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Humala, un presidente en las cuerdas

José Ospina-Valencia (DZC)2 de junio de 2015

La gestión de Ollanta Humala es cada vez más cuestionada: pasividad en el caso del proyecto minero Tía María, falta de comunicación de sus propios proyectos, recepción de fondos ilegales. Pero no todo ha sido malo.

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Ollanta Humala
Imagen: Getty Images/AFP/C. Bouroncle

A un año de terminar su mandato, solo un 16 por ciento de los peruanos está contento con el Gobierno del presidente Ollanta Humala, según una encuesta de GFK publicada este 1 de junio. Según el economista Reinhard Willig, director de la sección peruana de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), no se trata de un “mal momento”, sino del “profundo descontento con un presidente que no lidera el desarrollo ni político ni económico del Perú”.

Para Astrid Becker, directora de la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Lima, la fuerte pérdida del respaldo de Ollanta Humala es “un largo proceso que ya venía gestándose dentro de su propia coalición de Gobierno”. Becker recuerda que “la fracción oficialista ‘Gana Perú’ tenía, originalmente, 47 escaños en el Congreso y ahora solo cuenta con 33”. Catorce parlamentarios han abandonado la fracción debido a su “descontento con la gestión del Gobierno de Ollanta Humala”, perdiendo así la mayoría en ese pleno.

Falta de comunicación

Un Congreso ante el que Ollanta Humala no logró pasar su ley de promoción del empleo juvenil, uno de sus programas bandera. “Por pura falta de comunicación”, como considera el economista Reinhard Willig. Una apreciación que respalda la directora de la FES en Lima, para quien “muchos conflictos y el fracaso de la reforma de promoción del empleo juvenil, como de otros proyectos, se deben a la generalizada falta de comunicación del presidente Humala y su gabinete con los diferentes sectores de la población”. Un ejemplo: el Congreso tuvo que retirar una ley presentada por Humala porque éste la formuló sin consultar a los expertos en empleo en Perú ni a los representantes de los empleados quienes arguyeron que la oferta de Humala no era abrir nuevas plazas de empleo para jóvenes, sino desplazar a otros para empeorar las condiciones laborales.

El bajo respaldo a Ollanta Humala no es gratuito, “aquí los medios y muchos otros sectores esperan que este Gobierno se acabe para que alguien haga lo que Perú necesita”, agrega Reinhard. No en vano, el gran descontento con Humala es su “pasividad”, como lo indica la citada encuesta de GFK y lo demuestra el caso del proyecto minero Tía María, un problema que Humala no solo no ha resuelto sino que dejó agrandar, “toda vez que las dificultades con la firma Southern Copper venían ya de 2011”, recalca Willig. Los labriegos exigen una garantía de que la mina no va a contaminar sus cultivos.

Omisión es, a veces, peor que la acción

El movimiento “Tierra y Libertad”, que respalda las exigencias de los campesinos en Tía María, apoyó otrora al partido de Humala, pero le retiró su respaldo debido a su “giro” de una política con tinte social hacia una más pro-empresarial. La transformación de Ollanta Humala de un político de corte pro-chavista hacia uno más capitalista se debió, sobre todo, “a la obligada atención de las exigencias de la economía peruana que depende de sus exportaciones de cobre y productos agrarios, hacia Europa y cada vez más hacia Asia”, coinciden Becker y Willig.

La acusación de la “financiación ilegal” de su campaña política con dinero del chavismo ha sido reactivada “irregularmente”, según Humala, ya que "no tiene nada de ilegal" recibir aportes económicos de diferentes países para la formación de un partido”, reconoció el presidente del Perú este 1 de junio. La empresa venezolana Kaysamak, a través de la cual Humala habría recibido el dinero, estaría relacionada con Diosdado Cabello, hoy presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

Los temas por resolver

Al fin de cuentas, “no todo ha sido malo bajo Ollanta Humala”, recalca la directora de la Fundación Friedrich Ebert en Lima, y destaca el significativo mejoramiento de la educación en Perú, como lo han demostrado las últimas pruebas PISA. Becker y Willig también reconocen el esfuerzo del Gobierno de Ollanta Humala por reducir la pobreza.

Por último, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la lucha contra la corrupción y la inseguridad, el mejoramiento de la educación y el fortalecimiento de la producción nacional ante el ímpetu de la Alianza para el Pacífico quedan como temas prioritarios, tanto para Humala, que aún puede demostrar sus cualidades, como para el próximo Gobierno que será elegido en abril de 2016.