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Israel y el terrorismo judío

Peter Hille (ERC/RML)3 de agosto de 2015

Tras los ataques atribuidos a israelíes radicalizados la semana pasada, el Gobierno de Netanyahu prometió luchar contra el terrorismo judío. ¿Pero cómo, si la islamofobia y la homofobia prosperan en el mismo Parlamento?

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En la foto, Yishai Schlissel, el hombre que apuñaló a varias personas durante la Marcha del Orgullo LGBTI de Jerusalén.
En la foto, Yishai Schlissel, el hombre que apuñaló a varias personas durante la Marcha del Orgullo LGBTI de Jerusalén.Imagen: picture-alliance/photoshot

En 1995, cuando el líder israelí Isaac Rabin fue asesinado por Yigal Amir, se dijo que el terrorismo judío había sumido al país mediterráneo en una profunda crisis. Los motivos de Amir para matar a su compatriota: diferencias políticas con el entonces primer ministro. Veinte años más tarde, dos ataques atribuidos a judíos radicalizados han hecho de la creciente brecha entre liberales y ultraconservadores el tema de rigor en Israel.

Un ataque perpetrado este 31 de julio contra la casa de una familia palestina en la localidad cisjordana de Duma le quitó la vida a un bebé de dieciocho meses y dejó heridos de muerte a sus padres y a su hermano. Un día antes en Jerusalén, un judío ortodoxo apuñaló a seis personas que participaban en la Marcha del Orgullo LGBTI (siglas que aluden a las lesbianas, los gays, los bisexuales, las personas transgénero e intersexuales).

Una de las víctimas –Shira Banki, de 16 años– murió poco después a causa de las heridas. Cuando la policía capturó al agresor se supo que éste ya había pasado una década en prisión por el mismo delito: acuchillar a varias personas durante la Marcha del Orgullo LGBTI de 2005. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, no tardó en condenar ambas agresiones y prometió luchar contra el extremismo doméstico.

Gideon Aran, profesor de Sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Gideon Aran, profesor de Sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén.Imagen: privat

Sectarismo e intolerancia

No cabía esperar menos. Y, sin embargo, es pertinente preguntarse qué tan serio es el compromiso de “Bibi” con esa causa, considerando que su Gobierno de coalición sobresale como el más sectario e intolerante de todos en las siete décadas de historia del Estado israelí. Al propio Netanyahu se le echó en cara el hecho de atizar resentimientos antiárabes el mismo día en que fue reelegido primer ministro (17.3.2015).

Su socio, el partido nacional sionista Hogar Judío, no se esfuerza en disimular su discurso racista, islamófobo y homófobo: la actual ministra de Justicia, Ayelet Shaked, cita sin reparo a autores que tachan a los niños palestinos de “pequeñas serpientes” y justifican el bombardeo de civiles; y el diputado Bezalel Smotrich no ve problema alguno en describir la Marcha del Orgullo LGBTI como un “desfile de bestias”.

De cara a esa constelación, Gideon Aran, profesor de Sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, pide no generalizar y asegura que son unos pocos “locos” en la ultraderecha israelí los que estimulan el odio de los ciudadanos radicalizados. Según Aran, aún en círculos ultraortodoxos predominó la condena del ataque contra los participantes de la Marcha del Orgullo LGBTI porque estos eran judíos.

La “línea roja”

“Los extremistas de derecha disciernen muy bien entre actos de violencia perpetrados contra judíos y contra no-judíos. Pocos de ellos se atreverían a agredir a un correligionario. Esa es la línea roja que nadie había cruzado en mucho tiempo”, comenta Aran. También el atentado explosivo contra la familia palestina de Duma ha dividido a los colonos y a los nacionalistas ortodoxos, subraya el catedrático de Jerusalén.

“La gran mayoría de ellos está en contra de estos actos de violencia porque siente que eso debilita al movimiento a favor de la construcción de nuevos asentamientos judíos. Esta violencia puede terminar alienando a la derecha moderada”, señala el experto, dejando en el aire la impresión de que, al menos en este momento, la polarización y el cálculo político son factores omnipresentes en la vida de los israelíes.

Entretanto, mientras el segmento secular de la sociedad civil israelí protestaba contra los crímenes de odio (miles de personas tomaron las calles este fin de semana), el Ejecutivo anunciaba que el Estado arremetería contra el terrorismo judío con la misma dureza aplicada contra el terrorismo palestino. Este domingo (2.8.2015), el Gabinete de Netanyahu decidió que también sería permitido arrestar a sospechosos israelíes sin necesidad de una acusación concreta y sin respetar su derecho a la debida defensa. Este lunes (3.8.2015), se produjo el primer arresto.