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La biblioteca va al hospital

Victoria Dannemann24 de octubre de 2012

En hospitales infantiles de Múnich no sólo los medicamentos ayudan a los pacientes, también los libros. En Chile aplican igualmente este exitoso modelo, ahora también de la mano de la tecnología.

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La lectura infantil tiene efectos terapéuticos.
La lectura infantil tiene efectos terapéuticos.Imagen: Victoria Dannemann

Cada día, el carrito de libros sale a recorrer las salas del hospital pediátrico de Schwabing, en Múnich. El equipo de la biblioteca del centro asistencial presta y recibe los textos y CDs que ayudan a los niños a hacer más llevadera su estadía.

En esta clínica, con cerca de 968 camas para hospitalización y 64 plazas de atención diaria, funciona una de las siete bibliotecas de hospitales de la ciudad. Su tarea es mucho más que proporcionar un rato de lectura a los pacientes: también los distraen y alivian de sus preocupaciones.

“Los pensamientos de los niños no giran más en torno al miedo por el examen que viene, sino a la solución de un acertijo en una historia de aventuras”, cuenta Stefanie Klenk, directora de la sección Hospital Pediátrico de Schwabing - Biblioteca Pública de Múnich.

The photo Schwabing was sent by Stefanie Klenk, Leiterin – Kinderkrankenhaus Bibliothek Schwabing, München, no charge, to be used in an article about. Zulieferer: Victoria Dannemann Schwabing Bücherwagen im Kinderkrankenhaus Schwabing, München. Schwabing, München. 2012. Autor/Copyright: Münchner Stadtbibliothek. Bücherwagen, Stefanie Klenk, Kinderkrankenhaus, Spielraum, Bibliothek, Krankenhausbibliothek, Buch, Bücher, lesen, vorlesen, Schwabing, München Bücherwagen, Stefanie Klenk, Kinderkrankenhaus, Spielraum, Bibliothek, Krankenhausbibliothek, Buch, Bücher, lesen, vorlesen, Schwabing, München, Kinderkrankenhaus.
Carrito de libros en el hospital pediátrico de Schwabing.Imagen: Münchner Stadtbibliothek

Ella misma hace el recorrido con el carrito una vez por semana y comparte con los niños cuando los visita. “Voy de pieza en pieza y presento nuestro servicio de préstamo gratuito, ayudo a los padres y los niños en la selección y a veces les leo algo. Además pueden ir a nuestra biblioteca en la planta baja y elegir algo ellos mismos”, explica. En esta sala los lectores encuentran una amplia oferta con cerca de mil libros y cien CDs, que cubren diferentes edades e intereses.

Como en casa

Muchas veces los pequeños pacientes están solos y asustados o piensan que Stefanie es doctora o terapeuta. Aunque este trabajo implica mucha responsabilidad, también trae muchas alegrías: “Algunos chicos descubren en el carrito alguno de sus libros favoritos y logran sentirse un poco como en casa, o al recorrer las páginas, se olvidan de los miedos y dejan de llorar”.

Algunos textos ayudan especialmente a reducir la ansiedad, pues con ellos se puede explicar qué procedimiento hará el médico o cómo utiliza el instrumental para tomar un examen. Así entienden, por ejemplo, que un escáner no registra los pensamientos y que tampoco duele.

Las posibilidades y los beneficios se multiplican día a día. “A través de un libro emocionante, un niño aburrido cambia su rutina, o uno creativo encuentra una idea para pintar. Con un ejemplar que se adapte a sus intereses, puede -tal vez sin darse cuenta- orientar su propia búsqueda de formación. Me complace especialmente cuando a través de un libro de ilustraciones sin texto, un niño que no entiende nuestro idioma logra sumergirse en una historia de fantasía”, cuenta.

Un libro abre las puertas a la fantasía y también a la recuperación.
Un libro abre las puertas a la fantasía y también a la recuperación.Imagen: Victoria Dannemann

Libros y tecnología

Para compartir su experiencia en la labor bibliotecaria social en clínicas pediátricas de Múnich, Stefanie Klenk fue invitada por el Goethe Institut a las ciudades de Santiago y La Serena, en Chile. Allí visitó hospitales infantiles y compartió con los encargados de las bibliotecas, los médicos y algunos pacientes.

En este país sudamericano se están realizando esfuerzos por tener hospitales más amigables y con ello mejorar la calidad de vida de los niños durante su estadía. Las bibliotecas y salas de juego son un gran avance, y una de las innovaciones es la incorporación de tabletas electrónicas. El Goethe Institut donó uno de estos aparatos al hospital infantil Luis Calvo Mackena de Santiago.

“La mayor ventaja consiste en que el tablet PC puede mantenerse estéril y por lo tanto usarse las veces que se desee, algo que con un libro de papel es imposible”, explica Alexander Schultheis, director de la biblioteca del Goethe Institut – Santiago. Con él se entrega apoyo educativo y a la vez es un medio de entretención. “Se le puede leer a los niños, o ellos mismos lo manejan accediendo a toda la literatura electrónica disponible con un clic”, agrega.

Esta tableta es ocupada en diferentes unidades, especialmente el pabellón de transplantes, donde los ninos juegan y leen, escapando así de la rutina hospitalaria.

Si bien hay consenso sobre los beneficios de la lectura como apoyo a la recuperación física y también sicológica, lamentablemente en muchos hospitales no existe todavía la oportunidad de llevar los libros a los pacientes. Iniciativas como las tabletas y carritos de libros, significan una gran oportunidad para los pequeños internados.

Además, son una buena herramienta para los padres que están atendiendo a su hijo, “ayudándolos a manejar sus propios miedos y a cuidar de él de forma relajada y con amor”, destaca Stefanie Klenk.

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Emilia Rojas