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La violencia migratoria hace una parada en Munich

Daniel Martínez2 de enero de 2008

Por tercera vez en apenas 10 días el metro de Munich se convirtió en escenario de un conflicto social marcado por la violenta reacción de jóvenes inmigrantes a los llamados al orden por parte de los adultos.

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Penitenciaría para jóvenes en el sur de Alemania.Imagen: dpa - Bildfunk

La erupción repentina de este tipo de casos ha generado en Munich –y revivido en Alemania- una gran discusión en torno al tema de integración de la juventud de origen extranjero.

Los casos

El 20 de diciembre un griego de 17 años y un turco de 20, golpearon brutalmente a un anciano pensionado de 76 años que les recordó que en la estación del metro está prohibido fumar. Los dos agresores están acusados de intento de asesinato.

Una semana más tarde otros tres jóvenes –un alemán y un serbio de 16 años acompañados por un croata de 17- la emprendieron contra una pareja de adultos infringiéndole heridas a una mujer de 29 años con una botella.

El más reciente caso se presentó en la madrugada del domingo cuando el reducido grupo de adultos que a esa hora viajaba en el metro le solicitó a un grupo de jóvenes, presuntamente también de origen extranjero, reducir el volumen de la música en sus aparatos de audio portátil.

La reacción fue un puño en la cara a uno de los adultos que solicitó compostura y la persecución colectiva -tirándoles ladrillos y piedras- a quienes huyendo se bajaron del metro para evitar que el hecho pasará a mayores.

Fin del paraíso

En la capital de Baviera, a diferencia de otras ciudades alemanas, estas escenas eran ajenas a la opinión pública. En Munich reina el orden y la pacífica convivencia, se creía hasta ahora.

“Munich no es mejor que Berlín o Colonia donde con mayor frecuencia se presentan este tipo de conflictos, la única diferencia es que en la capital de Baviera hay más control y más policía, pero los problemas de integración son los mismos” explicó a DW-WORLD el sicólogo juvenil doctor Ilhami Atabay.

Según el experto lo sucedido en los últimos días es un llamado de atención al problema de integración que los jóvenes inmigrantes, en contravía a lo que se pensaba, también existe en Munich, una ciudad que parecía estar al margen ese conflicto social.

“Este tipo de muchachos no se siente aceptado y tampoco cuenta con grandes perspectivas de mejorar su situación, ellos se mueven al margen de la sociedad y sus oportunidades de integrarse, respaldado en parte por el sistema educativo en Baviera, son reducidas”.

Conflicto generacional

El doctor Atabay considera también que la repentina erupción de este tipo de violencia en el metro de Munich hace parte de un conflicto generacional entre jóvenes y adultos que se encuentran en dos orillas distintas.

“Esos jóvenes no están dispuestos a dejarse decir algo por adultos alemanes; para ellos esos adultos son los que no les permiten progresar y representan una sociedad de la que no pueden participar y ante la cual están en una posición de desventaja”, dice el sicólogo.

Munich parece haber aterrizado en la realidad migratoria alemana sin tener una respuesta al problema diferente a las planteadas por los políticos locales: más cámaras de video en las estaciones del metro, incremento en el personal de seguridad y aumento de las penas para infractores juveniles.

“Otra de las soluciones propuestas es la deportación de los jóvenes inmigrantes responsables de estos hechos de violencia sin meditar que esos jóvenes han crecido en Alemania y que el sistema es el que tiene que cambiar para que hayan más oportunidades de integración, más perspectivas hacía el futuro” concluye Atabay.