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Inseguridad en el Mundial: la FIFA debe rendir cuentas

Astrid Prange / JAG20 de junio de 2014

Antes del juego de España, más de 100 fans de Chile consiguieron colarse en el estadio de Rio, un caso que muestra los fallos en el concepto de seguridad de la FIFA, opina Astrid Prange.

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Imagen: Reuters/Ivan Alvarado

Ciertamente, los preparativos para el Mundial de Fútbol de Brasil no fueron perfectos. Los estadios, carísimos e inacabados, irritaron a los aficionados brasileños. La construcción de infraestructura no se llevó a cabo. Y las protestas masivas paralizaron el país hace un año.

La FIFA llamó la atención a Brasil varias veces por los retrasos. El secretario general Jerôme Valcke incluso saltó declarando que Brasil necesitaba una patada en el trasero. Actualmente, la FIFA quizás debería considerar este consejo.

Desde la irrupción de los aficionados chilenos al Centro de Prensa en el estadio de Maracaná en Rio, los fallos en el concepto de seguridad de la FIFA son evidentes. Se trata del segundo caso de estas características. Tres días antes, 30 aficionados argentinos tumbaron una valla también en Maracaná para poder entrar al partido de su equipo contra Bosnia.

¿Dónde está el compromiso de la asociación del fútbol mundial con sus aficionados? ¿No han pagado lo suficiente por las entradas? ¿Dónde están las disculpas por un trabajo deficiente, que además depara problemas innecesarios al país anfitrión? Es hora de que la FIFA entone el Mea Culpa. La asociación ya no cumple con los requisitos necesarios.

Deutsche Welle Astrid Prange De Oliveira
Astrid Prange, corresponsal de DW en Rio de Janeiro.Imagen: DW/P. Henriksen

Según la propia definición, la División de Seguridad de la FIFA, fundada del 1 de junio de 2012, es responsable de todas las cuestiones de seguridad en las competiciones de la FIFA en todo el mundo. Entre ellas, está también la obligación de “emplear a personal preparado y cualificado para las funciones necesarias para la administración y el funcionamiento de la seguridad durante la competición”.

Aparentemente, la FIFA no cumplió con estos requisitos. Estaría bien que no solo fuese Brasil el país encargado de recordar a los señores del fútbol cuales son sus menesteres. Las otras 209 asociaciones miembro pecan con su silencio contra el fútbol mundial y los aficionados. La arrogancia precede a la caída. Y en la actualidad, la FIFA parece celebrar su caída con suma dedicación.