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SPD redescubre la izquierda

Emilia Rojas4 de julio de 2005

El canciller alemán, Gerhard Schröder, prometió una campaña electoral "nunca vista" a los delegados de un congreso del Partido Socialdemócrata (SPD), que aprobaron por unanimidad el programa de batalla.

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Gerhard Schöder asegura que no abandonará el ruedo.Imagen: AP

Schröder no está dispuesto a darse por vencido, aunque todas las encuestas confieran una impresionante ventaja a su contendora, la líder cristianodemócrata Angela Merkel. De aquí al 18 de septiembre -fecha en que previsiblemente tendrán lugar las elecciones anticipadas en Alemania si no se opone el presidente federal ni el Tribunal de Garantías Constitucionales- el canciller se propone combatir a brazo partido por la reelección. Y, si alguna remota posibilidad tuviera de lograr tal objetivo, la primera tarea será reconquistar a amplios sectores de su propio partido decepcionados por los recortes sociales que ha impuesto el gobierno actual, que podrían emigrar hacia la flamante y controvertida "nueva izquierda".

Impuesto para ricos

En consecuencia, el SPD vuelve la mirada a sus orígenes y se lanza a la campaña electoral con un programa que contiene elementos clásicos de izquierda. Lo que más llama la atención de los medios es la propuesta de aplicar un impuesto adicional a quienes tengan ingresos superiores a los 250.000 euros anuales (o 500.000 si son matrimonios). No es que la idea sea novedosa, sino más bien lo contrario, pero difícilmente encaja con la imagen de reformismo liberal que se ganó el gobierno de Schröder. En la misma línea se inscribe otro punto del programa, que prevé la creación de un "seguro ciudadano", en el que deberían cotizar solidariamente también los empleados fiscales, políticos y quienes ejercen profesiones liberales.

El programa contiene, en suma, una serie de reverencias hacia la izquierda. Como si el SPD se hubiera transfigurado ante el desafío electoral que el propio Schröder buscó. Los máximos líderes del partido niegan que se trate de una táctica para neutralizar a la nueva alianza de izquierda (integrada por socialdemócratas desencantados y comunistas renovados de la ex RDA) y aseguran que su propuesta es la continuación de las reformas emprendidas, pero mejoradas. Algo difícil de transmitir al electorado.

La propuesta de la CDU

En el bando opuesto, la Unión Cristianodemócrata (CDU) aún no presenta su programa definitivo, pero algunas propuestas se barajan públicamente. Mientras el SPD planea un "impuesto para los ricos", los conservadores proponen una rebaja impositiva en los tramos más altos. Y juegan abiertamente con la idea de incrementar el impuesto al valor añadido, del 16% al 18%. No son precisamente ideas muy populares. Sin embargo, la ventaja que le asignan las encuestas parece ser suficientemente cómoda como para permitirse esos lujos, aunque Merkel se muestra cautelosa e intenta no espantar al electorado con anuncios de nuevos recortes sociales.

La campaña electoral recién comienza y promete bastante polarización. A diferencia de los comicios pasados, en los que la negativa de Schröder a secundar a Bush en Irak le valió el respaldo de la mayoría, esta vez serán los temas económicos los que decidan. Salvo, claro está, que el jefe de la Casa Blanca emprenda otro paseo armado por algún lugar del mundo, poniendo en aprietos a Angela Merkel y sus promesas de fidelidad transatlántica. Pero Bush, de seguro, no le hará otra vez semejante favor a Schröder en tan corto tiempo.