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Europa y sus jóvenes: tolerantes, críticos, desinformados

Luna Bolívar Manaut23 de marzo de 2007

Son jóvenes y europeos, y no han conocido otra cosa más que una Europa en proceso de unidad. La UE cumple 50 años y DW-WORLD quiso escuchar la opinión de quienes tendrán la tarea de seguir o abandonar este gran proyecto.

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Jóvenes europeos: cada vez más multinacionales.Imagen: European Community, 2004

El 25 de marzo de 1957, seis países sellaban con su firma los Tratados de Roma: un ambicioso proyecto de unión continental comenzaba su andadura. Hoy, 25 Estados miembros y 450 millones de habitantes forman la Unión Europea. El fracaso político de la Constitución europea ha reabierto el debate sobre el sentimiento europeísta, el tamaño de la Unión o la velocidad de las ampliaciones. Pero, ¿qué opinan los jóvenes de esta Europa en la que viven y cuyo futuro tendrán que decidir? DW-WORLD habló con algunos de ellos.

No conocen fronteras

“Construcción europea” es el término oficial. Construir Europa consiste en crear vínculos entre los europeos y entre éstos y las instituciones de la UE. Una de las herramientas principales de la construcción europea son los programas de intercambio de estudiantes universitarios. Dicen las estadísticas que el joven europeo de hoy habla por lo menos dos idiomas y ha estudiado fuera de su país. Nuestros entrevistados son alemanes y españoles que eligieron una universidad alemana o española para cumplir con este perfil estadístico.

Logo ESN
Erasmus: programa europeo de intercambio de estudiantes.

Karin estudia ingeniería industrial en Aquisgrán (oeste de Alemania) “Fue genial en todos los sentidos”, dice recordando los 10 meses que pasó en San Sebastián. Aprender español era importante para Karin, pero de su estancia en el norte de España extrae una lección mucho más relevante: “mi comprensión por otros países y otras formas de vida ha aumentado. Cualquiera tiene prejuicios. Después de un año estudiando fuera, éstos se reducen enormemente y creo que eso sirve mucho a la unidad de Europa”.

También la española Judith cree que el estudiar lejos de casa enseña algo más de lo que se lee en los libros: “uno aprende a sacarse las castañas del fuego”, asegura. Así, los jóvenes europeos se vuelven más tolerantes, más independientes. Su entorno se hace más multicultural, multinacional. Los contactos, los amigos y las experiencias superan las fronteras al margen de lo que haga o decida la política.

Todo es más fácil

Humboldt Universität Berlin
Universidad Humboldt de Berlín.Imagen: picture-alliance/dpa

Las becas para estudiar en los países europeos no son económicamente una aportación muy relevante. Entre 100 y 500 euros al mes reciben los estudiantes, dependiendo del programa al que se acojan. La beca sirve, ante todo, para solucionar el papeleo. Así, en los jóvenes europeos se forja una idea fundamental: Europa simplifica las cosas.

“Lo facilita todo. Creo que hace unos años estudiar fuera de Alemania hubiera sido mucho más complicado”, opina Karin. “Como ciudadanos europeos tenemos enormes facilidades para estar aquí, y ellos para venir a España”, dice Pablo, estudiante madrileño de historia que durante este año acudirá a clases en la Universidad Humboldt de Berlín.

Críticos y poco informados

“Acercar a Europa al ciudadano” es una de las tareas principales que se ha propuesto Europa puesto que se achaca parte del fracaso constitucional al desconocimiento que en el europeo de a pie existe de esa instancia suprema que se llama Unión Europea. También los jóvenes universitarios dicen saber poco de lo que pasa en la política que funciona por encima de sus países.

Vorlesungsbeginn an der Universität Leipzig
Las aulas de la Universidad de Leipzig, este de Alemania.Imagen: dpa

Las ventajas de la Unión se han convertido en el día a día, en algo a lo que ya no hay que adorar porque es lo normal. La UE tendrá que volver a entusiasmar con proyectos e ideas nuevas a estos jóvenes si no quiere perderlos. Y los jóvenes también se muestran críticos con algunos aspectos de la Unión, reflejando que los problemas de la unidad no les son indiferentes.

“Sobre leyes europeas y esas cosas sé poco. Creo que la UE tiene aspectos positivos y negativos. Me parece muy triste y me enfada mucho cuando veo lo fácil que es para nosotros viajar dentro de Europa y lo difícil que es para las personas que vienen de otros países que no pertenecen a la UE”, opina Alex, una joven alemana que acaba de estudiar seis meses antropología social y geografía en Sevilla.

“No tengo un conocimiento muy profundo de lo que hacen o lo que no hacen [las instituciones europeas]”, dice Jaime, un español que recibió una beca para hacer prácticas en Colonia. “Creo que la política de inmigración se podría mejorar”, responde a la pregunta de cuáles son los aspectos negativos de la UE, “me parece un poco injusto que los europeos nos podamos mover con toda libertad y que gente por haber nacido en otros lugares, como por ejemplo en América Latina, lo tenga mucho más difícil”.