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La energía hidráulica: electricidad sin gases de efecto invernadero

2 de marzo de 2010

El principio es viejo y sencillo: el agua que cae impulsa a las máquinas. Antes molinos, hoy generadores. Hay centrales hidráulicas de todos los tamaños, desde las más pequeñas variantes hasta las grandes instalaciones.

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La energía hidráulica se viene utilizando desde tiempos remotos para realizar diferentes trabajos: moler harina, bombear agua, serrar o mover otro tipo de herramientas. No es hasta finales del siglo XIX que la energía hidráulica empieza a ser transformada en electricidad. En un primer momento, el agua se embalsa en la mayor cantidad posible. La energía cinética generada por el agua al caer hace girar una turbina hidráulica o una noria, cuyo movimiento se transforma en electricidad a través de un generador. Se trata de un principio idéntico al que se produce con la dinamo de una bicicleta, sólo que de una dimensión mayor. Las centrales hidráulicas trabajan día y noche, por lo que siguen generando electricidad aún cuando la demanda es escasa. La energía que no se consume se almacena en la denominada central de bombeo. Allí va a parar parte del agua del embalse. Con dicha electricidad sobrante almacenada, el agua será bombeada de nuevo hacia un nivel superior de la presa. Posteriormente, será liberada y utilizada de nuevo para producir electricidad.

Weserkraftwerk (Bildmontage)
El agua puede liberar enormes cantidades de energía.Imagen: Weserkraftwerk Bremen GmbH

Los países montañosos ricos en agua, como Noruega, pueden prácticamente satisfacer su demanda de electricidad a través de la energía hidráulica. Con ella, países alpinos como Suiza y Austria, cubren casi dos terceras partes de su consumo eléctrico. En Alemania, el porcentaje de electricidad procedente de la energía hidráulica se sitúa, según el Ministerio de Medio Ambiente, apenas en el 3,5%. En todo el mundo, las centrales hidroeléctricas producen alrededor de una sexta parte de la electricidad que se necesita. Las grandes instalaciones, como la gigante presa de las Tres Gargantas, en China, pueden generar hasta 18 gigavatios. Junto a las modernas y grandes centrales y presas, también existen pequeños generadores de energía hidráulica con rendimientos medibles en kilovatios para el autoabastecimiento de electricidad de aislados refugios de montaña.

Autor: Antonia Rötger / Helmholtz-Gemeinschaft
Redacción: Emili Vinagre