Kerviel, culpable
5 de octubre de 2010
Cinco años de cárcel, dos de ellos en libertad condicional, y la completa devolución del dinero perdido en especulaciones bursátiles fue la pena que el tribunal galo que juzgaba a Jérôme Kerviel consideró apropiada para el acusado.
Kerviel, hoy de 33 años, se convirtió en 2008 en una de las caras conocidas de la crisis financiera internacional. Hasta principios de ese año, el corredor de bolsa le provocó a su banco, Société Générale, pérdidas de hasta 4.900 millones de euros.
¿Con la aprobación del banco?
Autorizado estaba Kerviel a invertir un máximo 125 millones de euros, pero llegó a especular con sumas de hasta 50.000 millones. En algún momento, sus maniobras, altamente peligrosas, se le fueron de las manos. La cuenta de pérdidas empezó a crecer, llevando a la segunda entidad en importancia de Francia al borde de la quiebra.
El principal argumento de la defensa del corredor francés fue que éste actuó con el beneplácito de la directiva de Société Générale, que le dejó hacer mientras sus arriesgadas inversiones trajeron beneficios y lo convierte ahora en cabeza de turco de este escándalo, asegurando que nunca supo nada y que fallos en el sistema de control le impidieron percatarse de las enormes cantidades que circulaban a través del ordenador de Kerviel.
Partiendo de la base de que el banco es corresponsable en los manejos de su ex empleado, la defensa pedía la absolución para el mismo. La Sala parisina que juzgó los hechos, sin embargo, no compartió esta opinión y declaró culpable a Kerviel.
Buenas nuevas para Société Générale
Superado el trago del juicio contra Kerviel, Société Générale parece haber recuperado la buena estrella. Gracias a unos beneficios de 1.080 millones de euros en el trimestre de abril a junio, el banco ha dejado atrás la crisis, aseguraban ayer lunes sus representantes en la capital francesa. El año pasado, la entidad ganó en ese mismo periodo 309 millones de euros.
Sobre todo de la buena marcha del negocio de banca privada en Francia ha contribuido a mejorar las cuentas de de Société Générale. La facturación subió un 17 por ciento a 6.700 millones de euros, mientras que cayeron las cargas por créditos no pagados.
Así, los tiempos en que la entidad temió por su existencia parecen pertenecer definitivamente a la historia. A los estragos generados por Kerviel en 2008, Société Générale tuvo que añadir otros graves efectos de la crisis financiera, como la pérdida de valor de los papeles tóxicos que la entidad había adquirido. (dpa)
Editora: Luna Bolívar Manaut