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Grandes revelaciones de una pequeña momia peruana

Enrique López Magallón29 de septiembre de 2007

Más de 100 años la momia de un bebé peruano permaneció olvidada en los depósitos del Museo Zeughaus, en Mannheim. Su hallazgo revela hechos sorprendentes a científicos e historiadores.

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La pequeña momia revela secretos importantes cientos de años después.Imagen: picture-alliance /dpa

La historia en sí misma es fascinante. Se acercaba la fase más cruda de la Segunda Guerra Mundial. La población alemana se preparaba para los intensos bombardeos de los aliados. Lo mismo hicieron los funcionarios del Museo Zeughaus, en Mannheim, donde se exhibían momias provenientes de diferentes partes del mundo.

Entre ellas se encontraba la de un niño que alguna vez perteneció a la cultura Chancay, en lo que hoy es el Perú. La momia infantil fue resguardada en el interior de una vitrina de cristal, y depositada en lo más profundo de los almacenes del recinto museográfico.

Ahí sobrevivió, prácticamente intacta, las incursiones aéreas de los aliados. Pero el personal del museo se olvidó de ella y de otras 17 momias más. No es que no la hubieran buscado: consta en protocolos que se hizo un esfuerzo por localizarla, pero al final los funcionarios decidieron reportarla como “pérdida de guerra”.

Pasaron los años, y las décadas. A nadie se le ocurrió revisar el hermético escondite, hasta hace unos cuantos días. Luego de más de sesenta años, la vitrina de cristal se abrió nuevamente, con todo y la momia infantil.

Técnicas de embalsamamiento

Pero esa no fue la única sensación relacionada con el descubrimiento. En análisis posterior, los técnicos del museo de Mannheim, apoyados por colegas de Francia e Inglaterra, determinaron que el cuerpo del pequeño había sido momificado intencional y metódicamente.

Es un caso sin precedente; hasta la fecha, todas las momias originarias de antiguas culturas de Sudamérica se habían conservado gracias a factores ambientales y no al desarrollo de una técnica.

Se estableció que la pequeña figura formó parte de la cultura Chancay, entre los años 1000 y 1450 después de Cristo. Lo comprobaron algunos objetos encontrados junto con la propia momia: algunos paños, un prendedor rematado con plumas, y un huso con restos textiles.

“La vestimenta nos indicó claramente de qué cultura provenía la momia”, dice Winfried Rosendahl, curador de la exposición de Mannheim.