo que es necesario para la reproducción de muchas especies”, explica Vanessa Lamb, del centro de York de Investigaciones sobre Asia de la Universidad de York, en Toronto. “El asunto de los peces y la industria pesquera es preocupante; no solo porque afectaría a la biodiversidad, sino también porque mucha gente depende del río como fuente de beneficios y alimento”, añade.

Una de estas presas, Hat Gyi, de un coste total de 2.600 millones de dólares, se desarrollará con la cooperación de la rama internacional de Electricity Generating Authority of Thailand (Autoridad de Generación de Electricidad de Tailandia, o EGAT) y la corporación china Sinohydro para generar 1.360 megavatios de electricidad, según Salween Watch, una ONG medioambiental birmana.

Tras un estudio del impacto medioambiental que tendría la presa, localizada a unos 47 kilómetros de la frontera con Tailandia, se ha propuesto una posible solución al problema: “escaleras” o “ascensores” para peces, es decir, estructuras diseñadas para asistir a peces a superar estos obstáculos. Pero Lamb dice que todavía no existe la tecnología para adaptar estos aparatos a las diferentes especies y tamaños de los peces que necesitarían cruzar la presa, y que además nadan a diferentes niveles de profundidad en el río durante las diferentes estaciones del año.

Contaminar el río

Pero no solo los ríos sufrirían el impacto. Los activistas medioambientales que examinan el lugar dicen que ya advierten los efectos negativos de las centrales. “Las compañías ya están deforestando y excavando en la zona, y ya han acabado con una parte de los terrenos de la comunidad local”, explica Ah Nan, coordinador de Birmania Rivers Network (Red de Ríos de Birmania), organización que representa a las comunidades afectadas por las centrales de Birmania. “El entorno ya ha cambiado, y el río está contaminado, pero la gente todavía consume su agua y sus peces”.

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En el río Salween, uno de los más largos del sureste de Asia, se planea construir 13 centrales hidroeléctricas.Imagen: Sebastian Gruebel

Esther Frey, experta en energía eólica e hidráulica en Germany Trade and Invest (Inversión y Comercio en Alemania), afirma que todo esto reportará beneficios. “En estos países en vías de desarrollo, los proyectos grandes y pequeños de energía hidroeléctrica pueden mejorar el acceso a servicios energéticos, reducir los niveles de pobreza y fomentar el desarrollo social y económico”, explica, añadiendo que los beneficios a largo plazo podrían, en algunos casos, justificar los costes.

Aún así, Naho Mirumachi, profesor de geografía especializado en conflictos de agua y cooperación en la universidad King’s College de Londres, dice que el mayor problema son las implicaciones acumulativas que las múltiples presas podrían tener en los ríos del país. Tras estudiar los efectos de centrales hidroeléctricas en la región del Mekong, que pasa por varios países del sureste asiático entre los que se encuentran Laos, Camboya y Vietnam, Mirumachi dice que se han documentado cambios en las comunidades. “La gente tiene menos ingresos como resultado de la reducción de la pesca, corrientes de agua impredecibles y cambios en la carga de sedimento en las orillas”, dice Mirumachi. “Pero la pregunta de si esto puede cambiar las políticas públicas o las operaciones empresariales es otra historia”.

Autora: Louise Osborne / lab

Editor: Pablo Kummetz