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La nueva estrategia de Bolivia

Emilia Rojas (ELM)4 de mayo de 2015

Chile impugna la competencia de la Corte de La Haya para tratar la demanda de Bolivia, que pide negociar una salida soberana al mar. Cualquiera sea la decisión, el asunto de fondo seguirá pendiente, indican analistas.

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El presidente boliviano, Evo Morales, iza en La Paz la bandera de la reivindicación marítima.
El presidente boliviano, Evo Morales, iza en La Paz la bandera de la reivindicación marítima.Imagen: EPA/Martin Alipaz

Chile abrió los alegatos en La Haya, impugnando como había anunciado la competencia de la Corte Internacional de Justicia para pronunciarse sobre la demanda boliviana, dirigida a forzar negociaciones sobre una salida soberana al Pacífico para ese país. Para Chile el asunto ya quedó zanjado por el tratado de 1904. Más aún: en un video que explica la postura chilena, el ex presidente Ricardo Lagos afirma que “esa demanda de Bolivia, con el mayor respeto, no es una demanda contra Chile; en último término, es una demanda que afecta a todo el sistema jurídico internacional, porque si se acogiera la tesis boliviana, no habría ningún tratado seguro”.

La disputa de fondo

Yesko Quiroga, de la fundación Friedrich Ebert, afirma en Berlín que Bolivia “no cuestiona los tratados internacionales, sino que quiere que Chile se siente de nuevo en la mesa de negociación, y eso fundamentado con declaraciones oficiales de Chile” para demostrar que ese país estuvo dispuesto en varias ocasiones a negociar sobre la demanda marítima boliviana. “Ese es un punto nuevo en este asunto que lleva ya más de 100 años”, sostiene el politólogo. A su juicio, “la posición chilena de que no hay nada pendiente debido a la existencia del tratado de 1904 en este momento queda en un lugar un tanto secundario, ante el cambio de la estrategia política de Bolivia”.

De acuerdo con un sondeo que publicó el diario El Mercurio, la mayoría de los chilenos duda de que la corte se declare incompetente. Reiner Radermacher, director de la oficina de la fundación Friedrich Ebert en Santiago, lo atribuye a la experiencia de 2014 cuando, sorpresivamente para Chile, un fallo de La Haya modificó parte de su frontera marítima con Perú. “Pero ahora, a diferencia del caso de Perú, la corte no va resolver la disputa como tal”, hace notar.

También Quiroga destaca que “lo único que Bolivia pide en este momento es que Chile se siente a la mesa para negociar una solución; eso no implica que automáticamente tenga que encontrarse tal solución”.

Symbolbild - Internationaler Gerichtshof Den Haag
En la Corte Internacional de Justicia de La Haya se iniciaron los alegatos.Imagen: AP Photo/Peter Dejong

“No pensar en fronteras”

Así las cosas, independientemente de lo que se resuelva en La Haya, queda pendiente el asunto de fondo. ¿Cómo desatar el nudo gordiano? Radermacher propone un cambio de perspectiva: “Pienso que se puede aprender algo de la situación entre Estados Unidos y Cuba; Washington llegó a la conclusión de que su política de los últimos 50 años no cumplió su objetivo. Entonces optó por tratar de una manera diferente el asunto cubano”.

El analista se remite también a la experiencia alemana. Tras recordar la larga historia de guerras en Europa, subraya que “solo en los últimos 70 años hemos intentado otra cosa, de modo que no somos maestros para dar recomendaciones. Pero, con esa humildad, podemos decir que a nosotros nos funcionó un camino diferente: buscar una cooperación entre los vecinos y llegar más allá incluso, a un proceso de integración”. Explica que “si Francia y la República Federal de Alemania no hubieran establecido después de la II Guerra Mundial relaciones diplomáticas plenas, todavía no existiría la Unión Europea”. Agrega que desde que ambos países no hablan más sobre Alsacia, “la cosa funciona bien”. Distinto sería, a su juicio, si todavía existiera en Alemania la intención de “recuperar” ese territorio. Por eso, concluye: “Hay algunos ejemplos e indicios de que sería buena idea no pensar en soberanía territorial ni en fronteras, sino en superarlas”.