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Judíos en el estado del apartheid

7 de febrero de 2013

Nelson Mandela escribió una vez: “He encontrado a los judíos más abiertos que la mayoría de los blancos en cuestiones de raza y política, tal vez porque ellos mismos han sido históricamente víctimas de prejuicios”.

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Imagen: DW/Schadomsky

Milton Shain, profesor de historia y director del Centro Kaplan de Estudios Judíos de la Universidad de Ciudad del Cabo, confirma las palabras de Nelson Mandela, histórico defensor de los derechos cívicos y primer presidente negro de Sudáfrica: hubo muchos judíos huidos de la Alemania nazi que se comprometieron políticamente con el movimiento anti-apartheid. Y esto a pesar de que los propios refugiados no fueron recibidos precisamente con los brazos abiertos en su nueva tierra. Milton Shain explica el contexto histórico:

No bienvenidos

“A mediados de los años treinta, la situación era muy tensa. El barco de refugiados ‘Stuttgart’ llegó a puerto a finales de octubre de 1936 y fue recibido con violentas protestas. También hubo destacados académicos que se manifestaron en contra de la inmigración de judíos alemanes. Entre ellos estaba el llamado arquitecto del apartheid, el profesor Hendrik Verwoerd, que más tarde se convertiría en primer ministro. Estas figuras daban voz a un movimiento de derecha radical que se había iniciado en Sudáfrica hacía algunos años. Los llamados camisas grises y negras imitaban a los nazis y otros fascistas europeos y se oponían vehementemente a la inmigración continua de judíos. Esta gente abogaba por la adopción de medidas para cercenar la presencia judía y sus posibilidades de supervivencia en el país. En verdad, sus ideas no eran aceptadas mayoritariamente pero conformaban una fuerza importante que crecía alarmantemente.

La corriente de pensamiento político principal la representaba, no obstante, un político como Daniel Malan, que se convertiría en el primer ministro del régimen del apartheid en 1948. Malan argumentaba ya en los años treinta que los judíos podían ser fuente de conflictos si se concentraban demasiados en un país, por lo que, restringiendo su entrada, uno actuaba a fin de cuentas en su propio interés. Sudáfrica acogió aproximadamente a 3.500 judíos alemanes hasta que, a principios de 1937, se aprobó la llamada 'Aliens Act', que cerraba de facto las puertas a estos inmigrantes.

Judíos yapartheid

En este contexto hay que considerar la cuestión de las actividades políticas en el sistema del apartheid. Los inmigrantes judíos alemanes, víctimas del racismo y antisemitismo clásicos, llegaron a un país con una sociedad colonial, explotadora y segregada racialmente. Los judíos blancos, que aún eran víctimas en Europa, se convirtieron de repente en ‘beneficiarios’ de esta estructura jerárquica basada en la raza. Esto suponía una enorme contradicción, de la que muchos, ciertamente, no eran conscientes. Muchos refugiados eran jóvenes y no comprendían a menudo las circunstancias políticas del país. Otros ya tenían suficiente con tomar tierra en Sudáfrica y encontrar trabajo y casa. Naturalmente, la mayor parte de la comunidad judía vivía como los angloparlantes blancos. A pesar de todo, también hubo muchos judíos inmigrantes que se comprometieron con la lucha anti-apartheid.

Echemos la vista atrás y recordemos el contexto histórico de aquel entonces. Se estaba produciendo, por ejemplo, la exterminación de los judíos en Lituania: más del 90 por ciento fueron asesinados en la Segunda Guerra Mundial. La comunidad judía de Sudáfrica procedía en su mayor parte de Lituania, por lo que había una relación muy estrecha con estos acontecimientos. Los litvaks (como los judíos lituanos se llaman a sí mismos) habían emigrado antes de que empezaran a cerrarse las fronteras. Más tarde, también llegaron a Ciudad del Cabo víctimas de la persecución que habían logrado sobrevivir. Probablemente era esperar demasiado que estas personas perseguidas y traumatizadas se manifestasen a viva voz contra el apartheid.

Activismo judío

A pesar de todo, la presión social se agudizaba cada vez más. Una nueva generación de jóvenes judíos bien formados exigía cambios. Sabían que en el período nazi había habido simpatizantes y no querían serlo también ellos en Sudáfrica. Naturalmente, también hubo judíos de extrema izquierda que atacaron frontalmente el régimen del apartheid desde el primer día. Estos, sin embargo, no estaban integrados en la comunidad judía. Entre ellos había nombres como Ruth First, Joe Slovo o Ronnie Kasrils. En el proceso de Rivonia, que llevó a la cárcel a Nelson Mandela, había 15 acusados; los cinco blancos eran judíos.

En resumen, puede decirse que el activismo judío en contra del apartheid tuvo bastante peso. En todo caso, fue mucho más importante que el de otros grupos minoritarios. No obstante, muchos miembros de la comunidad judía, sobre todo aquellos más jóvenes, manifiestan a veces una actitud crítica hacia el pasado”.

Autor: Ludger Schadomsky
Editora: Claudia Herrea