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"Las elecciones son una maniobra de Assad"

Kersten Knipp (el)3 de junio de 2014

Las elecciones en Siria son una escenificación a través de la cual Bashar al Assad se presenta como garante de estabilidad, dice en entrevista con DW Bente Scheller, experta en temas del Cercano Oriente.

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Imagen: AFP/Getty Images

Deutsche Welle: Pese a la guerra civil que dura ya más de tres años, este martes (03.06.2014) se realizan elecciones en Siria. Se da por descontado que ganará el actual presidente, Bashar al Assad. ¿Qué puede esperarse de esta votación?

Bente Scheller: Hemos observado con ojos muy críticos las anteriores elecciones porque se trata antes que nada de reafirmar a la figura del presidente, quien siempre ha obtenido un nivel cercaco al 95 por ciento de los sufragios. Las actuales elecciones se inscriben en esa tradición, bajo condiciones más extremas. Además de Assad hay otros dos candidatos, pero provienen del mismo entorno presidencial. Además, en muchas regiones de Siria no puede celebrarse un proceso electoral serio. Las elecciones solo son posibles en zonas controladas por el régimen, y bajo control militar. Es previsible que menos de la mitad del electorado tendrá oportunidad de participar.

¿Qué fin persigue Assad con estas elecciones?

El proceso está dirigido en buena parte a los socios de Assad. Rusia e Irán han dejado entrever que no confían demasiado en la persona del presidente sirio. A ambos países les interesa mantener su influencia. Es por eso que Assad busca proyectar fuerza a través de las elecciones, para presentarse como garante de estabilidad.

Bente Scheller, experta de la Fundación Heinrich Böll.
Bente Scheller, experta de la Fundación Heinrich Böll.Imagen: CC-BY-SA Stephan Röhl

¿Qué tan poderoso es realmente Assad?

En los últimos meses, las tropas de su gobierno han logrado conquistar posiciones cercanas a la frontera con Líbano. De este modo, él pretende demostrar que mantiene su poder. Pero en realidad ha recibido apoyo masivo del exterior, tanto en lo que se refiere a envíos de armamento como a la intervención de milicianos extranjeros de Hizbolá y de Irak. Si esa ayuda, la situación sería completamente distinta. Desde el inicio de la revolución, las tropas de Assad han perdido a casi la mitad de sus 400.000 soldados iniciales. Sin apoyo externo, el ejército del régimen sirio no podría seguir avanzando ni mantener todas sus posiciones. Assad no podrá extender su poder a todo el país.

¿Qué papel juegan en el conflicto las milicias yihadistas?

Tanto Assad como los yihadistas sacan provecho mutuo. Desde que comenzaron las protestas, el presidente sirio ha dicho que sus enemigos son “terroristas” contra los cuales su gobierno lucha. Esta retórica ha tenido éxito, sobre todo en Estados Unidos y Europa, donce hay un gran temor al yihadismo. De hecho, estos han demostrado en sus videos subidos a la red que no luchan por la democracia. En este sentido, Assad manipula el miedo que despiertan los yihadistas, a los cuales presenta como si fueran más fuertes de lo que realmente son. Los yihadistas son una clara minoría, que llama poderosamente la atención debido a sus métodos brutales. En Occidente no se toma nota de que en realidad Assad jamás ha luchado contra el yihadismo. No se conoce ni un solo ataque de las tropas gubernamentales sirias contra objetivos yihadistas. Solo algunos grupos opositores los han combatido. La oposición secular lucha en dos frentes, y eso es otro factor que ayuda a Assad.

¿Por qué Occidente se concentra tanto en los grupos yihadistas?

Por una parte se debe a la imagen secular que aún cultiva Assad. Debido a que el presidente sirio estudió en Londres, aún se piensa que encarna los valores occidentales mucho más que otros dirigentes de la región. Esta impresión no ha podido ser superada, pese a que Assad usa armas químicas o deja que 11.000 personas sean torturadas hasta la muerte en mazmorras del régimen. Si Assad dice que defiende a los cristianos de Siria, Occidente toma nota puntual. Pero entonces nadie se ocupa de comprobar si lo que dice el presidente sirio es cierto o no.

Bashar al Assad es virtual candidato único.
Bashar al Assad es virtual candidato único.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Cuál sería una estrategia adecuada para Siria?

En las úldimas decadas y años, ha quedado demostrado que tanto Hafez al Assad como su hijo Bashar solo reaccionan ante la presión internacional si ésta les parece digna de tomar en serio. De lo contrario, mantienen su curso. Por eso es que quizá fue un error descartar demasiado pronto la opción militar o mencionar que no era una alternativa. Lo que sí funciona pudo verse en agosto del año pasado. Luego de que las tropas de Assad usaran armas químicas, se abrió de nuevo la posibilidad de un ataque por parte de Estados Unidos. En aquella época había mucho movimiento tanto en las tropas del régimen como en las de los yihadistas. El ejército de Assad abandonó muchas posiciones, y numerosos soldados cambiaron de bando. Pero la amenaza militar se desvaneció, y la violencia cobró un impulso mayúsculo. En especial, el gobierno intensificó los ataques con bombas barril que causaron la muerte a muchos civiles. Esto sucedió porque el régimen de Assad vio que no tendría que afrontar consecuencias.

Pero una intervención en Siria es casi imposible, debido a la posición de Rusia e Irán.

En agosto se perdió mucho poder de maniobra. Las negociaciones “Ginebra 2” fueron preparadas con un año de antelación, y no hubo resultados. Podía haberse logrado que Assad hiciera algunas concesiones, o por lo menos facilitado la intervención de organizaciones humanitarias. En vez de ello, las negociaciones se centran exclusivamente en las armas químicas. La causa de ello es para mí un misterio.

La politóloga Bente Scheller es experta en temas relacionados con la seguridad internacional y el Cercano Oriente. Dirige la oficina de la Fundación Heinrich Böll en Beirut. Es autora del libro “La política exterior siria bajo la dinastía Assad”.