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Chávez auf Deutsch

Evan Romero-Castillo11 de abril de 2013

A un mes del fallecimiento de Hugo Chávez, el otrora hombre fuerte de Caracas parece estar más presente que nunca entre los venezolanos. Pero, ¿qué huella dejó este líder latinoamericano en la memoria de los alemanes?

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Imagen: picture-alliance/dpa

A un mes de su muerte, Hugo Rafael Chávez Frías (1954-2013) parece estar más presente que nunca en Venezuela, el país que gobernó desde 1999: el culto a su personalidad ha adquirido visos de idolatría religiosa y su efigie es instrumentalizada a más no poder en la campaña electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El triunfo de Nicolás Maduro –el delfín de Chávez– en los comicios presidenciales del 14 de abril depende de que el recuerdo del mandatario siga vivo.

Pero, ¿cuándo empezó Chávez a despertar interés entre los alemanes y qué huella dejó en sus memorias? “La irrupción de Chávez en la política venezolana a finales de los noventa atrajo la atención de algunos medios germanos porque, para bien o para mal, se le vio como un personaje articulable a la cadena de revolucionarios latinoamericanos en donde figuran el salvadoreño Farabundo Martí (1893-1932), el nicaragüense Augusto Sandino (1895-1934) y el líder cubano Fidel Castro”, señala el politólogo caraqueño Jesús Azcargorta.

“Chávez encarnaba las fantasías que una parte de la izquierda alemana proyecta permanentemente sobre el Caribe: ‘el lugar en donde la guerrilla puede construir un mundo mejor’. Y muy pocos se preguntaron si él era realmente un hombre de izquierda. Cuando empezó su carrera política, Chávez causó fascinación en los círculos académicos germanos; el análisis crítico de su gestión sólo se fue imponiendo con el tiempo”, añade este venezolano radicado en Rostock, una ciudad que formó parte de la República Democrática Alemana hasta su disolución en 1990.

El simpático antiyanqui

“Por otro lado está el alemán promedio, que ve noticieros o lee la prensa, pero no necesariamente sabe ubicar a Venezuela en el mapamundi: éste veía a Chávez como un personaje simpático. Desde Caracas se vendió muy bien la noción de que él era una suerte de Robin Hood, que le daba a los pobres lo que le quitaba a los ricos. Y con su postura contestataria e irreverente frente a la Casa Blanca, Chávez le hizo gracia a muchos alemanes”, asegura Azcargorta.

En la imagen, Hugo Chávez toma la palabra en la Asamblea General de la ONU (20.9.2006)
En la imagen, Hugo Chávez toma la palabra en la Asamblea General de la ONU (20.9.2006)Imagen: Getty Images

Todo apunta a que el discurso ofrecido por Chávez en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de septiembre de 2006 fue lo que lo convirtió en una personalidad memorable en la tierra de Marx y Engels: “Ayer el diablo estuvo aquí. En este lugar huele a azufre”, dijo aludiendo a su homólogo estadounidense George W. Bush. Esa no fue la única noticia pintoresca que protagonizó durante su mandato, pero sí la más sobresaliente… Al menos hasta su impasse con el rey de España, un año más tarde.

“A esas alturas, Chávez ya no era del todo desconocido para mis compatriotas”, comenta en un español impecable el periodista alemán Christoph Twickel, autor de la primera biografía de “el Comandante” en la lengua de Goethe. “Sin embargo, lo que se sabe de Chávez sigue siendo muy superficial. Su idiosincrasia todavía hace pensar en el cliché del caudillo latinoamericano que los europeos tienen en la cabeza. El libro que escribí sobre su vida permite percibirlo como una persona más compleja”, dice este conocedor del acontecer latinoamericano.

La vida de Chávez en la lengua de Marx

Twickel viajó a Caracas por primera vez en 2004 para cubrir un referéndum que, en lugar de revocar el mandato de Chávez, como lo esperaban sus opositores, terminó ratificándolo como jefe de Estado. “Lo que me llevó a escribir la biografía de Chávez fue la euforia que irradiaban muchos venezolanos de cara a los cambios que estaban teniendo lugar y a la emancipación de los sectores populares. Esa efusividad me recordó a la de los sandinistas cuando viajé a Nicaragua en la década de los ochenta”, cuenta el corresponsal germano.

La primera biografía de Hugo Chávez en alemán fue publicada en el año 2006.
La primera biografía de Hugo Chávez en alemán fue publicada en el año 2006.

“En mi libro describo las circunstancias que propiciaron el ‘fenómeno Chávez’. Cuando estuve en Linz y en Viena para leer extractos de la biografía, la recepción de la audiencia austríaca fue tan positiva como la de la alemana. Por tratarse de la primera biografía de Chávez en alemán, a la gente que se solidarizaba con la ‘revolución bolivariana’ en estas latitudes le interesó mucho, con todo y que mi libro no es una apología del chavismo”, explica Twickel.

