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Falleció Julio Strassera, fiscal del "Núremberg argentino"

27 de febrero de 2015

Strassera puso en el banquillo a miembros de las juntas militares en Argentina, y logró condenar a cinco jefes militares en 1985. Personalidades destacaron la contribución del fiscal a la democracia argentina.

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Imagen: picture-alliance/dpa/C. De Luca

Julio César Strassera, fallecido este viernes (27.02.2015) en Buenos Aires, fue el fiscal del histórico juicio a las Juntas Militares en Argentina, que marcó una época en el país y se convirtió en un proceso sin precedentes que destapó ante el mundo el terror de la dictadura.

Strassera, de 81 años, estaba ingresado desde mediados de mes en la clínica porteña San Camilo, por una enfermedad respiratoria crónica.

En la memoria de los argentinos ha quedado su alegato final en el juicio: "Quiero utilizar una frase que no me pertenece porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca Más".

Un proceso, conocido como el "Núremberg argentino", que le granjeó reconocimiento internacional y concluyó con condenas a los máximos jefes militares de la dictadura (1976-1983).

En 1985, en una Argentina con una democracia aún débil y tensionada por el poder que conservaban los militares, el presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) estaba decidido a juzgar a los represores y la causa recayó en Strassera tras la negativa del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a juzgarlos.

El fiscal se rodeó de un equipo de jóvenes para preparar el juicio, el primero en el mundo de un tribunal civil contra mandos militares que habían ocupado el poder en su propio país, y seleccionó 300 casos paradigmáticos denunciados por la Comisión Nacional sobre la desaparición de Personas (Conadep) para fundamentar sus acusaciones contra nueve jefes militares.

Borges como testigo

El juicio sacudió a la sociedad argentina y destapó la peor pesadilla de la historia reciente del país.

Entre los testigos de excepción, el escritor Jorge Luis Borges relató en una crónica para la Agencia Efe su experiencia tras asistir a una sesión del proceso bajo el título "Lunes, 22 de julio de 1985".

En su crónica, Borges sostiene que acudió por primera vez a un juicio oral y escuchó de boca de una de las víctimas las torturas de la represión.

"Ante el fiscal y ante nosotros, enumeraba con valentía y con precisión los castigos corporales que fueron su pan nuestro de cada día. Doscientas personas lo oíamos, pero sentí que estaba en la cárcel. Lo más terrible de una cárcel es que quienes entraron en ella no pueden salir nunca. De este o del otro lado de los barrotes siguen estando presos. El encarcelado y el carcelero acaban por ser uno", continúa.

"Los réprobos se confunden con sus demonios, el mártir con el que ha encendido la pira. La cárcel es, de hecho, infinita", denunció Borges.

Conciencia universal

Durante el juicio, Strassera reclamó justicia en nombre de la comunidad argentina y de la "conciencia jurídica universal".

El proceso concluyó con cadena perpetua para el dictador Jorge Videla y el almirante Emilio Massera, 18 años de cárcel para el general Roberto Viola, 8 años para el almirante Armando Lambruschini y 3 años y 9 meses para al brigadier general Orlando Ramón Agosti.

Y marcó también la vida del fiscal, que renunció al Poder Judicial un año después y fue designado por Alfonsín representante ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Renunció en 1990, en desacuerdo con los indultos presidenciales de Carlos Menem (1989-1999) a los condenados y se volcó en su actividad como abogado y docente.

Tensión con el oficialismo

Enfrentado con la actual presidenta, Cristina Fernández, por su desacuerdo con el tratamiento del tema de los derechos humanos, el Gobierno ha guardado, hasta ahora, un significativo silencio sobre su muerte, mientras referentes políticos, judiciales y activistas de distintas tendencias han rendido homenaje a su figura.

"Strassera ha quedado claramente como un símbolo de Justicia. Creo que toda la sociedad se encontró representada en ese fiscal", afirmó Ricardo Gil Lavedra, magistrado en el juicio.

"Será siempre el símbolo del coraje que supo tener la Argentina para impartir Justicia", expresó el diputado radical Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido presidente Alfonsín.

"Se acusó a responsables de crímenes de terrorismo de Estado, con toda valentía, en un momento en que nadie podía apostar a que los militares habían perdido todo su poder", recordó Graciela Fernández Meijide, exmiembro de la Conadep.

Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, destacó el "coraje" de Strassera para iniciar un juicio que "daba esperanzas" y que nunca hubieran podido imaginar "en pleno terrorismo de Estado".

El juicio, único en la historia, abrió la puerta para que, a partir de 2003, volviera a condenarse a los represores.

Hoy, según datos oficiales, hay cerca de 600 condenados por delitos de lesa humanidad en Argentina.

EL(efe, La Nación)