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Prohibido alimentar palomas

1 de octubre de 2004

Hasta 5.000 euros puede costarle a un ciudadano el aparentemente inofensivo pasatiempo de alimentar palomas, de acuerdo con los reglamentos adoptados en una treintena de ciudades alemanas.

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No todos ven en las palomas un símbolo de paz.Imagen: AP

Romántica parece la imagen de las bandadas de palomas o de la gente alimentándolas en la Plaza de San Marcos. Pero la cruda realidad es otra. Las palomas, que han pasado a formar parte del imaginario colectivo como símbolo de la paz, se han convertido en muchos sitios en una verdadera plaga. El problema radica en que, con sus excrementos, ensucian y dañan los edificios.

En Alemania, la explosión demográfica palomar viene preocupando a las autoridades administrativas de las grandes urbes desde mediados de la década del 90. Pero también las ciudades más pequeñas se ven afectadas. “Prácticamente no hay ciudad alemana de más de 20 mil habitantes que no tenga problemas con las palomas”, según Rudolf Reichert, experto en la materia.

Planes de combate

En consecuencia, diversos municipios se han puesto en campaña para controlar la multiplicación de estas aves. En una treintena de ciudades se han dictado ordenanzas que prohiben alimentarlas. Quien contravenga dichas disposiciones puede ser multado con sumas que se elevan hasta los 5.000 euros.

No obstante, los resultados no han sido los esperados. De acuerdo con Reichert, “la mayoría de estas medidas son ineficaces”, debido a las dificultades para controlar su cumplimiento. Por este motivo, hubo que recurrir a métodos más ingeniosos. En la ciudad de Augsburgo, por ejemplo, se instalaron palomares especiales, en lo que las aves pueden empollar. Un equipo de voluntarios se encarga allí de reemplazar los huevos verdaderos por otros falsos, con lo que se ha logrado reducir la población de palomas. Además, dado que la mayoría de ellas permanecen prácticamente todo el día en esos nidos artificiales, ensucian menos la ciudad.