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India: tensión tras la muerte de Amanat

Claudia Hennen / Evan Romero-Castillo29 de diciembre de 2012

En India se augura una nueva ola de protestas tras la muerte de Amanat, la joven violada recientemente por varios hombres en Nueva Delhi. Algunos activistas esperan que el caso propicie cambios profundos en la sociedad.

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Imagen: dapd

Este sábado (29.12.2012) llegan a la India los restos de Amanat ("Tesoro"). Ese es el seudónimo que la prensa local le dio a la estudiante de 23 años que fue torturada y violada por varios hombres en un autobús de Nueva Delhi el pasado 16 de diciembre. Criticado por la impasibilidad con que respondió inicialmente a este caso, y presionado por las protestas en las calles, el Gobierno envió a la joven a Singapur para que fuera atendida en una clínica especial el miércoles (26.12.2012). En vano: Amanat murió 48 horas después debido a una falla multiorgánica.

En India, los maltratos físicos y abusos sexuales de los que las mujeres son objeto suelen quedar impunes con escandalosa frecuencia. Los defensores de los derechos humanos estiman que sólo un cuarto de las violaciones denunciadas conducen al procesamiento judicial de los acusados y que los violadores quedan en libertad en el 75 por ciento de los casos. Otras formas de violencia, padecidas sin distinción de género, también tienden a quedar sin castigo debido a la incompetencia de los servicios policiales y a la prevalencia de la corrupción.

Sin embargo, los activistas indios esperan que la conmoción causada por lo ocurrido a Amanat genere cambios profundos en la sociedad. La feminista Ranjana Kumari sostiene que, en un país donde las niñas y las mujeres no están seguras, es imprescindible estimular un cambio radical de mentalidad. La activista de los derechos humanos Kiran Bedi ve la rabia y la tristeza despertada por la violación de Amanat como una reacción a la violencia generalizada que sufren las mujeres en la India.

Metafóricamente hablando, ese ataque –cometido por cinco hombres adultos y un menor de edad– fue la gota que colmó el vaso. Pero ese no es el único suceso que ha propiciado las protestas populares en el país asiático. “Después del movimiento de masas contra la corrupción organizado por la defensora de los derechos civiles Anna Hazare, la gente ha aprendido a alzar la voz”, explica Bedi. Y agrega: “Todos los indios son afectados por dos problemas fundamentales: la corrupción y la falta de seguridad”.  

Indien - Proteste nach der Vergewaltigung einer Studentin.
Estudiantes y grupos políticos de la oposición exigen pacíficamente que el Gobierno responda a esta tragedia.Imagen: Getty Images

El Gobierno indio, bajo presión

Haciendo hincapié en que comprendía la aflicción de la ciudadanía, el primer ministro indio, Manmohan Singh, se dirigió al país el 24 de diciembre, prometiendo que los violadores serían procesados sin demora y castigados severamente. Estos han terminado siendo acusados de asesinato, mientras dos comisiones especiales investigan las incidencias del caso. No obstante, los reproches siguen lloviendo sin parar sobre el octogenario, que de por sí está en la mira de la opinión pública debido a distintos escándalos de corrupción.

Augurando una nueva ola de protestas en Nueva Delhi, agentes policiales han intensificado las medidas de seguridad en torno al edificio sede del Gobierno y de las estaciones de metro aledañas. Pero, ¿quién protegerá a la policía? Después de todo, también ella es blanco de duras críticas en la India. “Es sobre todo la policía la que ha fracasado. Nadie confía en las fuerzas de seguridad nacionales”, asegura Kiran Bedi, quien forma parte de esa institución desde 1972 y recaló en su jerarquía hasta convertirse en la única mujer en su cúpula.

Amanat acababa de salir del cine y de abordar un autobús con un amigo cuando seis hombres comenzaron a golpearlos brutalmente con una barra de metal. La estudiante de fisioterapia fue violada durante una hora. Antes de que ambos fueran lanzados del vehículo en movimiento, el autobús pasó sin problemas por varios controles policiales. Ranjana Kumari ha exigido que los policías sean formados para enfrentar actos de violencia padecidos predominantemente por las mujeres y que se cree un registro público de los delincuentes sexuales.  

Autores: Claudia Hennen / Evan Romero-Castillo
Editor: Diego Zúñiga