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La debacle del FDP, ¿mal augurio para el liberalismo?

Evan Romero-Castillo23 de septiembre de 2013

En Alemania, algunos atribuyen el fracaso del Partido Liberal en las elecciones generales al ocaso del liberalismo económico. Deutsche Welle habló con una experta en la materia para saber qué hay de cierto en esa tesis.

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Imagen: picture-alliance/ZB

El Partido Liberal (FDP), que había ocupado escaños en el Bundestag desde la fundación de la República Federal de Alemania en 1949, quedará excluido del Parlamento tras obtener el peor resultado electoral de su historia en los comicios generales de este 22 de septiembre: 4,8 por ciento de los votos. Necesitaba superar la marca del 5 por ciento para verse representado en ese recinto. De ahí las caras largas del ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, y de los otros liberales en el actual Gabinete de la canciller democristiana, Angela Merkel.

Muchos lamentan de antemano la inminente ausencia del FDP en el Bundestag, recordando que sus miembros no sólo defendían férreamente el libre mercado, sino también los derechos de la ciudadanía frente a los excesos u omisiones del Estado. En otras palabras, que el FDP no sólo es abanderado del liberalismo económico, sino también del político. La ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, sobresalió hace algunas semanas por sus severas críticas a las prácticas de espionaje extranjero en Alemania.

Otros celebran el traspié de los liberales y atribuyen tanto el fracaso del FDP como el relativo éxito de La Izquierda –que se convirtió en la tercera fuerza política del país– a un cambio de marea, al crepúsculo del liberalismo en materia económica y financiera. Deutsche Welle habló con Barbara Fritz, profesora de Economía Latinoamericana en la Universidad Libre de Berlín, para saber qué hay de cierto en esta afirmación y cómo están los signos vitales del liberalismo económico en los Estados al sur del río Bravo.

Westerwelle (izquierda) junto al ministro de Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel (centro), y el futuro jefe del FDP, Christian Lindner.
Westerwelle (izquierda) junto al ministro de Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel (centro), y el futuro jefe del FDP, Christian Lindner.Imagen: Reuters

El liberalismo económico, vivo y coleando

“La caída del FDP no debe interpretarse como el ocaso del paradigma económico liberal en Alemania, sino como el de un partido que, habiendo formado parte de una coalición de Gobierno –con cinco ministros en el Gabinete–, no supo convertir ese modelo en política de Estado. ¡No consiguió ni siquiera que se bajaran los impuestos! Muchos de los ciudadanos que habían apoyado al FDP quedaron desencantados con su desempeño y votaron por otros grupos políticos en los comicios de este domingo (22.9.2013)”, explica la experta.

“Sin embargo, de esos grupos políticos, sólo el partido antieuropeista Alternativa para Alemania (AfD) comparte la tendencia económico liberal del FDP y tampoco él obtuvo votos suficientes para verse representado en el Parlamento alemán”, acota Fritz, insistiendo en que no es el liberalismo económico lo que agoniza en territorio germano, sino el actual perfil de sus portavoces. De hecho, el modelo económico liberal y sus defensores están vivos y coleando en buena parte de Europa, agrega la especialista de Berlín.

El pulso del liberalismo económico sigue latiendo también al otro lado del Atlántico, pero con otro ritmo, comenta esta conocedora del acontecer latinoamericano. En varios países de América Latina siguen proliferando las relaciones clientelares que benefician a las élites empresariales, los intentos de minimizar la intervención del Estado en la economía y las medidas que obstaculizan la redistribución de los ingresos nacionales para beneficiar a los sectores más desfavorecidos de la población, sostiene Fritz.

Firtz: “Si Bachelet gana las elecciones en Chile, es probable que vuelva a aplicar antídotos contra el liberalismo, pero en dosis pequeñas”.
Firtz: “Si Bachelet gana las elecciones en Chile, es probable que vuelva a aplicar antídotos contra el liberalismo, pero en dosis pequeñas”.Imagen: picture-alliance/dpa

Diferenciando matices

“Pero el impulso de reducir los impuestos es menos fuerte que entre los liberales europeos. Sencillamente porque los sistemas de tributación progresiva escasean en América Latina y la mayoría de sus países recaudan muy pocos impuestos. Como ejemplo: los impuestos constituyen apenas el 10 por ciento del Producto Social Bruto hondureño y 20 por ciento del mexicano. En las últimas dos décadas, las reformas tributarias más importantes se manifestaron en forma de aumentos del impuesto al valor agregado (IVA)”, señala Fritz.

“Y, al contrario de los sistemas de tributación progresiva –que imponen gravámenes mayores a quienes más recursos económicos poseen–, el IVA golpea más duramente a los más pobres. En general, los sistemas impositivos en América Latina siguen siendo muy injustos. Sin embargo, los matices que el liberalismo económico exhibe en esa región no deben ser ignorados. A más tardar con el Gobierno de Rousseff, en Brasil se puso coto a las prácticas económicas liberales y se robusteció la presencia del Estado”, dice la catedrática.

“Por un lado, los estrechos nexos comerciales de México y Colombia con Estados Unidos fortalecen el liberalismo que ya estaba enraizado en esos países; se puede decir que México carece de una política económica propia y que su apertura hacia el vecino del norte es su leitmotiv. Y por otra parte, en Chile, donde un modelo liberal radical se consolidó hace mucho tiempo, ha habido momentos en que se tomaron medidas menos liberales, como la de limitar el endeudamiento externo y los niveles de desempleo”, compara Fritz.

“El caso de Chile es peculiar. Las políticas económicas fueron un poco más justas durante el Gobierno de Michelle Bachelet. No obstante, muchos de sus seguidores se sintieron frustrados al ver lo poco que se pudo aplicar del programa que llevó a Bachelet al poder. Y si ella es reelegida como presidenta de Chile en las próximas elecciones, es probable que su Gobierno vuelva a aplicar antídotos contra los excesos del liberalismo económico, pero en dosis muy pequeñas”, cierra Barbara Fritz. A sus ojos, el liberalismo económico seguirá en auge, tanto en Europa como en el continente americano, pero con intensidades diferentes.