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Gorbachov cumple 80 años

2 de marzo de 2011

El ex presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov es más admirado en el extranjero que en su país; de ahí que haya aceptado la invitación a celebrar su octogésimo cumpleaños en Gran Bretaña junto a 4.000 invitados.

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La ceremonia tendrá lugar en el Royal Albert Hall de Londres el 30 de marzo.Imagen: AP

El ex presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov (1989-1991) se ha asegurado un lugar en la historia como el último de esa confederación euroasiática: las audaces iniciativas de sus programas de Gobierno glásnost (transparencia) y perestroika (reformas), que procuraban sacar al país del estancamiento socioeconómico en el que se hallaba a finales de los ochenta, terminaron catalizando el colapso de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, entendida como el enfrentamiento ideológico, político, militar, económico y tecnológico entre los Estados aliados al bloque capitalista, liderado desde Washington, y aquellos adscritos al bloque comunista, comandado desde Moscú. Este 2 de marzo, Mijail Gorbachov cumple 80 años.

Gorbachov no es profeta en su tierra

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Esta fotografía muestra a Mijail Gorbachov, tal como la mayoría de las personas lo recuerdan.Imagen: AP

Los cambios propiciados por la gestión de Gorbachov en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tuvieron serias repercusiones en todo el mundo, allanando el camino para la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania, por ejemplo. Sus políticas y su estilo de mando lo convirtieron en objeto de admiración masiva en el extranjero, mientras sus compatriotas lo tildaban de débil, echándole en cara su falta de liderazgo y el haber traído el caos, el hambre y la pobreza a la otrora potencia internacional. Veinte años después de esos sucesos, la intensidad con que los rusos repudiaban a Gorbachov parece haber menguado; entre otras razones, porque el grado de indiferencia hacia el ex presidente ha aumentado considerablemente.

Aunque percibe el rechazo en su patria, Gorbachov sigue defendiendo sus principios desde la fundación que creó en Moscú y que aloja un museo sobre la caída del bloque soviético; desde la redacción del diario Novaya Gazeta, que edita con talante crítico de cara al Kremlin; y en otros medios, procurando ser tan claro como su marcado dialecto sureño se lo permita. Poco antes de su cumpleaños comentaba en una rueda de prensa que el partido Rusia Unida del primer ministro ruso, Vladimir Putin, es “una mala copia del Partido Comunista de la Unión Soviética”, y que tanto Putin como el presidente ruso, Dmitri Medvedev, consolidan su poder quitando el aire al resto de fuerzas políticas. “Necesitamos democracia. Sin ella no habrá modernización”, insiste el octogenario.

Mijail y Raissa, amor y política

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Gorbachov, en el centro, durante una pausa en el debate sobre la admisión de una Alemania reunficada en la OTAN.

Mijail Sergéyevich Gorbachov nació en 1931 en el seno de una familia campesina de Privolnoye, hoy conocida como el Krai de Stávropol, una unidad administrativa rusa que rodea la parte central del Cáucaso y la mayoría de las vertientes del norte del Cáucaso Mayor. A los quince años entró a formar parte de la Liga de Jóvenes Comunistas de su localidad –donde ayudó a cosechar cereales trabajando en la estación de máquinas y tractores– y se encaminó por una senda que lo llevó a convertirse en uno de los políticos más prominentes del mundo. En 1985 fue nombrado Secretario General del Partido Comunista, cuatro años después ascendió a la presidencia del país y en 1990 se hizo acreedor del Premio Nobel de la Paz.

Hoy, la Unión de Socialdemócratas, el partido liderado por Gorbachov, vive no sólo de la experiencia política de este personaje, sino también del capital simbólico –de la imagen– que éste acumuló junto a su esposa, Raissa Maksímovna Titarenko. La pareja se conoció a mientras él estudiaba Derecho y ella Sociología en la Universidad Estatal de Moscú y se casó poco después de que Gorbachov ingresara al Partido Comunista en 1952. Juntos le dieron un rostro humano a la política rusa, atenuando la aspereza exhibida por otros mandatarios del Kremlin. Hace poco, Gorbachov cerró una entrevista del periódico ruso Komsomolskaya Pravda comentando que el momento más feliz de su vida sigue siendo el instante en que conoció a su esposa, quien murió afligida por la leucemia en 1999.

Gorbachov soplará las velas en Londres

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Gorbachov celebrará entre quienes lo admiran, aunque la intensidad con que los rusos lo repudiaban parece haber menguado con el tiempo.Imagen: AP

Gorbachov permitió que países como Polonia, Hungría y Checoslovaquia –obligados a aliarse al bloque comunista– se separaran de la URSS sin derramamiento de sangre; pero, cuando la propia URSS se desmoronó con sus quince Estados miembros, llegó también el final de su mandato, tras una intentona golpista en Moscú, en 1991, y la llegada al poder de Boris Yeltsin. “Gorbachov no tuvo suerte con nosotros. Pero nosotros sí con él. Esa es la verdad que aún tenemos que aprender”, dice al respecto la politóloga Liliya Shevzova, comentarista del diario Novaya Gazeta. De ahí que Gorbachov haya decidido pasar su cumpleaños en casa, sin boato alguno, y aceptado la invitación a celebrarlo por todo lo alto más tarde, el 30 de marzo, en Londres.

Como parte de la ceremonia que tendrá lugar en el Royal Albert Hall, músicos y cantantes pop como Paul McCartney y George Michael darán un concierto mediante el cual Gorbachov prevé recaudar al menos seis millones de euros a beneficio de fundaciones que atienden a los niños enfermos de cáncer. En declaraciones al diario Kommersant, la hija del último presidente soviético, Irina Gorbachova, informó que entre los 4.000 invitados figurarán políticos y monarcas como la reina de Inglaterra, Isabel II; la canciller alemana, Angela Merkel; su predecesor, Gerhard Schröder; y el ex presidente estadounidense Bill Clinton. Las entradas más caras para la “Gala Gorbachov” cuestan más de 100.000 euros y las imágenes del concierto se retransmitirán en cuarenta países.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / AFP
Editor: Pablo Kummetz