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Hombres sueñan con sexo y mujeres con familiares

José Ospina Valencia13 de septiembre de 2005

El mundo masculino de los sueños está lleno de trabajo y sexualidad, en donde entran en escena más hombres que mujeres. Mientras duermen, los hombres elucubran sobre cómo alcanzar metas, las mujeres sobre la familia.

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El sueño del minotauro. Ballett de Blanca Li , Berlín.Imagen: Monika Rittershaus


Los sueños siguen siendo un mundo inalcanzable para los abogados de la igualdad de sexos. Mientras los hombres se ocupan en las noches con escenas de sexo, violencia y trabajo, las mujeres sueñan con situaciones en donde se expresan sentimientos y los protagonistas son sus familiares, dice un estudio realizado por el Instituto médico de Psicología de la Universidad de Múnich.

Las mujeres se ocupan de noche, o a la hora que duerman, con "cosas frecuentemente tristes" que pueden causar depresiones y, a menudo "las agresiones en sus sueños están dirigidas contra las durmientes mismas". Los temas centrales de las mujeres en sus sueños son "personas y sentimientos", dice el informe que, igualmente, confirma que las diferencias de género en los sueños no se han modificado en los últimos 40 años.

Diferencias a la hora de irse a dormir

Pero no sólo en los sueños por sexos hay diferencias, también a la hora de levantarse existen diversos tipos de personas y éstos dependen de la edad.

¿Se levanta Vd. a las 5 ó 6 de la mañana y mientras se toma una buen café siente que está preparado para enfrentar el día? O es quizás Vd. uno de los que destriparía el despertador cuando timbra a las 8, o acaso, 9 de la mañana? ¿Bosteza Vd. ya a las 8 de la noche o apenas a la medianoche o bien entrada la madrugada?

Búho, lechuza o matutinos alondra y canario, todos tenemos algo en común: con la edad se cambia también nuestro "cronotipo", como explica Till Roenneberg de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich.

De búhos y alondras

Roenneberg es el primer profesor de cronobiología en Alemania y ha examinado a 25.000 personas en la materia. Los datos logrados muestran que la mayoría de la población se ubica entre los búhos y las madrugadoras alondras. El "reloj interno" de los humanos está definido por la genética, el tipo empero, cambia con el transcurso de los años.

Todos sabemos que mientras los niños "canarios" que, a veces, martirizan a los adultos que quieren dormir hasta tarde, por lo menos los fines de semana, durante la pubertad se convierten en búhos y lechuzas a los que la noche les queda corta para festejar o dormir y, difícilmente, se arrastran a la mesa del desayuno.

No todos los dormilones son perezosos

"Una vez cumplidos los 20 años los dormilones alcanzan el máximo", dice el investigador alemán. Interesante es saber que en todos los procesos biológicos, "las mujeres siempre se adelantan a los hombres". En este caso, "un año y medio", dice el estudio.

Reconciliación con la edad y el tiempo

Sólo después de los 20 el ritmo del reloj interno vuelve, muy lentamente, a los tiempos en los que uno o se acuesta tarde o temprano, pero casi invariablemente, se despierta temprano. Algo muy usual en la tercera edad.

Así que entre más viejos nos volvamos, más temprano nos despertaremos. No en vano el vulgo llama a este fenómeno "fuga senilis", la temprana huida del lecho de los hombres y mujeres entrados en años.

Tranquilizante es saber que los retrasos de muchos jóvenes a los planteles de estudio tienen que ver más con su reloj interno que con sus fiestas nocturnas y que más tarde, despertarse temprano es un hecho tan normal como los sueños con fantasías sexuales. A propósito, ¿sueñan los hombres con sexo mientras las mujeres lo practican?