Nacidos en Gambia, perdieron a su padre a edad temprana y crecieron en la más absoluta pobreza. Con nueve años llegaron a Alemania con su madre, y fueron adoptados por la nueva pareja de la madre de apellido Hansen. Cuando vieron en televisión un reportaje sobre los Klitschko, decidieron: "¡Nosotros también queremos ser boxeadores de éxito! Desde entonces, han ganado títulos alemanes en sus respectivas categorías y han celebrado sus primeros éxitos internacionales. Ahora, la participación en los Juegos Olímpicos de París está al alcance de la mano. Pero aún tienen que clasificarse. Porque no son los únicos que persiguen ese sueño...