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La "tercera vía" de las iglesias ante los tribunales

Rachel Gessat / DZ20 de noviembre de 2012

¿Pueden los empleados de las iglesias hacer una huelga? Sí, dicen los sindicatos. No, dicen las iglesias. A veces, dice el Tribunal Federal del Trabajo

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EHuelgas en Alemania. Foto: Andreas Gebert dpa/lby
Huelgas en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

La polémica estalló por los bajos salarios y la tendencia a tener trabajadores temporales en los hospitales y hogares de ancianos controlados por organizaciones benéficas cristianas. Como consecuencia de las malas condiciones laborales, sindicatos como Verdi o Marburger Bund, que reúne a los médicos, han llamado reiteradamente a una huelga.

Eso querían evitar las iglesias católica y protestante presentando el caso ante el Tribunal Federal del Trabajo en Erfurt. Pero fue en vano: los jueces supremos encontraron -al igual que los tribunales de distrito- que en este caso no es admisible una prohibición de huelga. Al mismo tiempo, el tribunal recalcó que las iglesias tiene protegida en la Constitución su derecho a la autodeterminación incluso en asuntos laborales. Todo esto podría marcar un nuevo futuro para alrededor de 1,2 millones de personas que trabajan en las iglesias y en instituciones de caridad.

Reglas especiales para las comunidades religiosas

Desde hace algunos años está en debate el tema del derecho laboral para los trabajadores de las iglesias en Alemania, pues existen diferencias marcadas en algunos aspectos con el que rige a otros empleadores. Georg Bier,  experto en derecho canónico de la Univerisad de Friburgo, explica por qué. "Las comunidades religiosas tienen asegurado en la Constitución el derecho a regular sus propios asuntos de manera independiente, lo que les permite también en términos de derecho laboral seguir sus propias normas".

En Alemania existen los contratos donde el empleador fija el salario y no hay derecho a huelga. También se pueden negociar convenios colectivos donde se definen las condiciones del trabajo y los sueldos. Y si no hay acuerdo, entonces el empleado puede apelar a la huelga como medida de presión. Pero la iglesia había escogido una tercería vía: para ellos el contrato de trabajo se negocia en comisiones, donde están representados en partes iguales los prestadores de servicios y los contratantes.

Las acciones de protesta o las huelgas no están previstas en esta tercera vía, afirma Georg Bier a Deutsche Welle: "Esto se justifica en la unidad del servicio eclesiástico, donde todos tenemos el mismo objetivo que es el progreso. Ahí no es posible hablar de empleados y empleadores, sino de servidores a la comunidad".

Entre la economía y el ideal cristiano

Durante mucho tiempo la política salarial de las iglesias se alineaba con las del servicio público. Pero en la década del noventa, las iglesias adoptaron su propio modelo, básicamente por razones económicas, como el cientista político Tobias Jacobi, de la Universidad de Göttingen, explica. "En el campo de la salud aumentó la presión económica a las iglesias, por nuevas regulaciones que incrementaron los costos y riesgos". Por ello, a mediados de los noventa, las iglesias tendieron a entregar a proveedores de servicios externos tareas simples, como la limpieza.

¿Es necesario ir a huelga para obtener mejores salarios? Tobias Jacobi cree que hay que dejar que estos asuntos los aclaren los tribunales. Solo así podría haber una solucion. "Esto sucede porque el conflicto lleva mucho y tiempo y las posturas se han endurecido por parte de los sindicatos y por parte de las iglesias. Por ello es necesaria una decisión del Tribunal Supremo".

El asunto sobre si los empleados de las iglesias tienen derecho a huelga no es algo que se ha resuelto de forma definitiva. Ambas partes en conflicto han anunciado que podrían llevar la disputa al máximo tribunal alemán, el Tribunal Constitucional Federal. E incluso puede que ahí no termine, pues hay un precedente en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Allí unos sacerdotes rumanos presentaron una denuncia, pues querían formar un sindicato y el gobierno rumano lo prohibió. Para la sentencia de ese caso habrá que espera aún unos meses. Y ese caso podría ayudar a sentar jurisprudencia para el ejemplo alemán.

Autor: Rachel Gessat / DZ
Editora: Emilia Rojas-Sasse