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Evangélicos antivacunas: prefieren religión a la vacunación

Ines Eisele
21 de abril de 2021

Hay muchos evangélicos radicales que rechazan la vacuna contra el coronavirus. Una mirada a Estados Unidos y Brasil, donde este movimiento religioso está muy extendido.

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El artista germano-brasileño Rafael Pütter protesta en Berlín
El artista germano-brasileño Rafael Pütter protesta en Berlín contra la actitud negacionista del coronavirus de Bolsonario. Imagen: Anne-Sophie Brändlin/DW

Si bien es cierto que la mayoría de los feligreses evangélicos acepta las medidas antipandemia, son muchos lo que no las respetan, celebran ritos y organizan servicios religiosos contraviniendo las normas de distancia social y porte de mascarilla. A veces la fe parece tener más peso que el conocimiento científico. Sobre todo entre los evangélicos pentecostales, una corriente conservadora que se orienta por el antiguo testamento, cada vez más presente en las Américas, África y Asia.

Algunos de ellos  interpretan la pandemia como producto de la ira de Dios. El influyente predicador estadounidense y confidente de Trump, Ralph Drollinger, declaró en 2020, por ejemplo, que Dios había enviado el virus a la humanidad porque estaba supuestamente enfadado por la homosexualidad y la protección del medio ambiente.

Silas Malafaia, uno de los evangélicos más poderosos de Brasil y confidente del presidente Bolsonaro, lo expresa de manera similar en redes sociales. Al mismo tiempo, sin embargo, relativiza la pandemia comparando las víctimas mortales del coronavirus con las "asesinadas por abortos" y describiendo el miedo como un sentimiento primitivo que el hombre solo ha sentido desde su expulsión del paraíso.

Manifestación antivacunas en Colonia.
También en Alemania hay manifestaciones antivacunas, como aquí en Colonia, el 16 de mayo de 2020. Imagen: Geisler-Fotopress/picture alliance

EE.UU.: 45% de los evangélicos blancos son antivacunas

Estas actitudes se vuelven especialmente explosivas cuando se trata de la vacunación. Si una proporción significativa de la población no está inmunizada contra el coronavirus, pone en peligro los esfuerzos de la sociedad en su conjunto para contener la pandemia.

Según el Pew Research Center, el 30% de los estadounidenses no quiere vacunarse contra el coronavirus. Si se diferencia en la encuesta, realizada en febrero, según los grupos religiosos, los más contrarios a la vacunación se encuentran entre los evangélicos blancos: el 45% dijo que no quería vacunarse.

Una encuesta del Instituto Datafolha también atestigua que los evangélicos de Brasil, duramente golpeados por el coronavirus, se oponen a las vacunas. Según la encuesta, el 14% de los evangélicos encuestados no quiere vacunarse, mientras que entre los católicos, por ejemplo, la cifra es sólo del 6%.

¿Cuál es la razón por la que tantos evangélicos rechazan las vacunas en mayor proporción que el resto de la sociedad?

"Jesús ya lo arreglará"

Al menos en Estados Unidos, el sociólogo Richard Flory considera que el "hiperindividualismo" de los evangélicos es una de las razones. "Siempre se trata de la libertad. Nadie debería poder decirles lo que tienen que hacer, ni siquiera sobre las vacunas", afirma el director de investigación del "Centro de Religión y Cultura Cívica" de la "Universidad del Sur de California" (USC) en una entrevista con DW.

Otro factor es la interpretación literal de la Biblia, dijo Flory. En el caso de la vacuna, su radicalismo los lleva a creer que Jesús ya está cuidando de ellos y les ayudará en caso de infección. Su religión fomenta un escepticismo general frente a la ciencia, como se ve en el frecuente rechazo de la teoría de la evolución.

Ciencia versus religión, realidad o mito

Antivacunas, también en Australia
Manifestación antivacunas, también en Australia.Imagen: picture-alliance/dpa/S. Barbour

Tradicionalmente, los evangélicos no confían en la investigación científica, al menos en ciertas áreas, y desarrollan narrativas alternativas, lo que los hace aún más susceptibles a las leyendas conspirativas como QAnon, donde una ideología de ultraderecha se funde con el negacionismo del coronavirus.

La leyenda de que las vacunas contra el coronavirus contendrían células de fetos abortados - y que se realizan más abortos para su producción – ha calado en esos círculos. La realidad es que ninguna vacuna contiene restos humanos.

Pero no todos los evangélicos creen en esas cosas. Lo "evangélico" en sí no es un subgrupo dentro del cristianismo. Más bien, suele referirse a toda la gama de movimientos conservadores y creyentes en la Biblia, cuyo antiguo testamento es su orientación primordial.

El creciente poder político de los evangélicos

"Alrededor del 25% de los estadounidenses son evangélicos, pero su espectro es variado", reconoce también Richard Flory, quien subraya que el evangelismo no debe entenderse solo como una corriente religiosa, sino también cultural y política. Así, los evangélicos -en Brasil son el 31 por ciento de la población, según Datafolha- son en gran medida partidarios de Trump o Bolsonaro, persiguen su propia agenda política y ejercen influencia con la ayuda de diversas instituciones. Aquí es donde Flory ve su verdadero poder, y también su amenaza.

El problema de que muchos evangélicos no quieran vacunarse, por otra parte, podría resolverse por sí solo con el tiempo, cree el sociólogo: "Las leyendas de la conspiración sobre la pandemia acabarán perdiendo su importancia, la capacidad de atención de la gente es simplemente limitada. Y cuando vean que sin la vacunación están limitados en su vida cotidiana, por ejemplo que no puedan ser visitados por sus nietos, estoy seguro de que algunos cambiarán de opinión".

(jov/er)