Hugo Chávez, eine Biografie también obtuvo críticas elogiosas en medios que no le habrían dedicado una línea si se tratara solamente de propaganda laudatoria. Del volumen en cuestión, que va por su segunda edición, se han vendido alrededor de 3.000 ejemplares desde 2006. “Esa no es una cifra desestimable, considerando que el libro está enfocado en la sociedad venezolana y que el interés de los alemanes por Venezuela es muy limitado”, aclara el autor. El comunicador venezolano Manuel Silva-Ferrer coincide con Twickel en este punto.

¿Propaganda exitosa?

“La opinión pública alemana está más atenta a lo que pasa en el Medio Oriente, que a lo que ocurre en América Latina. Por eso me sorprendió la extensa cobertura que los medios locales le dieron a la muerte de Chávez y la impronta que Chávez dejó en Alemania gracias a su enorme aparato propagandístico”, sostiene Silva-Ferrer, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín y del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco) de la Universidad Central de Venezuela.

La Unesco premió un proyecto de alfabetización cubano-venezolano en 2005.
La Unesco premió un proyecto de alfabetización cubano-venezolano en 2005.Imagen: AFP/Getty Images

“Al hacer un balance de su gestión, la ‘prensa seria’ de Alemania dejó claro en qué vicios incurrió Chávez durante su Gobierno. Pero hubo medios que le dieron crédito a falacias y medias verdades sobre su legado; al éxito de su lucha contra la pobreza y a la supuesta nacionalización de la industria petrolera, por ejemplo. Hay que saber cómo funcionan las dinámicas de poder en los organismos internacionales para entender por qué la Unesco validó el argumento de que Chávez había acabado con el analfabetismo”, sigue el analista venezolano.

A su juicio, la legitimación internacional de las políticas de Chávez tuvo su precio: “La promoción del Gobierno de Chávez alrededor del mundo incluyó el financiamiento de iniciativas de la ‘izquierda global’. Eso permitió que periódicos como Le Monde Diplomatique, de Ignacio Ramonet, grupos como Attac y organizaciones como la Fundación Rosa Luxemburgo de Alemania establecieran vínculos fluidos con Chávez”, dice Silva-Ferrer, enfatizando, sin embargo, que la izquierda alemana es heterogénea; no todos sus militantes se sintieron identificados con el presidente venezolano.

Chávez y la izquierda germana

Twickel disiente del investigador de la Universidad Libre de Berlín: “Yo me atrevería a decir que Chávez nunca despertó demasiada confianza entre los camaradas de la izquierda en Alemania. Muchos de ellos se preguntan: ‘¿se puede hablar de una revolución izquierdista o de una emancipación colectiva en Venezuela cuando ésta gira en torno a un Mesías, a un hombre fuerte e insustituible?’ Hasta cierto punto, lo que ocurre en ese país contradice las convicciones de la izquierda alemana”, alega Twickel, quien viaja a Venezuela cada año.

Christoph Twickel visitó Venezuela por primera vez en 2004; desde entonces viaja a ese país cada año.
Christoph Twickel visitó Venezuela por primera vez en 2004; desde entonces viaja a ese país cada año.Imagen: Dirk Pudwell

Según Silva-Ferrer, los adeptos de Chávez en el extranjero que tienen poco contacto con la realidad venezolana son los que menos resistencia ofrecen a la propaganda con que el estamento chavista bombardea a la academia y al mundo diplomático. Azcargorta lo secunda: “Cuando llegué a Alemania en 2008, me sorprendió la hiperactividad de la embajada de Venezuela en Berlín, a cuyos eventos asiste el ‘chavismo duro’ de este país, desde los cónsules de Gobiernos que se dicen ‘bolivarianos’ hasta catedráticos de las universidades germanas”.

Azcargorta deja en el aire la impresión de que, aunque en Alemania no escasean los detractores de Chávez, sus entusiastas han inclinado la balanza a su favor: “Por vaga que sea, una visión general positiva de Chávez continúa teniendo más resonancia en la prensa germana y entre los alemanes de a pie que las críticas fundadas a su estilo de mando o a su administración”, indica el politólogo asentado en Rostock. Twickel tampoco comparte esta opinión y trae a colación uno de los reproches que con más frecuencia se le hicieron a Chávez.

“En Alemania se insiste en que Chávez ejercía una influencia polarizante en Venezuela; pero se habla muy poco sobre su capacidad cohesionadora: su magnetismo atrajo a socialdemócratas, a burgueses liberales, a anarquistas, a activistas sociales y hasta a jesuitas; aunque muchos jesuitas apoyan ahora a la oposición”, aclara el periodista alemán. Cabe intuir que, lustros después de su desaparición física, el hombre que pretendió fundar el “socialismo del siglo XXI” en Venezuela seguirá siendo objeto de controversias. Incluso en Alemania.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editora: Claudia Herrera Pahl