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“La ONU no es la policía del mundo”

Mario Dobovisek (HDCA)28 de julio de 2014

Tom Koenigs, antiguo relator especial de la ONU en Kosovo y Afganistán, rechaza las críticas a la organización. Según él, la situación de la población civil ocupa un lugar primordial en la agenda de las Naciones Unidas.

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Imagen: picture-alliance/dpa

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exhortó a un alto el fuego incondicional en la Franja de Gaza. ¿Pero cuál es la posibilidad real de que la exhortación del Consejo tenga éxito?

Koenigs: Ante todo, es importante que el Consejo exprese su opinión en voz alta, y que ésta sea apoyada por todos las partes involucradas. Sin duda, lo mejor sería llegar a una resolución que exigiera un compromiso mayor de todos los países.

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Tom Koenigs, miembro del Partido Verde alemán y antiguo relator especial de la ONU en Kosovo y Afganistán.

¿Así que las Naciones Unidas son impotentes frente al conflicto en el Cercano Oriente?

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no es lo que algunos quisieran, no es una policía mundial que pudiera poner fin a los conflictos de ser necesario por la fuerza. Las Naciones Unidas deben velar incondicionalmente por la protección de la población civil en todo el mundo. Es importante que eso esté claro. Justamente en Gaza se observa que la suborganización UNRWA (por sus siglas en ingés), encargada del abastecimiento médico y educativo, es de hecho el único organismo internacional que siempre pone en primer plano el destino de la población civil. Por supuesto, se puede decir que la ONU es muy débil. Pero ella es tan débil como los países miembros la hacen. Y se trata no solo de los estadounidenses y los israelís, sino también de los alemanes, jordanos y todos quienes forman parte de la organización.

Según Andreas Schockenhoff, político de la Unión Demócrata Cristiana alemana, existe hoy en el mundo una serie de crisis –en Gaza, Ucrania, Siria, Irak y también en lo que respecta a las negociaciones con Irán sobre energía nuclear– para las cuales las Naciones Unidas no logran ofrecer herramientas de solución efectivas. Según él, la ONU misma se encuentra en una grave crisis. ¿Qué opina acerca de esto?

Como Andreas Schockenhoff, yo también querría que la comunidad internacional fuera más fuerte y pudiera garantizar el orden de manera más efectiva. Pero quisiera ser más recatado: el primer paso es fortalecer las organizaciones que ya existen. Por ejemplo la Organización de Aviación Civil Internacional, que se ocupa actualmente del accidente en Ucrania. También debemos hablar, por ejemplo, del fortalecimiento del embargo de armas. Y Alemania podría hacer mucho en este caso. Actualmente, como reacción al conflicto armado en Ucrania, todos dicen que no se debería vender armas a Rusia. ¿Pero quién sigue suministrando armas a las regiones en crisis? Francia, Alemania a Arabia Saudita... Allí hay que empezar si queremos ser creíbles.

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Las Fuerzas de Paz de la ONU son conocidas popularmente como cascos azules.Imagen: Getty Images

La ONU ha llegado a sus propios límites, y es complementada, o incluso reemplazada, por agrupaciones informales como el G-7, el G-8, el G-25 o los Amigos de Siria. ¿Es este el futuro de la resolución de conflictos internacionales?

No es el futuro en lo que respecta a todos los conflictos, pero en algunos, las suborganizaciones son muy importantes, ante todo las regionales. Probablemente el conflicto en Ucrania se pueda abordar mejor a través de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que a través de un Consejo de Seguridad de la ONU bloqueado por los rusos. Sin embargo, creo que los organismos regionales no pueden reemplazar a las Naciones Unidas. Ante todo es necesario fortalecer el andamiaje de valores que la ONU ha construido a través de sus convenciones, y que es irremplazable.

Usted hablaba del conflicto en Ucrania. También el derribo del avión de pasajeros tuvo lugar allí. Su colega Rebekka Harms, política del Partido Verde en Alemania, demanda el envío de cascos azules de la ONU a esa región. ¿Cuán probable es eso?

Eso solo puede funcionar si ambas partes se ponen de acuerdo. La colaboración de Rusia sería necesaria.

Y ese es por ahora un obstáculo...

Ese es justamente el gran obstáculo en estos momentos. Así como el envío de armas de Rusia a Siria fue lo que agudizó el conflicto sirio.

Veamos el caso del bloqueo ruso en el Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia está de un lado, del otro se encuentra a veces Estados Unidos. También está China. Son potencias con derecho de veto. Por este motivo, países como Alemania exigen una ampliación del Consejo de Seguridad. ¿Qué avances traería esto?

Me parece correcto decir que África y Latinoamérica deberían estar mejor representados, que los vetos deberían estar justificados mejor y que debería ser posible ponerlos en duda. Pero también creo que no es históricamente viable cambiar todo pensando que eso va a mejorar la situación. Una voz común de Europa en el Consejo de Seguridad sería un gran paso, en el que Alemania tendría también un papel relevante. Eso sería más importante que exigir un nuevo puesto en el Consejo para un país europeo.

La entrevista la realizó Mario Dobovisek, de la emisora DLF.